Alex se había tomado muy en serio sobre lo de reinar juntos, yo ya no era su secretaria, había pasado un mes desde que habíamos oficializado la relación, íbamos bien, de hecho demasiado bien.
Román no había aprobado la relación, se había enojado tanto conmigo que me había echado de su departamento llamándome zorra.
Me había dolido.
Pero no iba a aguantar que él me tratara así y ahora que tenía cierto poder sobre el demonio iba a pedirle que dejara libre a los chicos.
—Hola preciosa —saluda Alex cuando entro a su oficina, camino hacia él y me siento en sus piernas.
—Te fuiste temprano —digo, él asiente y me da un beso en los labios.
—Tuve una reunión temprano, hablando de reuniones, hay una cena en la noche, tenemos que ver lo que vamos a presentar —dice, yo asiento.
&md
—¿De qué trata la cena? —le pregunto a Alex, ya estamos en su oficina, había elegido un vestido de color rojo, largo, que tenía un corte sensual en mi pierna derecha. Me había encantado.—Es algo más peligroso, me junte con dos socios, y creemos que alguien esta dando información a la policía de nosotros —dice, yo lo miro sorprendida.—¿Bromeas? ——Por desgracia no, tenemos a gran parte de la policía de nuestro lado pero, le están dando información al FBI —dice él, lo miro preocupada.—Eso es muy malo —digo, la sola idea de que él pudiera ir a la cárcel, de que alguien lo separara de mí, no ahora, no ahora que por fin me estaba sintiendo viva.—Tranquila, en la cena seremos solo unas cuantas personas, tenemos que buscar una estrategia para poder dan con quién es el m
Estaba terminando de arreglarme para la cena, Alex ya estaba listo y caminaba de un lugar a otro como si fuera un animal encerrado.—Tranquilo, todo va a salir bien —digo saliendo del baño, él me mira de arriba a abajo.—Espero que nadie se pase de listo contigo, porque si no todo se va a la mierda —dice pasando sus manos por mi cintura y acercándome a él.—Para eso tienes autocontrol —digo, él niega y me da un beso, gracias a dios, el labial rojo era de aprueba de agua y de besos al parecer.—No cuando se trata de ti ——Pues tendrás que hacerlo, porque hoy es una cena muy importante, lo ideal es que no levantes sospechas de que sabes que alguien nos delata —digo, él pasa una mano por mi cuello hasta el escote.—Sabes que se me ocurren muchas cosas que podemos hacer ahora mismo, lo que incluye a ti, sobre la mesa, con el vestido
Cuando llego al baño, miro hacia adentro con cuidado, al parecer Max esta encerrado en un cubículo, así que entro sin hacer ruido y me meto a otro para escuchar.—No vas a creerlo, el cargamento del que te hable hace tiempo, va a llegar mañana, es muy importante para el demonio, así que procura hacerlo bien, de hecho él mismo irá a recogerlo —dice, aprieto mis manos en puños—. Pero, que no se te olvide de lo que hablamos, yo no puedo estar implicado —No espero escuchar más, todo había quedado muy claro, Max era el topo.Salgo rápidamente del baño, sin importarme si hice ruido, que al parecer no hice, porque al mirar hacia atrás no vi a Max. Cuando llegué al salón donde todos estábamos, respire hondo y entre, sonreí a todos mientras me sentaba al lado de Alex, él me miro. Yo me acerque a él, bueno m&aa
Saco el celular de mi bolso, estaba frente a una bodega, sola, Alex se había ido en compañía de cuatro hombre más, no solo hombres, es que ellos eran gigantes, así que por eso me sentí un poco más tranquila cuando lo vi irse.Busque el número de Max, y le escribí.“Hola, me gustaría que nos juntáramos a solas, ¿sería posible?”Claro que él iba a aceptar, esto en caso de cualquier cosa podría servirle de coartada, iba a estar con Bella, un Bella que no existía.“Me sorprende mucho este mensaje tuyo, pero no puedo negarme”Bueno, primer paso del plan, listo, así de fácil.“Alex me envío a buscar unas cosas a una de sus bodegas, si quieres podemos ir los dos y luego comer algo”“Me parece perfecto, ¿te voy a buscar?”“Ya estoy aquí,
—¿Lo mataste? —pregunta mirándome de arriba a abajo, yo asiento—. ¿Tomaste el arma que no esta inscrita? —pregunta, yo asiento. Alex vuelve a pestañear, como si no pudiera creerlo, pero luego me mira y sonríe, en dos pasos, están sus manos en mi cintura apretándome contra él.—Tuvimos una conversación y le dije que en el infierno no había espacio para él —digo, él me besa fuerte, con pasión, luego me gira, de modo que mis manos están apoyadas contra el escritorio, con sus manos comienza a subir mi vestido.—Te ves diabólicamente sexy, y eso que aún no estamos en Halloween —dice con voz ronca en mi oído.—Te dije que no iba a dejar que nadie te lastimara —digo en un gemido cuando Alex comienza a estimularme, como tan bien él sabe.—Yo haría lo mismo y má
—Me iré, voy a juntarme con el abogado —dice Alex despidiéndose de mí, coloca una mano en mi cintura y me acerca hacia él para besarme. Yo acepto gustosa, paso mis manos detrás de su cuello y lo acaricio—. Me encanta que hagas eso —dice, yo sonrío y me separo de él.—Lo sé, y a mí me encanta hacerlo también —digo, Alex vuelve a darme un beso.—Quiero que vayas a la empresa, estás a cargo —dice, yo lo miro sorprendida.—¿Quieres que vaya a tu empresa? —pregunto, él asiente.—Bueno, me gusta pensar que es nuestra ahora que somos un equipo —dice, yo niego.—No, bueno, si somos un equipo pero esa es tu empresa, lo entiendo —digo, él me mira.—Estaba pensando que ahora que tendré ambas empresas, no las quiero fusionar, y podrías quedarte en la m&aa
Resulta que el policía vivía solo, no tenía familia, sus padres habían muerto hace como cinco años, vivía en una casa a las afueras de la ciudad, una casa grande para él solo. Era perfecto, no habría audiencia, y solo tendríamos que encargarnos de él.Ahora mismo Alex y yo nos estábamos preparando para ir, hace dos días que nos habían avisado, ayer habíamos estado creando un plan perfecto, habíamos decidido que no solo le haríamos la visita, lo eliminaríamos del mapa, y de paso dejaríamos un mensaje para los siguientes detectives.Por la tarde habíamos ido en su auto a recorrer las calles de la casa, era una casa grande y bonita, y de paso miramos algunas casas para tener una idea de lo que queríamos para nosotros.No podía negar que la idea se me hacía emocionante.—¿Estás preparada?
—Buenos días jefa, le traigo todos los papeles de la nueva embarcación —dice Claudia, mi asistente. Yo asiento, ella los deja sobre mi escritorio y abro la carpeta para comenzar a revisarlos.Esta embarcación era muy importante, yo me había encargado de organizarla, había pensado todo de forma minuciosa.Llegaría mañana en la noche, con el cargamento de cocaína más grande que habíamos solicitado. Todos los socios estaban encantados con nosotros, cada vez generábamos más dinero.Eramos los putos dioses del mercado.—Puedes retirarte —digo, ella asiente y sale de mi oficina.Yo ocupaba la oficina en la empresa que era de Alex, pero tal como me había dicho, ahora yo estaba a cargo de ella, y le había hecho ciertas modificaciones, realmente los negocios que ella dirigía no eran lo mío, así que todo ello se