Miro al demonio, de verdad confundida, es decir, yo ni siquiera estoy coqueteando, además si lo hiciera obviamente no sería problema de él.
—Bueno Max, gracias a ti encontré el baño —digo riendo, él sonríe también, puedo sentir la mirada penetrante del demonio pero no lo tomo en cuenta, esta bien que yo trabaje para él pero esto no tiene nada que interesarle.
—¿Primera vez aquí? —me pregunta, yo asiento.
—Vaya, me sorprende que una mujer con tanta elegancia como tú, no haya venido antes aquí —sé que me esta coqueteando no soy tonta, Max es guapo, es muy guapo, y la verdad me sorprende un poco que se haya fijado en mí, no soy como las demás mujeres que se ven aquí.
—¿Elegante? —pregunta el demonio, lo miro, este mira confundi
Voy llegando a la oficina, en la mañana recibí otro texto de Alex pero no respondí, la verdad no tenía sentido, él era de ese tipo de hombres acostumbrados a obtener lo que quieren. Decir que no había podido dormir bien anoche, quedaba poco, a la rápida pude taparme un poco las ojeras que tenía pero nada más, ni siquiera había tomado desayuno. Yo simplemente me había vestido y había salido.—A mi oficina —dice Alex, al instante en que me siento en la silla de mi oficina. suspiro sin decir nada y camino hacia ella.—¿Qué sucede? —pregunto, Alex se ve demasiado guapo en un traje gris, pero ¿Qué cosas pienso?—Lamento lo de anoche —dice, yo lo miro sin decir nada—Aria, di algo ——No tienes porqué pedir di
Cuando entro al departamento, Román está sentado en el sofá, cuando me ve sonríe y se acerca a mí para darme un abrazo.—¡Creí que estabas muerta! —me dice, yo río—¿Por qué pensaste eso? ——Es que no te he visto ningún día, hace dos días vine pero tu no estabas —dice.—Mira te doy mi numero de celular, para cuando quieras saber que estoy viva —digo riendo, Román ríe también y asiente.—Eso seria bueno, ya sabes que te quiero como una hermana ——¿Cómo esta ella? —pregunto, la verdad no se porque pregunto. Román suspira y se aleja un poco de mí.—Se está prostituyendo —la verdad no me sorprendo, también s
—No puedo creer que hayas entrado así, sin mi permiso —digo enfadada.—Y menos mal lo hice, sino habría estado tocando la puerta como un estúpido —dice, yo me encojo de hombros.—La verdad, cada quien toca la puerta como puede —Alex levanta una ceja.—¿Me estas llamando estúpido? ——Tú mismo lo hiciste —digo—. ¿Y qué quieres? porque ahora mismo estoy furiosa, me viste en ropa interior, ¿que demonios te pasa? —grito, Alex parece sorprendido.—Creí que te gustaría verme aquí —dice pareciendo ofendido, yo ruedo los ojos ante su falsa faceta.—¡Quizás me habría gustado si tu no hubieras entrado de esa forma a mi departamento y más encima violas mi privacidad mirándo
Cada carpeta tenía una infinidad de muertes, pero claro aquí no lo decía, aparecía como “Limpieza” la limpieza que hacían cuando aparecían los cuerpos colgados, dando la advertencia para quien quisiera traicionarlos o pasarse de listo. Pero claro todos creíamos que eran órdenes del “demonio”, Alex era la cabecilla de una red muy grande y nada se hacía sin que él lo supiera. Yo realmente nunca me había dedicado a prestar atención a lo que hacía esta empresa, pero creo que esta solo era una fachada, no niego que es muy inteligente.Se dividíanlas empresas, algunas producen la cocaína, otros extasíes, habían algunas que se dedicaban al hackeo, en fin era una sociedad de narcotraficantes muy bien organizada. En todo caso llevaban años infectando nuestros barrios.Cuando vi la hora
Cuando llegue al departamento, tire el bolso en el sofá y me deje caer pesadamente, al final con Alex no cruzamos miradas, después de lo sucedido sentía mucha rabia de cómo él me veía. La oferta de quien resulto ser su hermano me parece muy tentadora, quizás él me trate como la persona que soy, porque Alex parece tratarme como una cosa de su propiedad. Es decir, ahora quiere que haga cosas para él sentirse mejor, si yo lo hiciera después no tendría mente propia.Por un momento pensé que podríamos tener algo juntos, era obvio que me equivoque. Enciendo la tele, la verdad ni siquiera estoy mirando, pero el departamento esta tan en silencio que no puedo evitar pensar y yo no quiero hacerlo.Mi peor defecto.Con mucho pesar me levanto pa
—Pase —dice Alex cuando toco la puerta, entro, él esta sentado en su escritorio mirando unos papeles, no levanta la vista cuando cierro la puerta detrás de mí, bueno, parece que aún esta enojado, aunque la única enojada debería ser yo, tuve que dejar de lado mi molestia para poder venir aquí.—Necesito un favor —digo, él recién levanta la vista hacia mí, levanta una ceja.—¿Qué favor? ——Quiero volver al colegio, terminarlo, y como sabes no puedo ir normalmente como lo hacía, Román me dijo que puedo terminarla en la noche, pero me pedirán documentos, documentos que no puedo ir a pedir a mi antigua escuela —digo, él me mira, esta apoyando en el respaldo de su silla, con su lápiz me apunta.—¿Quieres que te consiga esos papele
El demonio me había dado el mejor orgasmo de mi vida, digno de alguien tan pecador como él, el nombre simplemente le quedaba bien, una vez llegue al orgasmo, Alex se levanto y me miro a los ojos, me beso, dejándome sentir mi sabor, que yo ya había probado.—Exquisito —había dicho.Ahora estaba sentada en mi escritorio, con las mejillas sonrojadas y sin ropa interior, porque él no había querido devolvérmela, pero eso me excitaba demasiado, y estoy segura que a él también. No había intentado nada más, y lo agradecía, no sabía si estaba segura de querer hacerlo.Solo podía pensar en las sensaciones que me embargaron en ese momento y en aquellas nuevas sensaciones que el hacerlo me producirían.Además, yo no estaba esperando un
—Adivina —digo a Román con una sonrisa, él me mira con curiosidad.—Creo que adivinar nunca ha sido una de mis virtudes —dice, yo ruedo los ojos.—Voy a volver a estudiar —digo emocionada, él abre los ojos sorprendido y luego sonríe.—¿Cómo lo convenciste? —pregunta, a mi mente vienen las imágenes de lo que hice para convencerlo, pero solo me encojo de hombros.—Se lo pedí solamente —digo, Román me mira con una ceja alzada.—¿Solo así?, bueno la verdad no me sorprende, ya le has vendido tu alma —dice, yo no digo nada, la verdad para muchos es venderle el alma al diablo, pero yo no tengo pensado quedarme toda la vida ahí, quiero ir a la universidad y vivir mi propia vida, no quiero ser la secretaria de un narco.E