El aroma a pollo cocinado se mezcló con el de verduras hervidas y frescas, preparadas en ensaladas. Dos largas mesas armadas con anchas tablas sostenían un banquete. A los costados, decenas de banquetas de madera, artesanales, estaban dispuestas para cada uno de ellos.Mario se ubicó en la cabecera, y los demás líderes a uno y otro lado. Reynaldo estaba sentado cerca, al lado de Matute, pero aún así anhelaba aproximarse más a su mentor. Le envió un gesto, con un leve movimiento de cabeza, el cual fue correspondido con una sonrisa y un guiño de ojos. A pesar del viento, el clima que se percibía era el mejor. Reynaldo podía sentir el compañerismo, la camarader&iacut
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