Los días se volvieron rutinarios, Sebastián y yo, éramos cada vez más una pareja ordinaria como cualquier otra. Los días los dedicaba a terminar de organizar la exhibición, y las noches la repartía entre Sebastián y mis amigas. Thomas aún seguía de viaje en Londres, pero hablábamos a diario. Le conté de la gala, y coincidió en que lo mejor sería tratar de olvidar a Dante. También me comentó que estaban organizando el traslado de Caroline a Madrid, y que estaría de vuelta para la muestra.El viernes anterior a la exposición Ari, Caty, Seba, Sergio y yo nos encargamos de los detalles finales, colgar las fotografías, arreglar las luces y el mobiliario, dejar lista la folletería, etc. Volvimos a casa cerca de las 3am, agotados y solo dormimos.El despertador marcaba las 10am cuando sonó. Busqué a mi alrededor y Seba no es
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