Fiscal Arroyo

No llevaba mucho tiempo  trabajando como detective en esta jefatura, pero el último caso de “Tráfico ilícito de estupefacientes” donde había logrado capturar a los narcotraficantes, me había dado una reputación mucho más grata. Por lo que cuando el jefe de mi jefatura llegó a mí con este caso, simplemente pensé que debía tomarlo.

—Fiscal Arroyo, espero que pueda desarrollar este caso de la misma forma que pudo con el anterior —me dijo cuando dejó el expediente sobre mi escritorio.

—¿De qué se trata? —pregunté abriendo la carpeta, la cual tenía muy pocas hojas, y eso significaba que teníamos  mucho trabajo por delante.

—Un homicidio frustrado, supuestamente provocado por una chica de dieciocho años, de la que no se conoce la ubicación ya que desapareció inmediatamente luego del acto, su madre dice que está involucrada en drogas —dice, yo lo miro—. Lo sé, creo que es la única madre que acusa a su hija de una situación como esta — 

—Hay de todos tipos —le digo, y yo definitivamente sé de eso.

Reviso con más calma el expediente, el caso viene de un barrio pobre de la ciudad, el sujeto está en coma por un golpe con un objeto contundente en la cabeza, la chica inculpada, de nombre Aria Carvallo no tiene ningún tipo de antecedente, por lo que sí estaba involucrada en drogas, lo escondía perfectamente bien. Por otro lado, David González, de nacionalidad dominicana pero que ha vivido desde los cuatro años en este país, múltiples cargos por drogas, riñas y robos con violencia. 

El caso demanda bastante pero ahora es  muy tarde para seguir trabajando, ya mañana a primera hora debo ir en compañía de la policía de investigaciones a ese barrio, porque sola no se puede ir. Cierro mi sesión en el computador, previendo que nadie pueda entrar a mi cuenta, y salgo del despacho sin antes despedirme de mis compañeros. El sótano de la jefatura donde estaba el estacionamiento siempre me pareció un lugar horrible, es porque odio los lugares cerrados, de hecho había pedido una oficina con la ventana más grande que pudieran darme, y es que los traumas de la infancia algunas veces nos persiguen toda la vida.

Cuando voy en mi auto, no puedo evitar pensar en este nuevo caso, es diferente a los demás, porque aunque contiene la denuncia por una posible traficante potencial, estamos frente a un homicidio frustrado ya que  él está en coma pero si muere antes de un juicio, automáticamente se convierte en homicidio simple hasta no conocer todas las circunstancias. Hago una lista mental de todo lo que debo hacer mañana, pero claro está que tengo muy mala memoria para estas cosas así que llegando a mi departamento tendré que anotarlas todas.

1) Debo ir al domicilio de Aria.

2) Debo visitar el hospital para chequear el estado de la víctima.

No es mucho, pero a raíz de todo esto es de donde comienzan a formarse los casos.

Cuando llego a casa y me recuesto en el sofá dejo escapar un fuerte suspiro de alivio, porque no hay nada como estar en casa después de un día agotador, donde hasta el sillón más duro se convierte en el sillón más cómodo del mundo. Con mucho pesar me levanto en dirección a la cocina, ya que necesito mi dosis de café antes de dormir. 

Si algunas personas no duermen por tomar café, yo necesito una taza bien cargada. Pongo pan a calentar y me preparo un huevo.  

No sé qué hora es, pero mi celular comienza a sonar sin parar, lo cojo sin mirar quién es ya que aún tengo los ojos cerrados.

—¿Fiscal arroyo?, el hombre del caso ha muerto —dice la otra línea

—¿David González? —pregunto aun un poco aturdida

—Sí, ha muerto recién según llamaron del hospital — 

— Muy bien, gracias, oficial Doll —digo  mirando la pantalla de mi teléfono un poco más despierta para luego cortar. Son las cinco y cuarenta de la mañana, apenas he dormido 4 horas, nuevamente. Una vez que despierto no soy capaz de volver a dormir.

Cuando llego a la jefatura, el oficial Doll me entrega el informe que ha hecho al recibir la llamada del hospital, lo reviso y le asiento con la cabeza al ver que todo está bien. Me siento en mi escritorio a revisar el informe, la hora de muerte y si está en el servicio médico legal para poder ir a inspeccionar el cadáver, pero grande es mi asombro al ver que la muerte no se produjo por el golpe en la cabeza, sino que está escrito en letras negras.

"MUERTE POR UNA APARENTE ASFIXIA  QUE DESENCADENA UN PARO RESPIRATORIO"

Al parecer, terminaron lo que habían empezado.

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