Tristán.La ira corría a través de mis venas como si fuese lava, odiaba a Valerio con todas las fuerzas de mi ser, no comprendía cómo un hombre como él había logrado conquistar el corazón de Imperio en el pasado. Era violento, manipulador, el tipo de hombre que no debería siquiera existir en la faz de la tierra.—¡Voy a matarlo! —espeté sin poder evitarlo al mirar el labio roto de Imperio me llené de enojo, dolor y frustración. Ella estaba herida y yo lamentaba profundamente haber llegado tarde.—No Tristán, él no vale la pena, he hecho la denuncia a la policía, que sean ellos quienes se hagan cargo de él, no quiero que te ensucies las manos —el tono suplicante en su voz y sus manos acariciando mis mejillas lograron hacerme entrar en razón, ella no tenía por qué suplicarme, pe
Leer más