Johanna Harris, ahora Johanna Donnelly, se estaba aburriendo en la fiesta. Oh, llevaba un precioso vestido rojo vino ajustado a su figura, unas costosísimas joyas y estaba peinada y maquillada por profesionales, pero en ese momento, habría dado cualquier cosa por en vez de estar aquí, irse a una de las fiestas de su antiguo barrio.Nunca se había imaginado que tener al hombre que amaba implicaba tantos sacrificios, y para completar el cuadro, la gente aquí no era muy receptiva que digamos. Había intentado iniciar una conversación ya incontables veces, pero todas las mujeres de su edad, o mayores, o menores, simplemente la miraban de arriba abajo y no se molestaban siquiera en contestarle.Delante de Simon eran tremendamente educadas y amigables, pero luego que él daba la espalda sacaban las uñas. Y no quería contarle nada a Simon, no quería parecer incapaz de hacer amigas, de encajar.S
Leer más