— Claro que sí, gracias por siempre estar allí — Dijo sonriendo, acomodando el velo —, Espero que no sea Dante quien se arrepienta — Susurro con una sonrisa nerviosa, Elizabeth negó con la cabeza.— No te preocupes, si llega a hacerlo sería un tonto el cual mataríamos — Menciono con burla, riéndose ambas —, No sucederá, el amor de ustedes es muy especial — Confeso abrazándola, para salir de la habitación directo al vehículo.De allí se dirigieron para la iglesia, donde Dante caminaba de un lado a otro con nervios imaginando que en cualquier momento Melissa se arrepentiría de unir su vida a su lado por el resto de la vida. Sin embargo, quedó estático apenas le manifestaron que estaba afuera, suspirando y sonriendo con naturalidad al verla en la entrada con la música clásica de fondo, mientras daba cada uno de los
Leer más