Estaba nerviosa, muy nerviosa, claro ayer me había hecho la valiente porque no le había tomado el peso, y por la adrenalina que había sentido al encarar a mi madre, pero ahora que estaba frente al edificio, y no un edificio cualquiera sino un lujoso edificio, la ansiedad comenzó a surgir.—¿Es en serio? —pregunto asombrada, porque la verdad yo creía que me iba a encontrar con un edificio en un lugar abandonado pero este sitio era un lujo, el edificio estaba hecho completamente de vidrios, con un portero en la puerta y mucha área verde por los lados.— Sí, es todo un empresario —dice Román para luego comenzar a caminar en dirección a la entrada. Mi cara debe ser un poema, literal, esto definitivamente no es lo que yo esperaba. Cuando entramos hay mucha gente yendo de un lado a otro, vestidos de traje y muy elegantes, me miro de arriba abajo, y s
Leer más