Cuando las guardias entraron al despacho de Umha, Safra estaba sentada en el sillón, arma en mano, con los pies sobre el escritorio, como si estuviese aburrida. Artemis, de pie contra la pared, contemplaba absorta la situación, casi como una espectadora ajena a los hechos.Las guardias entraron en manada, como unas 6 de un solo golpe, comandadas por una trans de complexión robusta, de casi un metro noventa, rostro serio, adusto. Esta hechó una mirada rápida, vio el cuerpo de Umha a un costado, destilando sangre, sin vida.-Capitana Safra, ¿podría explicar que sucedió?Ella siguió en el sillón, dando pequeños y suaves giros de un lado a otro. Con una sonrisa socarrona, respondió:-La regente Umha quiso acusarnos de traición, siendo que ella es la que está detrás de los movimientos de los rebeldes. Quiso atacarnos con un arma, a lo que
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