Despierto y veo que ya está clarito, que hora será me pregunto toda adormitada. Veo la hora y madre mía son casi las nueve de la mañana, como pude haberme quedado dormida, luego observo la habitación y no veo mis cosas y ahí empiezo a recordar la cena de anoche y lo que sucedió después. Me quito la sabana y veo que estoy desnuda, nooo ¡Que hice! ¡que hice! me levanto de la cama desesperada, Alexander debe estar feliz pensando que soy una más de su lista de conquistas, que vergüenza como pude caer en su juego, me lamento. Gracias a Dios que él no está en la habitación, veo un papel al lado de su almohada y lo leo - preciosa no te desperté porque tuve lástima, debes estar muy cansada ya que anoche ambos trabajamos mucho. Te daré el día libre por hoy, en unas horas llegaré a casa para llevarte a dar un paseo. Alexander-. Siento caliente mi cara por lo que escibió que anoche trabajamos bastante, y bueno es cierto porque casi al amanecer nos dormimos.
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