Carolina Miller
Mi nombre es Carolina Miller, tengo veinte años de edad. Nací en la ciudad de México pero debido a que mi padre era estadounidense nos tuvimos que trasladar para este país específicamente para Nueva York.
Tenía doce años cuando mi padre murió, él venía del trabajo que quedaba a dos horas de nuestro hogar pero nunca logró llegar a casa porque en el camino tuvo un accidente de tránsito y murió.
Quedé devastada con su muerte porque él era la persona que yo más amaba y admiraba porque era el único que me demostraba cariño y afecto.
Pocos meses después de la muerte de mi padre, mi madre se juntó con un señor mayor que ella.
Desde que lo conocí no me cayó para nada bien. Él me miraba de una forma diferente a la mirada que papá me daba.
Mi padrastro delante de mi madre era un ángel pero cuando mi madre salía de casa a trabajar y él no iba a su trabajo yo tenía que encerrarme en mi habitación bajo llave.
Por eso odiaba los días que no me tocaba ir a la escuela porque yo prefería estar fuera de casa que estar dentro de ella y peor con mi padrastro.
Mi madre se casó con ese hombre con el pretexto de que sola no podría mantener una casa y a una hija que solo pensaba en estudiar y que se le había metido en la cabeza que quería ser abogada.
Ella se reía de mí porque decía que eso sólo era para hombres o para personas adineradas, no como nosotras que vivíamos del día a día y por alguna razón eso me daba más fuerza a estudiar para el día de mañana ser alguien en la vida y poder salir de la pobreza.
Pasaron los años y yo ya no soportaba a mi padrastro con sus malos tratos hacia mí y mi madre, sus gritos y humillaciones diciendo que yo solo para sirvienta podía servir y la verdad es que eso dolía y lo peor es que mi mamá jamás le reprochó que me dijera tales cosas.
Al contrario, ella lo apoyaba decía que él tenía razón. En varias ocasiones intentaron sacarme de la escuela a la que asistía en ese momento, pero yo les supliqué que no lo hicieran y gracias a Dios me permitieron continuar con mi estudio.
Mi padrastro era un hombre borracho y maltrataba a mi mamá y ella lo que decía era que eso le pasaba por desobedecerle en algo a él, me decía que eso era normal en un hogar o en una pareja.
Yo nunca estuve de acuerdo con lo que ella pensaba acerca del comportamiento de su marido, se supone que él debería de cuidar y respetar a su mujer, no maltratarla como él hace con mi mamá.
Yo solo le pedía a Dios que no me fuera a poner como esposo a un hombre que me maltratara como mi padrastro lo hace con mi madre.
Cuando cumplí los quince años de edad, mi padrastro intentó abusar de mí, en ese momento él estaba borracho entonces me fue más fácil zafarme de su agarre y correr hacia mi habitación, ahí esperaría hasta que mamá llegara para contarle lo que ese depravado intentó hacer nuevamente.
Aunque era en vano decírselo porque cuando yo le contaba esas cosas, ella me castigaba y me decía que eran inventos míos y que hablaba en mal de su marido solo porque le tenía envidia a ella.
Al pasar las horas llegó mamá a casa, salí de la habitación y me dirigí hacia la cocina que era donde ella se encontraba saludando a su marido, y pues pasó lo que tenía que pasar.
Cuando le conté, ella me echó de la casa, apenas pude recoger las pocas pertenencias que yo tenía, las metí en una mochila y salí de casa hecha un mar de lágrimas.
Mi mamá no fue digna de darme un centavo aunque sea para que comiera ya que ella sabía que yo no tenía nada.
Salí a la calle preocupada porque era de noche y no tenía a dónde ir ni a quién acudir, puesto que aquí no tenemos familia y amigos no tengo porque en el instituto nadie se relaciona conmigo porque dicen que soy huérfana y que ni mamá tengo porque nunca han visto que ella vaya a algún evento o reunión, en pocas palabras no tengo quien me represente.
Pasé dos meses en la calle, comiendo las sobras de comida que encontraba en los basureros, dormía en una plaza y me arropaba con cartón o periódico.
Nadie me daba trabajo porque mi aspecto de indigente les daba desconfianza.
Pero yo no me daba por vencida seguía buscando. Un día me acerqué a una casa y toqué la puerta, me abrió una pequeña niña muy bonita ojitos azules, y con una enorme sonrisa dibujada en su pequeño y perfecto rostro.
Me sorprendió que no me tuviera miedo, le pregunté si estaba su mamá en casa, a lo que ella respodió que vive con su abuela, a los pocos segundos apareció una señora de buen aspecto y la verdad tuve miedo de que me rechazara como lo hacían las demás personas a las cuales les pedía trabajo.
Pero ella se notaba muy diferente, le dije que andaba en busca de trabajo y entonces ella me hizo pasar al interior de su casa, me ofreció una taza de café y yo gustosa acepté.
Después de un rato de plática y de haberle contado mi historia, le dije que si me lo permitía le podía ayudar a hacer los quehaceres de la casa y que me pagara con alimentación.
Doña Matilde fue muy amable conmigo me dio abrigo en su casa y la oportunidad de trabajar en su tienda de ropa, retomé mis estudios gracias a que ella para apoyarme me daba los fines de semana libres, por lo tanto eso me ayudó a continuar realizando mis estudios y así cada día acercarme más a mis sueños.
Actualidad... Actualmente tengo veinte años de edad, y ya hace dos años que Doña Matilde me ascendió a gerente en su tienda de ropa de vestir, su nieta me adora y yo la adoro a ella, la quiero como si fuera mi propia hija o mi hermanita la que nunca tuve porque soy hija única. Estoy cursando mi último año de la carrera de derecho, sí, como se los dije al principio mi sueño es ser abogada y gracias a Dios estoy a punto de convertirme en ello. Gracias al esfuerzo y sacrificio que puse en mis estudios, me gané una beca y con esa ayuda es que estoy sacando adelante mi carrera ya que estoy en una universidad privada y pues ya saben cómo son de costosas. Quiero contarles que hasta la fecha no sé qué ha sido de mi madre, o sea la persona que me dio y que a la vez me arruinó la vida echándome a la calle. Pero gracias a Dios y a personas como la señora Matilde que me ha ayudado mucho sigo en este mundo. Creo que mi madre nunca me buscó o si ya se murió no lo sé, y debo de reconocer que e
Soy Alexader Facussé, tengo veinticinco años de edad. Soy dueño de una de las más grandes corporaciones en el mundo hotelero y varias firmas de bufetes de abogados me pertenecen, todo esto situado en los Estados Unidos y varios países de centroamérica.Hace cinco años perdí a mi padre en un accidente aéreo, por lo tanto a mi corta edad me tocó tomar el mando de las empresas y les confieso que al principio no fue nada fácil puesto que yo solo contaba con veinte años de edad.Pero gracias a que aprendí muy bien de mi padre a manejar las empresas, ahora estas se han ído expandiendo a lo largo de varios países, también he abierto varios bufetes, pues cuando mi padre murió yo estaba estudiando derecho ya que era la carrera que me apasionaba pero pasó lo del accidente entonces tuve que mancomunar ambas empresas convirtiendose en una corporación.Soy hijo único, mi madre vive sola, no ha vuelto a rehacer su vida con otro hombre
Carolina MillerMe sentí tan avergonzada y a la vez enfadada por lo que el señor Facussé me dijo, pero no le reclamé nada, dejé que ese mal comentario pasara desapercibido, ya que iba comenzando con mi pasantía y no me convenía hacer una rabieta por tal cosa además de que los nervios se apoderaron por completo de mí.Luego el señor Facussé me dijo las actividades que tenía que hacer y pues me puse manos a la obra.Las horas pasaron lentamente pero al fin llegó mi hora de salida, me despedí de mi jefe y salí a tomar un taxi rumbo a casa, me hubiese ído caminando para ahorrar el poco dinero que tenía pero es que en realidad me sentía cansada y sin ganas de caminar.Por suerte sólo estaría tres días a la semana con el señor arrogante, lunes, miércoles y viernes y sería solo por la tarde, así que me quedaba chance de trabajar en la tienda siempre por la mañana; gracias a Dios porque necesitaba el trabajo.Llegué a mi departamento, ya eran las och
- Ella es mi novia. Le dijo mi jefe al señor Bacaro, y me colocó su mano en mi cintura, me acercó a él y me dió un beso en la mejilla, muy pero muy cerca de mi boca y me dedicó una sonrrisa de esas que hacen que uno se ponga roja y caliente.Yo estaba muy nerviosa, no sabía porque se comportaba de esa manera si él me odia.Pero me quedé callada, en su momento me explicará pensé.El señor Bacaro se veía muy apenado, le pidió disculpas a mi jefe por tal comentario y ahí murió el asunto.Giré mi vista hacia la asistente del señor Bacaro que en todo este momento se había mantenido en silencio, esta me dió una mirada que si los ojos dispararan balas creo que ya me hubiese disparado a matar, me imagino que no le gustó para nada que el señor Facussé dijera que yo era su novia.Porque estaba claro que desde que llegamos, ella le puso el ojo a mi bello jefe y supongo que no se esperaba tremenda confesión por parte de él.Sonreí y me porté lo más norm
Y se preguntarán ¿qué fue lo que el señor arrogante me dijo?Pues me dijo - señorita Miller, que le quede claro que lo que hice el día de la reunión fue solo para ayudarla a quitarse de encima al viejo rabo verde de Bacaro.Le recuerdo que yo en ningún momento, por ninguna circunstancia de la vida me fijaría en una persona tan inútil y desagradable como usted, creame que a mi me sobran mujeres y ni loco me atrevería a que lo que pasó ese día se convierta en realidad. Así que no se haga ilusiones y limitese a hacer su trabajo.Ah y otra cosa, le pido que se mantenga alejada de los clientes o posibles clientes de mis empresas, le recuerdo que aquí está usted como una aprendiz para trabajar no para ligar, cada día desde que ponga un pie en esta empresa deje afuera su vida de mujerzuela porque aquí dentro no le servirá de nada-.Y aquí estoy en mi cama, salí de la empresa lo más rápido que pude luego de tranquilizarme en el baño.Al l
Tengo pensado ir a visitarla mañana ya que ella no se presentará a la empresa porque no le toca venir. Pero la verdad es que no sé ni donde vive, pero le diré a mi secretaria que me consiga la dirección, ya sea en su curriculum o llamandola a ella para pedirsela. Pero es que la verdad me da cosa que ella crea que quiero su dirección para poder ligar con la pobre chica como siempre lo hago con las mujeres. Estuve analizando un buen rato y ya sé, le diré a Marta (así se llama la secretaria) que necesito el curriculum de la señorita Miller, para ver su historial de estudios y poder ver si es apta para un puesto en la empresa cuando finalice su pasantía. Les cuento que tengo tantas ganas de pedirle disculpas y me sorprende porque yo no soy de las personas que les gusta andarse disculpando pero con ella es diferente. Llamo a Marta y le digo que me traiga la carpeta que necesito, minutos después dentra mi secretaria a mi despacho y me extiende un fo
NARRA CAROLINA MILLER Estoy sorprendida por el increíble cambio del señor Facussé, me trajo a una clínica costosa y pagó la cuenta. También perdió la reunión importante que tenía solo por quedarse conmigo a cuidarme. Es muy bonito gesto de su parte y le estoy muy agradecida. Ya estamos en mi apartamento y él me hizo un té que dice que su mamá se lo hace cuando él está enfermo y creo que me ha caído de maravilla porque ya me siento mucho mejor. Ahorita él está trabajando en su ordenador y yo aquí viendo una película, yo no quería prender la tele para no incomodarlo a él con su trabajo, pero dijo que no le afecta, que así mientras él trabajaba yo no me aburría. Y bueno aquí estamos sentados en mi sala yo acostada en el sofá más grande y él sentado en el sofá pequeño. De vez en cuando le doy una mirada y no cabe duda que mi jefe es muy guapo y más cuando está concentrado en su trabajo. Ya es la hora del almuerzo, le dije que ya me sentía bi
Han pasado dos semanas desde que Alexander se quedó a dormir en mi casa, en este tiempo él ha cambiado, ya no me ha vuelto a ofender y eso me gusta mucho. En ocasiones me ha invitado a cenar o almorzar y yo a veces acepto, hemos desarrollado una amistad muy bonita a pesar de que empezamos mal desde el comienzo, en muchas ocasiones él se me ha insinuado o me tira piropos y yo me pongo roja porque me da pena. Hoy viajaremos a Honduras, ya que una de sus empresas en ese país va a presentar una demanda en contra de la empresa que provee energía eléctrica porque aseguran que hay un cobro excesivo y no cuadran las cuentas por lo que investigaron y se dieron cuenta de que la otra empresa se está aprovechando de las empresas Facussé. Yo no quería viajar porque se supone que nosotros los practicantes no debemos salir fuera del país, además de que yo tengo compromiso en la tienda de ropa. Pero como Alexander dijo que él es mi jefe y que me daba el permiso