Gabriela se quedó callada y Emilio tras no obtener su respuesta salió de allí dando un portazo, reclamándose a sí mismo por la estupidez que estaba a punto de cometer, mientras ella seguía en abnegación de creerle todo lo que ha dicho de sus padres pensando que su madre no es ese tipo de persona caprichosa que jugaría con las vidas de los demás como así lo afirma Emilio y lo que más le intrigó fue notar que él siente mucho odio contra su madre porque cada vez que la mencionan nota su desagrado por ella.
Esa noche no durmió nada pensando en todo eso, sin dejar de llorar porque a pesar de que bromeaba ya su interés por su secuestrador no era solo atracción sexual, puesto que la noche anterior le preguntó a mariano sobre la vida de Emilio y este le comentó que &eacu
Gabriela le pegó una cachetada sin importarle las consecuencias que pudiera tener, estaba cansada de sentirse un juguete con el cual podían hacer y deshacer a su antojo. Emilio sintió el golpe como su mejilla estaba de roja, volteando a verla para devolvérselo, pero se detuvo en el momento preciso mientras Gabriela cerraba los ojos, recordando como su padre maltrataba a su madre en frente suyo sintiendo las ganas de defenderla, pero no podía observando cómo sufria solo por estar al lado de un hombre. Bajo sus manos, Gabriela abrió los ojos sorprendida de que no hubiera actuado y salió de la habitación cerrando con fuerza, se estremeció ante su reacción.Gabriela quería escapar, pero no encontraba la forma de poder hacerlo, aunque no estuviera de acuerdo no tenía más opciones que casarse con un desconocido que
Salió de su habitación, ordenando a Mariano moverse para apurar a Gabriela también. Había llegado la limusina que los iba a llevar, miraba su reloj dándose cuenta de que había pasado la hora y no le había llegado ninguna carta; cuando sonó una notificación en su móvil dándose cuenta de que, si la había recibido, sonrió triunfante por lo que estaba a punto de suceder. Vio como Gabriela salió de la habitación, apagando su celular porque usaría esa carta no solo para hacer legal el matrimonio sino porque haría que su amada hija los odiara de por vida por haberla vendido.— Estoy lista, podemos irnos — Dijo con una sonrisa, se veía hermosa más en ese traje de novia, donde decían que no se podía ver antes del matrimonio o era una maldici&oac
Gabriela había despertado, no podía creer todo lo que estaba sucediendo sintiendo su corazón arrugado, estaba recostada en una cama que no era de ella así que suponía que estaba en la habitación de Emilio. Se sentía traicionada, devastada y sin ganas de nada al pensar que ni en su familia podía confiar porque la habían entregado sin pudor a los brazos de uno de los enemigos, no solo eso, sino enterarse de que hacían parte de la gran mafia italiana ocasiona que se rompiera la burbuja de la familia perfecta que tenía, ya no sabía realmente en qué mundo estaba viviendo.— ¿Cómo sigues? — Preguntó Emilio con dolor, mirándola fijamente —, Se que me odias por mentirte, pero debes escucharme primero — Afirmó sentándose a su lado, Gabriela solo l
Gabriela estaba dispuesta a servirle a Emilio, tal y como sus padres la habían vendido, sentía que le pertenecía como un objeto cuando es comprado por alguien, sin embargo, aunque se había rendido ante su esposo no podía evitar que por sus venas corriera el odio que siente hacia todos incluido hacia ella misma, por haberse enamorado de un hombre tan desgraciado como él.Claro que sentía la necesidad, por él y le correspondía el beso sin dejar de pensar que estaba obligada a cumplirle a su esposo, quien la quería doblegar y lo había logrado, la tenía a su antojo. Había logrado excitarla con las caricias dadas, y precisamente eso la había hecho sentir peor.Estaba totalmente apesadumbrada, dejando que la llenará de besos y peque&ntild
Emilio durmió acunando a Gabriela entre sus brazos, nunca antes había dormido como lo hizo con su esposa pegada a su cuerpo sintiendo el calor y el dulce aroma que emana esa pequeña flor en sus manos; ahora se sentía completo, no quería dejar ir a esa pequeña que se estaba convirtiendo en parte de él en apenas días, pero sintió la necesidad de levantarse a media mañana, tenía unos encargos que hacer y eso le preocupaba.«Nunca te dejaré, Gabriela» prometió mientras besaba su frente.Tomó una ducha, y tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a su amada, se alistó, como siempre usando ropa negra, su color favorito.Al momento de agarrar su teléfono móvil vio v
Dante y los demás empleados del dragón esperaban la señal de Gabriel, para enfrentar a Jarel de ser necesario, aun sabiendo que eso les traerá feos problemas con Gregory y Elizabeth.Gabriel entró al centro médico y encontró a Carol caminando de un lado a otro con una tira adhesiva pegada al brazo, ya le habían sacado la cantidad de sangre necesaria para la prueba y lo que estaban esperando era los resultados que salían en minutos.—Te dije que no viniera—, ese fue el saludo de Carol en cuanto lo vio y con los ojos llenos de lágrimas quiso golpearlo por ser un tonto y no escucharla cuando le pidió quedarse tranquilo.—Te dije que no me esconderé y mucho menos te voy a dejar—, dijo Gabriel a la vez que le
Emilio se quedó frío, cuando pensó en lo que significa la presencia de Elizabeth y Gregory en ese lugar, no está dispuesto a dejar que lo aparten de Gabriela y que ahora ellos vengan junto a Corina, se supone que es con el plan de llevársela.«No me apartaré nunca de ella» se propuso a sí mismo.Manejado por el miedo de perderla, sacó de su pantalón el arma que siempre carga consigo y apuntó a Gregory causando que su propia madre emitiera un grito y eso captó la atención de Gabriela, que se acercó a la puerta quedándose en shock cuando vio que Emilio le estaba apuntando a su padre.— Hijo, baja eso, por favor mírame, estoy viva, Gregory no me hizo daño— decía Corina tambi&eac
El sonido de varias sirenas, alertaron a los atacantes y se miraron entre sí, sabiendo con claridad que se trataba de la policía, que se estaba acercando al lugar y para no causarle problemas a su jefe cesaron con el ataque.Gregory también miró a Elizabeth, y sin decirle palabras, ella supo que no debían ser apresados estando en Italia porque sus rostros serían mostrados al mundo y pagarían una condena muy larga en prisión, y aunque ella alguna vez fue conocida por muchos, un rumor que se expandió, aseguraban que la reina de la mafia italiana había muerto en un atentado, por un ajuste de cuentas.De modo que se acercaron a Emilio quien estaba tendido en el suelo con Gabriela llorando sobre él, — debemos irnos antes de que llegue la policía, vamos hija déjame cargarlo porque si nos atrapan todos iremos a la cárcel incluido Emilio— le explicaba Gregory y ella que estaba renuente a alejarse lo miró con ojos llorosos y se apartó dejando que Gregory se echara a Emilio sobre el hombro aunq