Él cierra la puerta detrás de mí, doy otro paso al darme cuenta de que estoy demasiado cerca de él y no me gusta. Miro alrededor, es lujoso, muy lujoso, pero claro si él aparte de narcotraficante es empresario. Muy inteligente, yo jamás me esperaría que este tipo fuera un temido narcotraficante, y también asesino, nunca me esperaría que este hombre hubiera matado a sangre fría a su padre. Pero claro, las apariencias engañan.
—¿Qué quieres proponerme? —pregunto, ya que él no dice nada.
—Sé que te persigue la policía —dice, yo asiento, eso lo sabe toda la ciudad ya—. Te ofrezco protección, y a cambio trabajas para mí —termina.
¿Trabajar para él?, inmediatamente Román apareció en mi mente, yo no quería hacer los trabajos q
—No lo creo, no sé por quién me tomas —le digo, él enarca una ceja, y yo definitivamente vuelvo a tragar saliva, no sé que me pasa, me siento como una tonta, y estoy segura que él lo nota. Así que hago lo único que se me ocurre y me escabullo de su lado para quedar pegada al escritorio.—¿Quieres que te lo haga ahí? —pregunta dándose vuelta hacia mí, sonriendo, esta vez ruedo los ojos, ¡no puedo creerlo!—Por favor, estoy segura que tienes muchas más mujeres deseando acostarse contigo, para que me estés molestando —El demonio se mete las manos en los bolsillos sin sacarme la mirada de encima.—¡Claro que sí! —dice—. Acaso, ¿tú no me deseas? —pregunta.—No —digo—. Y la verdad me gustaría saber qu&
Una cena con narcotraficantes…Apenas llevaba medio día, literal, trabajando y ya tenia que ir a una cena con narcotraficantes, donde no sabía nada porque recién les estaba echando un vistazo a los documentos, porque no es que cada uno tenga 5 páginas, tienen desde 40 hacia arriba. Y lo peor de todo no sabía ni como comportarme, quizás el demonio creía que yo podría ir por lo que le hice a David, pero yo no era una asesina a sangre fría como él.Salí de su oficina sin decir nada más, fui a mi escritorio y me senté un momento, mire el fajo de billetes en la mano, era mucho más que para solo comprar un vestido y zapatos. Definitivamente él tenía mucho dinero.Agarre mis cosas y salí del edificio en dirección al centro comercial, otra vez, había estado más veces aqu&iacut
Miro al demonio, de verdad confundida, es decir, yo ni siquiera estoy coqueteando, además si lo hiciera obviamente no sería problema de él.—Bueno Max, gracias a ti encontré el baño —digo riendo, él sonríe también, puedo sentir la mirada penetrante del demonio pero no lo tomo en cuenta, esta bien que yo trabaje para él pero esto no tiene nada que interesarle.—¿Primera vez aquí? —me pregunta, yo asiento.—Vaya, me sorprende que una mujer con tanta elegancia como tú, no haya venido antes aquí —sé que me esta coqueteando no soy tonta, Max es guapo, es muy guapo, y la verdad me sorprende un poco que se haya fijado en mí, no soy como las demás mujeres que se ven aquí.—¿Elegante? —pregunta el demonio, lo miro, este mira confundi
Voy llegando a la oficina, en la mañana recibí otro texto de Alex pero no respondí, la verdad no tenía sentido, él era de ese tipo de hombres acostumbrados a obtener lo que quieren. Decir que no había podido dormir bien anoche, quedaba poco, a la rápida pude taparme un poco las ojeras que tenía pero nada más, ni siquiera había tomado desayuno. Yo simplemente me había vestido y había salido.—A mi oficina —dice Alex, al instante en que me siento en la silla de mi oficina. suspiro sin decir nada y camino hacia ella.—¿Qué sucede? —pregunto, Alex se ve demasiado guapo en un traje gris, pero ¿Qué cosas pienso?—Lamento lo de anoche —dice, yo lo miro sin decir nada—Aria, di algo ——No tienes porqué pedir di
Cuando entro al departamento, Román está sentado en el sofá, cuando me ve sonríe y se acerca a mí para darme un abrazo.—¡Creí que estabas muerta! —me dice, yo río—¿Por qué pensaste eso? ——Es que no te he visto ningún día, hace dos días vine pero tu no estabas —dice.—Mira te doy mi numero de celular, para cuando quieras saber que estoy viva —digo riendo, Román ríe también y asiente.—Eso seria bueno, ya sabes que te quiero como una hermana ——¿Cómo esta ella? —pregunto, la verdad no se porque pregunto. Román suspira y se aleja un poco de mí.—Se está prostituyendo —la verdad no me sorprendo, también s
—No puedo creer que hayas entrado así, sin mi permiso —digo enfadada.—Y menos mal lo hice, sino habría estado tocando la puerta como un estúpido —dice, yo me encojo de hombros.—La verdad, cada quien toca la puerta como puede —Alex levanta una ceja.—¿Me estas llamando estúpido? ——Tú mismo lo hiciste —digo—. ¿Y qué quieres? porque ahora mismo estoy furiosa, me viste en ropa interior, ¿que demonios te pasa? —grito, Alex parece sorprendido.—Creí que te gustaría verme aquí —dice pareciendo ofendido, yo ruedo los ojos ante su falsa faceta.—¡Quizás me habría gustado si tu no hubieras entrado de esa forma a mi departamento y más encima violas mi privacidad mirándo
Cada carpeta tenía una infinidad de muertes, pero claro aquí no lo decía, aparecía como “Limpieza” la limpieza que hacían cuando aparecían los cuerpos colgados, dando la advertencia para quien quisiera traicionarlos o pasarse de listo. Pero claro todos creíamos que eran órdenes del “demonio”, Alex era la cabecilla de una red muy grande y nada se hacía sin que él lo supiera. Yo realmente nunca me había dedicado a prestar atención a lo que hacía esta empresa, pero creo que esta solo era una fachada, no niego que es muy inteligente.Se dividíanlas empresas, algunas producen la cocaína, otros extasíes, habían algunas que se dedicaban al hackeo, en fin era una sociedad de narcotraficantes muy bien organizada. En todo caso llevaban años infectando nuestros barrios.Cuando vi la hora
Cuando llegue al departamento, tire el bolso en el sofá y me deje caer pesadamente, al final con Alex no cruzamos miradas, después de lo sucedido sentía mucha rabia de cómo él me veía. La oferta de quien resulto ser su hermano me parece muy tentadora, quizás él me trate como la persona que soy, porque Alex parece tratarme como una cosa de su propiedad. Es decir, ahora quiere que haga cosas para él sentirse mejor, si yo lo hiciera después no tendría mente propia.Por un momento pensé que podríamos tener algo juntos, era obvio que me equivoque. Enciendo la tele, la verdad ni siquiera estoy mirando, pero el departamento esta tan en silencio que no puedo evitar pensar y yo no quiero hacerlo.Mi peor defecto.Con mucho pesar me levanto pa