Uno de los guardias se acerca a nosotros, sonríe a su jefe y lo que dice, me hace querer matarlo.—Ella es obstinada, hace un mes cuando la asaltaron le dijimos que debía evitar caminar sola.Bruno me mira con intensidad y retrocedo un paso, no cambia su expresión. Normalmente—les quiero explicar—cuando algo lo molesta y se enoja, si me atrapa viéndolo dulcifica su mirada para que no me asuste. Esta vez sin embargo, deja en claro que está molesto. Pero no fue nada, trataron de asaltarme, que es diferente. Es más, ya ni siquiera pensaba en ello.—¿Te hirieron?—No, solo fue el susto.—¿Dónde mierdas estaba Christopher?—Según sé, —intervino el guardia—en una conferencia médica, está fuera hace dos meses. Y jefe, cuando le dije que había que reasignar a alguien en su sitio, Ry
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