—Yo te amaba —expresó él. Paloma enarcó una de sus cejas, ella se dio cuenta de que Iván estaba confundido con respecto a sus sentimientos, pero solo él tenía la responsabilidad de aclararlos, sin embargo, ella debía dejar las cosas claras—. Fuiste la luz de mi vida —prosiguió él—, te busqué día y noche, no me va a alcanzar la existencia para compensarte por todo el daño que te causé. —Sollozó Iván, mientras agachaba la cabeza. —No necesito que me compenses —rebatió la joven—. Lejos de ti, aprendí a ser feliz, a amarme a mí misma —respondió con seguridad—. Cuando te dejé me sentí devastada, y la única ilusión que me mantenía con vida, eran mis pequeños —confesó—, pero con el pasar del tiempo, cada mañana me despertaba con la sola idea de ver la sonrisa de Diego, esa me alegraba mis días sombríos, entonces ese hombre que estaba igual de roto que yo, me devolvió las fuerzas, me aceptó como soy, ama a mis hijos —explicó mientras la voz se le fragmentaba—. Al lado
Leer más