Justo lo que necesitaba. Ansiosa esperé la llegada del miércoles. Tomé una ducha, sequé mi cabello y lo dejé suelto y alborotado. Me maquillé suave los ojos y rojo pasión los labios. Escogí un conjunto de satén rojo y un ceñido y pequeño vestido, tenía el torso rojo, sin tirantes, y en el escote una pequeña V. Y debajo de la línea del busto se unía a una falda tuvo negra con una raja trasera, me llegaba por encima de las rodillas. Me puse unas sandalias de tacón negras de infarto, cogí un pequeño bolso de mano negro y salí. Llegué rápidamente a su piso. Vivían cerca de la casa de Dante, conocía muy bien la zona. Llamé al portero con un nudo en el estómago, me sorprendí al escuchar la masculina voz de César, no lo había escuchado antes.
—¿Diga?
—Soy Lexy.
Para finales de septiembre Daniel me mostró los planos, era exactamente lo que quería. Así que la obra comenzó, prometió que estaría todo listo en unos meses. Rogué por que fuera cierto.Estaba en clase cuando sentí mi móvil vibrar, lo miré y vi que era Ari, decidí no darle importancia, ya la llamaría cuando terminara. Pero la pequeña estaba insistente. Apenas terminó la clase, recogí mis cosas para pasar a la siguiente asignatura, decidí cogerle el teléfono, ya que no paraba de sonar.—¡Si serás insistente Ariana, estoy en medio de la cursada! —la regañé.—Lex, ha ocurrido algo, debes venir al hospital ahora mismo —su voz sonaba desesperada y entrecortada.—Voy para allá —dije y corté. Mi cabeza iba a mil kilómetros por hora, no podía pensar con cl
Nos dirigimos a la habitación privada que le habían dado, todos entramos menos Ari, no podía verlo, le traía malos recuerdos. Me quedé al pie de la cama, mientras sus padres se acercaban a él, Euge y Lauty se acercaron por el otro costado. Me sujeté con fuerza a la cama, estaba muy golpeado, tenía una venda en la cabeza, el brazo izquierdo con una férula al igual que su pierna derecha, estaba conectado a un respirador y lleno de cables por todas partes. Sentí que mi mundo se derrumbaba, no esperaba encontrarlo en tan mal estado. Se me hizo un nudo en la garganta y sentí como las lágrimas luchaban por salir de mis ojos. Ni siquiera parecía él, lucía tan indefenso, mi Dan no era así. Él era fuerte, temerario, no se dejaba amedrentar por nada, ni nadie. El hombre que yacía en la cama, apenas si lucía como una persona normal. Me juré a mí mis
Cuando todos se fueron, volví a mi lugar a su lado, y continúe leyéndole. No estaba segura de que me escuchara, pero debía intentarlo.—Me recuerda a nosotros, no se sabe quién es el orgulloso ni quién el prejuicioso de los dos. Quizás un poco de ambos. Pero su amor es épico y trasciende los problemas. Así que sé mi Darcy y ven a mí cariño —le rogué mientras besaba su frente.Una enfermera colocaba una manta sobre mí cuando desperté.—Lo siento, no he querido despertarla —se disculpó de inmediato la mujer.—No se preocupe, tengo sueño ligero. Gracias por la manta.—También le he traído una almohada, quizás ayude en algo. Aquel sofá es mucho más cómodo —dijo señalando el sofá de tres cuerpos bajo la ventana.—Se lo agradezc
El viaje a Madrid fue rápido, no quería dejar a Lexy en éste momento, la muerte de su padre la había afectado demasiado y me necesitaba. Aún no podía creer que fuera a mí a quien necesitaba, pero entre todas las personas que se encontraban ahí para ella, solo yo parecía poder consolarla. Sentí que, en el fondo, detrás de esa puesta en escena que se había inventado con Mendoza, aún me amaba, aún era a mí a quien pertenecía. Sonreí ante esa posibilidad.Ni bien aterrizamos en Barajas, Félix fue por el auto, miré mi móvil para saber si ella me había escrito algún mensaje, pero no hallé nada. Volvimos al apartamento y la policía se encontraba revisando todo.—¿Usted es el dueño del piso? —preguntó un oficial apenas cruzamos la puerta.—Sí, soy yo, Dante Na
Los días en la rehabilitación son extremadamente rutinarios, nos levantan a las 8am, ducha y luego desayuno en el comedor. A las 10am tengo mi sesión de terapia individual, donde por dos horas hablo de mí, de mi pasado, de mi infancia, de mi adolescencia, de la muerte de Max, de mi anterior tiempo aquí, de Dante, de mi familia, de mi dependencia de Thomas, de mis miedos, de más miedos, y de cómo encarar los problemas y no huir de ellos. El doctor Pérez es un excelente terapista, ya lo conozco de mi primera vez aquí y le tengo confianza, hablar con él es fácil, y logra sacar de mí, mis más oscuros secretos. Incluso aquellos que ni yo recuerdo. Luego el almuerzo, vuelta al comedor, por supuesto mi natural rechazo al contacto humano me impedía sociabilizar con el resto de los pacientes, así que me limitaba a sentarme y comer en silencio, mientras por dentro una descomunal batalla se
Estar en casa era maravilloso, con mi pequeño y mis cosas me sentía mucho más tranquila. Revisé la contestadora y el correo, puse al día los pagos de las facturas y respondí a los mensajes de trabajo. La despensa estaba vacía por lo que salimos a hacer las compras. Tomé el abrigo, la correa de Xander, el bolso de mano y fuimos a dar una vuelta. Casi involuntariamente, pero no tanto, pasé por el edificio de Dante con la esperanza de encontrarlo, por supuesto no tuve suerte, el portero al reconocerme me dedicó una sonrisa y yo le devolví otra. Al volver a casa luego de hacer algunas compras, prendí el equipo de música y Keane con Again And Again comenzó a sonar. Guardé las compras, llené los cuencos de Xander y me puse a cocinar, me preparé un exquisito estofado de ternera madrileño con un robusto vino cabernet. Luego de la cena guardé
Tomé un taxi y me dirigí a las oficinas de Miller Enterprise. Estaba ubicado en el piso 23 de un importante edificio de negocios. Dos puertas enormes de vidrio con el logo de la empresa y la leyenda “Miller Enterprise” daban la bienvenida. Luego en el recibidor un gran mostrador de metal repetía el logo y una mujer con una enorme sonrisa me saludaba, me anuncié y pregunté cuál era la oficina de Tomy. Crucé todo el interminable bloque de cubículos y despachos hasta llegar al de él.—Buenos días, ¿En qué la puedo ayudar? —preguntó una dulce voz. La secretaria de Tomy, imaginaba.—Hola, busco a Thomas ¿Está?—¿A quién anuncio?—Lexy —la mujer habló unos segundos y me indicó que pasara. Entré y Tomy estaba sentando tras su escritorio con cara de preocupado,
Los golpes en la puerta me despertaron, me había quedado dormida en el sofá y el cuello me estaba matando, miré para todos lados, eran casi las 8am, la puerta volvió a sonar, me refregué los ojos y abrí. Xander se metió entre mis piernas y salió, Dante estaba parado ahí, llevaba un hermoso traje de tres piezas, azul, camisa blanca y corbata a rayas azules y blancas. Lucía maravilloso como siempre. El pequeño se abalanzó sobre él y lo llenó de mimos, estaba claro que no solo yo lo extrañaba, y se lo hacía saber, él lo agarro de los mofletes como solía hacer y lo movía para todos lados.—¡Hola grandulón! ¿Cómo has estado?—Pasa Dante, enseguida vuelvo —no dejé que respondiera y me metí al baño, lavé con énfasis mi rostro y me cepillé los dientes, asent&ea