—Dante, cuando estuve en Caracas usaba solo la ropa que me compró mi hermana, jamás me sentí yo, era más una muñeca que vestían mi hermana y Elena, estaba en un ambiente bastante respetuoso en el hotel y el restaurante, pero las veces que debía ir a un centro comercial, solo lo soportaba si iba con ellas, ¿recuerdas el día que llegué a buscarte en la empresa y tu recogías tus cosas? —Claro que lo recuerdo, no quería verte y lidiar con tus acusaciones. —Tonto, yo jamás te creí culpable, pero bueno, la cosa es que mi intención no era buscarte, yo iba a un centro comercial, pero vi tu camioneta gigante y te busqué, luego hice una prueba, si yo era capaz de durar una hora sola en un centro comercial lleno de gente, no iría al convento, no aguanté ni 10 minutos, me dio un ataque de ansiedad y hasta se me durmió la cara y sudaba frio, regresé al hotel y lo supe, debía ser monja para tener paz en mi vida. —De habérmelo dicho, yo t
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