Pensar que vería a Ryan, al siguiente día me llené de ansiedad y no pude pegar el ojo en toda la noche, me removía en las cobijas, sentía calor, frío, sed, tuve que levantarme en dos ocasiones al baño. Mi corazón estuvo muy inquieto y mi mente empezó a maquinar. Incluso por un momento me senté a observar a Warren, ese domingo más temprano nos había dedicado todo el día, fue la compensación por llegar tan tarde entre semana y básicamente no vernos, la pasamos todo el día jugando con nuestro pequeño, viendo películas y comiendo.Incluso fui feliz en algunos instantes, como la familia que éramos. Y empecé a sentirme culpable, por lo que le estaba haciendo, le estaba engañando, y no solo había sido con un hombre, ya iban dos y si seguía por este camino quién sabe con cuantos más. Esta no era la Elena con la que se había casado, mucho menos de la que se había enamorado. Empecé a preguntarme por qué había hecho eso, si lo amaba aún o esa era la verdadera razón de mis actos
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