Miro al demonio, de verdad confundida, es decir, yo ni siquiera estoy coqueteando, además si lo hiciera obviamente no sería problema de él.—Bueno Max, gracias a ti encontré el baño —digo riendo, él sonríe también, puedo sentir la mirada penetrante del demonio pero no lo tomo en cuenta, esta bien que yo trabaje para él pero esto no tiene nada que interesarle.—¿Primera vez aquí? —me pregunta, yo asiento.—Vaya, me sorprende que una mujer con tanta elegancia como tú, no haya venido antes aquí —sé que me esta coqueteando no soy tonta, Max es guapo, es muy guapo, y la verdad me sorprende un poco que se haya fijado en mí, no soy como las demás mujeres que se ven aquí. —¿Elegante? —pregunta el demonio, lo miro, este mira confundi
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