Inicio / Romántica / Ámame... (Saga Tómame II) / Capítulo 1 - Capítulo 10
Todos los capítulos de Ámame... (Saga Tómame II): Capítulo 1 - Capítulo 10
29 chapters
28 Días
Los días en la rehabilitación son extremadamente rutinarios, nos levantan a las 8am, ducha y luego desayuno en el comedor. A las 10am tengo mi sesión de terapia individual, donde por dos horas hablo de mí, de mi pasado, de mi infancia, de mi adolescencia, de la muerte de Max, de mi anterior tiempo aquí, de Dante, de mi familia, de mi dependencia de Thomas, de mis miedos, de más miedos, y de cómo encarar los problemas y no huir de ellos. El doctor Pérez es un excelente terapista, ya lo conozco de mi primera vez aquí y le tengo confianza, hablar con él es fácil, y logra sacar de mí, mis más oscuros secretos. Incluso aquellos que ni yo recuerdo. Luego el almuerzo, vuelta al comedor, por supuesto mi natural rechazo al contacto humano me impedía sociabilizar con el resto de los pacientes, así que me limitaba a sentarme y comer en silencio, mientras por dentro una descomunal batalla se
Leer más
Vuelta a la normalidad
Estar en casa era maravilloso, con mi pequeño y mis cosas me sentía mucho más tranquila. Revisé la contestadora y el correo, puse al día los pagos de las facturas y respondí a los mensajes de trabajo. La despensa estaba vacía por lo que salimos a hacer las compras. Tomé el abrigo, la correa de Xander, el bolso de mano y fuimos a dar una vuelta. Casi involuntariamente, pero no tanto, pasé por el edificio de Dante con la esperanza de encontrarlo, por supuesto no tuve suerte, el portero al reconocerme me dedicó una sonrisa y yo le devolví otra. Al volver a casa luego de hacer algunas compras, prendí el equipo de música y Keane con Again And Again comenzó a sonar. Guardé las compras, llené los cuencos de Xander y me puse a cocinar, me preparé un exquisito estofado de ternera madrileño con un robusto vino cabernet. Luego de la cena guardé
Leer más
Miller Entreprice
Tomé un taxi y me dirigí a las oficinas de Miller Enterprise. Estaba ubicado en el piso 23 de un importante edificio de negocios. Dos puertas enormes de vidrio con el logo de la empresa y la leyenda “Miller Enterprise” daban la bienvenida. Luego en el recibidor un gran mostrador de metal repetía el logo y una mujer con una enorme sonrisa me saludaba, me anuncié y pregunté cuál era la oficina de Tomy. Crucé todo el interminable bloque de cubículos y despachos hasta llegar al de él.—Buenos días, ¿En qué la puedo ayudar? —preguntó una dulce voz. La secretaria de Tomy, imaginaba.—Hola, busco a Thomas ¿Está?—¿A quién anuncio?—Lexy —la mujer habló unos segundos y me indicó que pasara. Entré y Tomy estaba sentando tras su escritorio con cara de preocupado,
Leer más
Mi turno
Los golpes en la puerta me despertaron, me había quedado dormida en el sofá y el cuello me estaba matando, miré para todos lados, eran casi las 8am, la puerta volvió a sonar, me refregué los ojos y abrí. Xander se metió entre mis piernas y salió, Dante estaba parado ahí, llevaba un hermoso traje de tres piezas, azul, camisa blanca y corbata a rayas azules y blancas. Lucía maravilloso como siempre. El pequeño se abalanzó sobre él y lo llenó de mimos, estaba claro que no solo yo lo extrañaba, y se lo hacía saber, él lo agarro de los mofletes como solía hacer y lo movía para todos lados.—¡Hola grandulón! ¿Cómo has estado?—Pasa Dante, enseguida vuelvo —no dejé que respondiera y me metí al baño, lavé con énfasis mi rostro y me cepillé los dientes, asent&ea
Leer más
La visita
La alarma sonó a las 8am, revisé mi móvil en busca de algún mensaje de Dan, pero no había nada, así que me levanté y volví a llamar a la florería, repetí el pedido, ésta vez una flor amarilla, y una nueva nota. «Dame la oportunidad de redimirme, por favor. Lexy» Al llegar el viernes aún no tenía noticias de él, cada día envié un nuevo arreglo con una nueva nota. «No te pido que olvides todo, solo una nueva oportunidad. Lexy»«¿Quieres empezar de cero? Lexy» No recibí ni una sola respuesta de su parte. Ya había avanzado mucho en la colección, estaba completa, y el sábado debía reunirme con Raquel para ver cuando hacíamos la nueva exhibición. Estaba j
Leer más
El plan
Sin siquiera quitarme la ropa me desplomé en la cama, me sentía agotada, furiosa e insatisfecha. Intenté dormirme, pero comencé a dar vueltas en la cama una y otra vez. Necesitaba una liberación, sacar toda esa tensión de mi cuerpo, rebusqué en mi mesa de luz y hallé mi querido magic. Lo puse en la velocidad mínima, y cerré los ojos recordando esos instantes con él, segundos después lo cambié a la velocidad más fuerte y todo mi cuerpo comenzó a convulsionar, el orgasmo me alcanzó rápido y avasallante. Pero no era suficiente, así que seguí, hasta correrme tres veces seguidas, y luego sí, al fin me dormí.Me desperté cerca de las 11am, con una resaca tremenda. La cabeza me daba vueltas, y el estómago lo tenía al revés, corrí al tocador. Luego me metí a la ducha para tratar de aliviar el males
Leer más
Una cena especial
Al llegar a casa por supuesto me esperaba mi fiel compañero.—Hola pequeño, ¿Te has portado bien? —le regalé unos cuantos besos en la cabeza, me puse mi remera de dormir y me metí a la cama.El domingo nos despertamos tarde como de costumbre, tenía unas 10 llamadas perdidas y unos cuantos mensajes amenazantes de Ariana, le escribí que estaba bien, solo que cansada, para que se quedara tranquila. Me puse mi viejo y querido traje dominical de jeans rotos All Star negras y remera de bandas de los '90, un grueso sweater de lana, la chaqueta, cogí el bolso y salimos a pasear luego del desayuno. Caminamos hasta el parque, buscamos un claro y nos tiramos sobre la manta. Xander encontró un compañero de juegos, un cachorro de labrador que estaba con sus dueños y se la pasaron corriendo entre ellos y luchando por una rama, tomé mi cámara y les saqué tantas fotos como pud
Leer más
Electra y César
La semana fue tranquila, me dediqué de lleno al trabajo, salí algunas noches con las chicas, otra vez con Tomy, antes de su viaje a Londres, e intercambiamos unos cuantos mensajes con Sebastián, asistí a mi primera reunión con el grupo de apoyo y si bien no es de mis actividades favoritas, tampoco fue de lo peor. Dante solo cruzaba mi cabeza cuando iba a la cama, ese momento en el que no tenía más remedio que lidiar conmigo misma, era el momento propicio para atormentarme con sus recuerdos, con su ausencia.El sábado me dediqué a los quehaceres domésticos, limpié en profundidad la casa, luego le llegó la hora del baño a Xander, y eso fue otra historia. Fuimos a hacer la colada, y luego visitamos a Caty llevando un delicioso almuerzo. Al volver a la casa pasamos a hacer compras. Después de guardarlo tomé un relajante baño de burbujas, y ya que no tenía planes
Leer más
Gala
El domingo volvimos al parque como siempre, y mientras estábamos relajados disfrutando de los primeros soles de abril, Dante volvió a aparecer.—Hola Lex.—Hola Dante. ¿Vienes por Xander otra vez?—Sí, salí a correr, y los vi aquí, así que quería llevármelo.—Claro. Ve pequeño —ambos se marcharon y yo me quedé pensando en la gran mentira que me acababa de decir, él sabía perfectamente que estaríamos aquí. Había dos opciones, o realmente extrañaba mucho a Xander o buscaba excusas para verme. No le di demasiadas vueltas al asunto, Dante me causaba migraña y no permitiría que arruinara mi domingo. Llené mi boca de chuches y volví a mi libro. Me perdí en la bellísima mitología griega, por un rato pude verme recorrer las calles de Troya, y ver pelear a gigantes como
Leer más
Solo tú...
—Buenas noches Lex, Mendoza —dijo cambiando el tono de su voz.—Buenas noches Dante. ¿Te diviertes? —Traté de sonar tan casual como pude.—No mucho, ¿puedo? —dijo estirando el brazo hacia mí y haciendo caso omiso a Seba, quién asintió y me entregó a él. Enseguida tomó mi mano, colocó la otra en mi cintura y me atrajo hacia su cuerpo. Olía maravillosamente bien, esa dulce mezcla de madera y cuero. Y se veía de ensueño con su smoking hecho a la medida. Por supuesto era un bailarín dotado. Se movía por el salón, como si solo estuviéramos nosotros. Su contacto, su aroma, todo se potenciaba, y me extasiaba.—Luces encantadora Lex. No creí que fuera posible que te vieras aún más bella, pero me equivoqué.—Gracias Dante, tú también luces muy bien, como de c
Leer más