__No soy feliz, ya no.AtentamenteElena Park__Después de otras cuantas, muchas copas de vino decidí enviarle un mail con mi respuesta. __Gracias por tu sinceridad, Elena.AtentamenteDoctor, Ryan Wine__Recibí su respuesta inmediatamente. Me fui a la cama un poco más aliviada, ebria, cansada y aún con olor a él y a su sexo. (…)Una sensación horrible me invadió, sentí nauseas, la cabeza me daba vueltas, intenté abrir los ojos, pero la luz del día me cegaba y me hacía doler más la cabeza. ¡Oh, Dios! ¡Te mereces esto, Elena! Me reproché. – Buenos días, señora Park –una voz dulce y delicada me asustó, abrí los ojos de par en par y busqué con la mirada nublosa de quien provenía la voz. – ¿Quién eres? ¿Cómo entraste? –pregunté asustada cuando vi a una señora de edad en mi habitación.– Cálmese, señora P
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