Gregory había terminado sus pendientes, logrando un buen negocio esperando que lo dejaran respirar estando tranquilo con su familia, debido a que estaba cansado de mantener está doble vida a pesar de haber pasado tantos años, porque no logró finalmente cumplirle a su amada el abandonar el rol del dragón, pero ella entendía que era por el bienestar de todos, por eso la amaba con todo su corazón.
Llegó a la mansión para saludar a Gabriel y a su hermosa Elizabeth, sabían que tenían un compromiso con Gabriela en la noche así que debían colocarse los más formales posibles debido al orgullo que producía la pequeña al ser tan importante en el mundo del modelaje. Se alistaron, cada uno por su parte incluyendo a Gabriel quien peleaba demasiado con su hermana, pero la quería como a nadie en este mundo.
Faltaban tres horas para el evento, extrañados de que Gabriela no l
— Pienso igual, gracias por su ayuda — manifestó Gregory dándole unas palmadas en el hombro —, no les diga nada de esto a nadie, no debemos alarmarnos por favor — dijo con una expresión neutra, el director asintió entendiendo su dolor.Gregory se dirigió a la sala del salón enfrente de su esposa estirando su mano para que la entrelazara, así saldrían del sitio donde Gabriel se fue detrás de ellos. Reprochado sin entender qué estaba sucediendo; ya que perderían los primeros puestos y no podía ver bien a su hermanita para poder molestarla después. Al salir del salón, Elizabeth se detuvo en seco sin entender qué estaba pasando, cuando Gregory fue capaz de hablar.— Gabriela está desaparecida — Afirm&oacut
Habían llegado a Italia y a Emilio les temblaban las piernas, teniendo un dolor insoportable, mientras Gabriela reía victoriosa. Estaba asustada, sí que lo estaba, también triste porque ha perdido una gran oportunidad en su vida. Deducía qué tal vez a esa hora estaría en París hospedándose en unos de los mejores hoteles al lado de la torre EIFFEL, quizás disfrutando de un buen masaje relajante, para que no estar estresada para el evento más importante de la moda, pero no, ahora se encuentra en la mano de un maleante desconocido que la ha llevado a un país de donde tiene pequeños pero significativos recuerdos de su niñez.«Extraño a mi mamá» pensó angustiada.—Te haré la vid
Elizabeth no sabía dónde más buscar a su pequeña princesa, sintiendo que todo su mundo se caía al suelo. Nashla no soportaba más verla de ese ánimo, aunque la entendía, por eso mismo decidió sacarla a pasear al parque logrando que se distrajera en compañía de Melissa siendo una salida de amigas como hace mucho tiempo no sucedía, debido a que cada una había tomado una ocupación diferente y más cuando tenían una pareja al lado. — ¿Cómo te ha ido con Marcos? — preguntó Elizabeth intentando distraer su mente —, Veo que te ha ayudado bastante con los gemelos, eso me alegra mucho — Confesó con sinceridad, sintiendo alegría por sus amigos. — Muy bien, no te niego que al principio pensé que no iba a suceder por la obsesión que tenía contigo — Menciono, todos sabían lo que había sucedido entre ellos —, Pero me demostró el amor verdadero q
Elizabeth no era capaz de resistirse a las caricias y besos que le brindaba su amado, así que dejó que la desnudara completa, dándole besos húmedos en cada parte de su piel expuesta, arrancándole más que simples gemidos, mientras ella se mordía el labio inferior inclinando su cabeza hacia atrás.Abría los labios tomando bocanadas de aires, dejándose dominar por la ágil lengua de su mafioso.Después que él se deleitó chupando y mordisqueando ambos pechos creó un camino de besos candentes desde el valle de los senos hasta detenerse sobre su pelvis.—Agárrate bien cariño— dijo en cuanto la levantó metiendo su cara en esa parte que adora de su esposa. Pegándole de la pare
Emilio prefirió ignorarla, bastante tensión tenía con saber que ahora estaba entre la espada y la pared con el matrimonio con Gabriela; cayendo en cuenta que si eso sucedía también se daría cuenta quien era; ya que ante el notario debía presentarse con su nombre real y no con el alias que se había impuesto. Llegó a la casa, mandó a Gabriela a la habitación siendo vigilada por Mariano mientras gritaba hacia el cielo, cuando salió a la terraza de la impotencia que tenía.Sabía que su amigo tenía algo de razón sino, no se hubiera puesto la soga al cuello para aceptar un matrimonio si no diría quien es ella en realidad para matarla en un dos por tres. Le atraía la joven y peor con esa actitud que tenía de sobrada, porque no se dejaba manipular de cualquier hombre encitandolo a pensar que sería ese primer y único hombre que
Gregory y Elizabeth siguieron a Gabriel; aún asombrados con la novia tan hermosa que tiene su hijo, ella no podía creer que ya sus hijos son adultos, y él estaba orgulloso porque su hijo es todo un don Juan.Pero toda ilusión murió por parte de Gregory cuando llegaron a la sala de aquella casa, observando que Gabriel estaba enamorado de la hija de unos de los oponentes de Gregory. Los dos se miraron con recelos, apretando sus mandíbulas y puños hasta que sus nudillos se pusieron totalmente blancos.—Bienvenidos, familia Bianchi— la chica novia de Gabriel se quedó pasmada, puesto que no le había dicho a su padre que su novio provenía de esa familia.—Ustedes se conocen— preguntó ella a su padre.<
Gabriela se quedó callada y Emilio tras no obtener su respuesta salió de allí dando un portazo, reclamándose a sí mismo por la estupidez que estaba a punto de cometer, mientras ella seguía en abnegación de creerle todo lo que ha dicho de sus padres pensando que su madre no es ese tipo de persona caprichosa que jugaría con las vidas de los demás como así lo afirma Emilio y lo que más le intrigó fue notar que él siente mucho odio contra su madre porque cada vez que la mencionan nota su desagrado por ella.Esa noche no durmió nada pensando en todo eso, sin dejar de llorar porque a pesar de que bromeaba ya su interés por su secuestrador no era solo atracción sexual, puesto que la noche anterior le preguntó a mariano sobre la vida de Emilio y este le comentó que &eacu
Gabriela le pegó una cachetada sin importarle las consecuencias que pudiera tener, estaba cansada de sentirse un juguete con el cual podían hacer y deshacer a su antojo. Emilio sintió el golpe como su mejilla estaba de roja, volteando a verla para devolvérselo, pero se detuvo en el momento preciso mientras Gabriela cerraba los ojos, recordando como su padre maltrataba a su madre en frente suyo sintiendo las ganas de defenderla, pero no podía observando cómo sufria solo por estar al lado de un hombre. Bajo sus manos, Gabriela abrió los ojos sorprendida de que no hubiera actuado y salió de la habitación cerrando con fuerza, se estremeció ante su reacción.Gabriela quería escapar, pero no encontraba la forma de poder hacerlo, aunque no estuviera de acuerdo no tenía más opciones que casarse con un desconocido que