La semana fue tranquila, me dediqué de lleno al trabajo, salí algunas noches con las chicas, otra vez con Tomy, antes de su viaje a Londres, e intercambiamos unos cuantos mensajes con Sebastián, asistí a mi primera reunión con el grupo de apoyo y si bien no es de mis actividades favoritas, tampoco fue de lo peor. Dante solo cruzaba mi cabeza cuando iba a la cama, ese momento en el que no tenía más remedio que lidiar conmigo misma, era el momento propicio para atormentarme con sus recuerdos, con su ausencia.
El sábado me dediqué a los quehaceres domésticos, limpié en profundidad la casa, luego le llegó la hora del baño a Xander, y eso fue otra historia. Fuimos a hacer la colada, y luego visitamos a Caty llevando un delicioso almuerzo. Al volver a la casa pasamos a hacer compras. Después de guardarlo tomé un relajante baño de burbujas, y ya que no tenía planes
El domingo volvimos al parque como siempre, y mientras estábamos relajados disfrutando de los primeros soles de abril, Dante volvió a aparecer.—Hola Lex.—Hola Dante. ¿Vienes por Xander otra vez?—Sí, salí a correr, y los vi aquí, así que quería llevármelo.—Claro. Ve pequeño —ambos se marcharon y yo me quedé pensando en la gran mentira que me acababa de decir, él sabía perfectamente que estaríamos aquí. Había dos opciones, o realmente extrañaba mucho a Xander o buscaba excusas para verme. No le di demasiadas vueltas al asunto, Dante me causaba migraña y no permitiría que arruinara mi domingo. Llené mi boca de chuches y volví a mi libro. Me perdí en la bellísima mitología griega, por un rato pude verme recorrer las calles de Troya, y ver pelear a gigantes como
—Buenas noches Lex, Mendoza —dijo cambiando el tono de su voz.—Buenas noches Dante. ¿Te diviertes? —Traté de sonar tan casual como pude.—No mucho, ¿puedo? —dijo estirando el brazo hacia mí y haciendo caso omiso a Seba, quién asintió y me entregó a él. Enseguida tomó mi mano, colocó la otra en mi cintura y me atrajo hacia su cuerpo. Olía maravillosamente bien, esa dulce mezcla de madera y cuero. Y se veía de ensueño con su smoking hecho a la medida. Por supuesto era un bailarín dotado. Se movía por el salón, como si solo estuviéramos nosotros. Su contacto, su aroma, todo se potenciaba, y me extasiaba.—Luces encantadora Lex. No creí que fuera posible que te vieras aún más bella, pero me equivoqué.—Gracias Dante, tú también luces muy bien, como de c
Apenas entré Xander por supuesto me esperaba ansioso. Le regalé unas caricias, y me metí a la cama. Pensé en lo que había pasado, y me sorprendí al descubrir que Dante no se había metido en mi cabeza en ningún momento mientras estuve con Seba. Quizás después de todo, olvidarlo no era imposible…Los ladridos de Xander me sobresaltaron, y escuché que golpeaban la puerta, aún algo dormida me levanté, la abrí y Xander se abalanzó sobre Ari, que venía acompañada por mis padres.—Hola precioso. ¿Me has extrañado? —le decía en tono juguetón a la pequeña bestia que no paraba de lamerla y demostrarle su amor.—¿Qué hacen aquí? Creí que nos encontraríamos en la cafetería —dije mientras besaba a mis padres.—Queríamos conocer tu a
Como prometió pasó por mí a tiempo y fuimos a cenar a un bello restó hindú. La charla fluyó de manera agradable, era fácil estar con él, me hacía reír, era un hombre interesante, amable, caballeroso. Y siempre estaba pendiente de mí. Comencé a pensar que quizás mi mejor elección debería ser él. De regreso al apartamento me acompañó a la puerta.—¿Hoy también debería estar sola, o prefieres acompañarme?—¿Quieres que me quede?—Sí.—¿Solos tú y yo?—Lo prometo —Xander recibió de mala gana a mi acompañante y tuve que regañarlo otra vez.—¿Quieres beber algo?—Una cerveza estaría bien —fui por dos coronitas frías y nos sentamos en el sofá, tomé el man
Los días se volvieron rutinarios, Sebastián y yo, éramos cada vez más una pareja ordinaria como cualquier otra. Los días los dedicaba a terminar de organizar la exhibición, y las noches la repartía entre Sebastián y mis amigas. Thomas aún seguía de viaje en Londres, pero hablábamos a diario. Le conté de la gala, y coincidió en que lo mejor sería tratar de olvidar a Dante. También me comentó que estaban organizando el traslado de Caroline a Madrid, y que estaría de vuelta para la muestra.El viernes anterior a la exposición Ari, Caty, Seba, Sergio y yo nos encargamos de los detalles finales, colgar las fotografías, arreglar las luces y el mobiliario, dejar lista la folletería, etc. Volvimos a casa cerca de las 3am, agotados y solo dormimos.El despertador marcaba las 10am cuando sonó. Busqué a mi alrededor y Seba no es
—Su atención por favor, mi nombre es Raquel Wachler, como algunos ya sabrán, soy la orgullosa dueña de ésta galería y tengo el honor de volver a presentar a una de nuestras artistas prodigio. Les pido un fuerte aplauso para Lexy Vázquez —por supuesto me puse bordó al escuchar eso, pero no tuve más remedio que subir y hablar.—¡Muchas gracias! Bienvenidos a la exhibición “Momentos” el tema de la muestra trata sobre los momentos significativos en la vida de las personas, muchos creen que la existencia es un todo, pero para mí se trata de pequeños momentos, momentos de felicidad, tristeza, dolor, dicha. Y quise captar cada uno de ellos. Espero que lo disfruten y que encuentren su propio momento. Gracias por venir —una nueva oleada de aplausos y felicitaciones comenzó, sentí que necesitaba un instante a solas, así que me fui al dep&o
Las semanas se convirtieron en meses, hice lo que prometí y me encargué de la publicidad de los hoteles, me asignaron una oficina en la empresa de Madrid, y fue un reto interesante encargarme de eso. Tomé miles de fotografías en el complejo madrileño, la mayoría de los hoteles de la cadena lucían igual, solo cambiaban algunos pequeños detalles, pero uno solo serviría para todos. Diseñé unas gráficas elegantes y con mucha clase, que mostrara el tipo de lugar que eran los hoteles Miller. Mi padre estuvo encantado con mi concepto y los implementó apenas estuvieron disponibles. También me encargué del diseño de la página web, dándole un aire mucho más moderno. No veía tanto a Tomy, ya que desde que Caroline se mudó a su apartamento de Madrid estaban en una especie de luna de miel, claro que sí me reunía con las chicas, y algunos
Daban cerca de las 8pm cuando llegué al aeropuerto de Barajas. Sebastián me esperaba con un hermoso ramo de lirios y una sonrisa de un millón de euros. No pude evitar sonreír, lo había extrañado, y verlo ahí me gustó. Me colgué de su cuello y él me levantó en el aire y me besó como si fuera la primera vez. Definitivamente debía viajar más seguido. De camino a su apartamento le conté de lo mucho que había disfrutado dar el seminario y que tenía ganas de estudiar una maestría para poder dar clases y le encantó la idea. Luego le hablé de Nuria y de mi invitación a que nos visitara en Madrid. La casa de Sebastián era bella y luminosa, estaba en el piso 9, y daba justo a un bello parque. Era un espacio abierto, pisos de madera y paredes color huevo, en la entrada colgaban unos pergaminos fotográficos de ambos lados, luego se abr&