—No puede obligarme a …—Oh, claro que puedo obligarte y lo sabes tan bien como yo que si se me da la gana puedo echarte de aquí o mejor aún, puedo matarte. —intento intimidarlo, pero parece que no le afecta. —Ahora trabajas para mí y no para el imbécil del Sergey y mucho menos para Aleksei así que obedece mi orden.—Ahora si trabajo para usted entonces. —su tono irónico me molesta. —No me diga.Espero una reacción de su parte por mi actitud, pero no, simplemente obedeció y tomó asiento a cuatro sillas lejos de mí, hoy no tenía ánimos de discutir con nadie así que lo dejo pasar por esta ocasión, llamé nuevamente a Matilda y está apareció enseguida.Cuando su desayuno es servido, lo observa como si tuviera veneno, no puedo evitar burlarme porque tal parece que desconfía de todo el mundo incluyéndome, toma el tenedor comenzando a desayunar, si, por primera vez decidí dejar que me cuidarán, algo que no estaba en mis planes pero tengo mis razones para permitir qu
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