Kaylee se posó las manos sobre la cadera, camino dando vueltas por su habitación y recordó las palabras del chico, prometiéndole miles de cosas. Jadeó nerviosamente y suspiro antes de intentar relajar su cuerpo. Se colocó la larga falda que su padre solía obligarla a usar, solo para esconder sus largas y torneadas piernas.Su padre la esperaba abajo, la llevarían a su cita con la psicóloga, una vez más.Estaba nerviosa, a pesar de que mantenía su cuerpo intacto. Pero, había estado a punto de entregar todo y sentía que la psicóloga podría olfatear las ganas que tenía por perder la marca que al parecer tenía en la frente.Se agachó y tomo su bolso para poder esconder el regalo de Dante en un lugar seguro. Si su madre lo encontraba, estaría perdida y probablemente terminaría en el convento.Metió
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