En los días siguientes, otra vez Hugh estuvo por mucho tiempo en los tribunales, pero esta vez no para ser interrogado, sino como espectador. Uno tras otro los cabecillas fueron cayendo, y Hugh se sorprendió al ver que el jefe de todos era uno de sus socios accionistas. Al parecer, no sólo tenía en sus planes apoderarse de H&H, sino de muchas otras empresas.Sin embargo, y a pesar de lo escandaloso que todo parecía, esta vez los medios se mantuvieron al margen, ya que este personaje en particular tenía relación de sangre con un senador.Una noche llegó David a casa cansado, aunque bastante aliviado porque todo prometía, y en el futuro, la empresa para la que trabajaba y que tantos dolores de cabeza le había provocado, se restablecería; con tiempo, paciencia y trabajo duro, pero volvería a la normalidad.Al verlo, Michaela se le acercó de inmediato.
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