18 años atrás.Las estrellas estaban inquietas, pululaban en el cielo como si anunciasen que el fin del mundo comenzaría aquella noche, pues la furia de la bruja llegaba incluso hasta las costas provocando grandes oleadas y ventiscas que los habitantes de Aberdeen temían, tanto que las reuniones se vieron interrumpidas para resguardarse en los sótanos.Lo único que ella quería era el corazón naciente de aquella noche, quien se lo negaba no sería otro ser más que un ángel y algunos de sus compañeros quienes blandían hachas, espadas y bazucas debido a que la bruja no estaba sola, acompañada de una docena de seres inmortales bebedores de sangre, estaba dispuesta a todo con tal de poseer ese corazón, aunque el ángel fuera más poderoso que ella, incluso podía llevar al límite su poder. Sin embargo, aquel brujo primigenio también estaba con el ángel y creaba un escudo que ni ella podría romperlo.— ¡Ya es hora!Gritó una muje
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