Uno de los guardias se acerca a nosotros, sonríe a su jefe y lo que dice, me hace querer matarlo.
—Ella es obstinada, hace un mes cuando la asaltaron le dijimos que debía evitar caminar sola.
Bruno me mira con intensidad y retrocedo un paso, no cambia su expresión. Normalmente—les quiero explicar—cuando algo lo molesta y se enoja, si me atrapa viéndolo dulcifica su mirada para que no me asuste. Esta vez sin embargo, deja en claro que está molesto. Pero no fue nada, trataron de asaltarme, que es diferente. Es más, ya ni siquiera pensaba en ello.
—¿Te hirieron?
—No, solo fue el susto.
—¿Dónde mierdas estaba Christopher?
—Según sé, —intervino el guardia—en una conferencia médica, está fuera hace dos meses. Y jefe, cuando le dije que había que reasignar a alguien en su sitio, Ryder dijo que él se haría cargo.
—Convócalo, lo quiero a primera hora mañana.
—Sí jefe.
Ellos estaban hablando en clave porque de verdad no lograba seguir la línea de su conversación. Solo entendí que debido al asalto, Ry estaba en problemas.
Por Dios… Oh, Dios… Ry estaba en problemas debido a mi imprudencia.
Un miedo visceral se me metió dentro de mí, porque sabía que ambos eran amigos, Bruno no era violento, sí, la parte teórica la dominaba, pero mi cuerpo parecía pensar diferente. A veces era como si tuviese otra yo dentro, una que tenía miedos que no parecían tener lógica.
—Olivia…
Bruno aparece en mi campo visual, me sujeta con ambos brazos y no me deja moverme. Manchas negras aparecen en mi campo visual y lo escucho llamarme, pero no puedo responderle.
—Ry…
—Nada va a pasarle, Olivia, sabes que no soy violento.
El guardia se aleja corriendo y vuelve con una gaseosa, que me hacen beber para que se me levante el azúcar. No puedo hablar, qué pena, un ataque de pánico. Bruno me ayuda a subir a su auto y nos alejamos. El viaje fue silencioso y por primera vez en lo que tenía de conocerlo, me percaté de la fuerte carga sexual que había entre ambos.
—Lamento el ataque de pánico.
—Pensé que estaban controlados, ¿Qué te ha dicho la psiquiatra?
—No he vuelto a verla.
—Oli…
—No estoy loca…
—Nunca lo he dicho. Ella es una buena amiga mía…
—Que me ha dicho que tengo desviaciones sexuales y que puede medicarme.
—¿Qué te dijo qué?
—Eso, y tengo las grabaciones. Porque me aseguro de grabar cada sesión para escucharla en casa.
—Pásame esas grabaciones, cariño.
—De acuerdo. Luego probé dos más y me decían cosas similares.
—Si quieres intentarlo de nuevo puedo acompañarte.
—No tiene sentido. Solo quiero que mi vida sea como antes.
—No quiero que lo nuestro cambie para mal, Oli. La mirada que te vi hoy, el pánico… No soy violento, nunca lo he sido salvo que me busquen Oli. Ryder me verá molesto, sí. Porque se le paga bien por un trabajo que no hizo. Le castigaré, sí, suspenderé su membrecía.
—No te entiendo—lo hacía, me sentía igual por eso estaba llorando, en silencio, sin que se notara porque de verdad me aterraba el perderlo, el que resultase que lo sexual era lo único que tendríamos en común—
Cuando llegamos a uno de los semáforos lo sentí mirarme, pero no voltee. No podía dejar que me mirara así, vulnerable. Condujo a su casa, no a la mía y no protesté, porque cada momento que pudiese tener con él, era valioso. Miré de reojo sus manos sobre el volante, su agarre de hierro mantenía una cierta estabilidad en el auto que me hacía sentir segura, confiada de que estaba con un hombre en total control de sus emociones.
Ya conocía su casa, es hermosa. Detiene su auto y abre el garaje, mientras esperamos a que abra, no suelta el volante, lo agarra con fuerza y eso me indica que hoy no está actuando igual que siempre.
Mete el auto y no me dice nada, no abro la puerta porque sé que él es un caballero y abrirla para mí, es su placer. Sin embargo no me abre, se recuesta desde fuera contra mi puerta cerrada y el pánico me gana, han sido demasiadas emociones y si me dice que no me verá más me moriré.
Así que las lágrimas, esas vienen por montones. ¿Por qué no lo acepto? Sabe de mis heridas, pero no las ha visto, no ha visto el horroroso mapa de cortes profundos que está tallado en mi piel y me aterra que me vea.
Abre mi puerta y me mira llorar y lo veo palidecer.
—No llores, cariño. Vamos bonita, me rompes el corazón.
Lo abrazo, me estrecha entre sus brazos y me lleva dentro. No hay nadie, solo llegan a hacerle la limpieza un par de días a la semana así que no me preocupa que alguien me vea así. Vamos a su habitación, me coloca en su cama y se mete conmigo. Son casi las tres de la madrugada y estoy cansada.
—Bruno, te amo. Pero hay demasiadas cosas que me asustan.
—Mi amor, mi niña. No hay ningún tipo de prisa, ¿lo entiendes?
—El sexo… me asusta contigo. Porque sabes de mis heridas, pero no las has visto.
—Confía en mí, déjame hacerte el amor esta noche, déjame entrar en tu corazón.
Nos desvestimos el uno al otro, hay prisa, hay ansias hay de todo menos miedo, no con él, no de él. Mira mis senos, parados, pequeños y erectos, listos para él y los introduce en su boca, estoy acostada y él sobre mí, en medio de mis piernas.
Me mira a los ojos mientras se frota contra mi piel.
—Dímelo Oli, di lo que anhela mi corazón.
—Te quiero… te necesito… Bruno.
—No hay vuelta atrás, empezaremos a ver el futuro como de ambos.
—Quiero un futuro contigo.
Entre en mí con cuidado y una vez dentro, pierde el control. Sus empujes son salvajes, su boca en mi mandíbula, su cuerpo aplastando al mío y amo la sensación. Sus manos agarran las mías y las colocan sobre mi cabeza. Le estoy dando el control total y mi plena confianza.
—Mi hada, mi hadita, déjate ir. Gime, grita para mí.
—Wolf… Dios…
—Vamos Oli, vamos…
—¡Es mucho!
El orgasmo nos da a los dos, siento su líquido caliente dentro de mí.
—Te amo Olivia, te amo con todo lo que tengo y más.
—Tengo que ir a trabajar. Necesito dormir un poco en mi propia cama.
—No has descansado, te mantuve despierta cuando tendrías que haber dormido.
—Esto… esto que pasó entre ambos, es mejor que dormir Bruno. Te amo y tenía miedo de que me fueses a pedir que me fuera.
—Por eso llorabas.
—Sí, mis emociones son fuertes y no sé si podría manejar el perderte.
—No voy a ningún sitio. Iré a hacerte el desayuno, báñate.
—Mi espalda…
—Luego la veré, hoy creo que has tenido suficientes altibajos.
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꧁☬Nos vemos en el capítulo que sigue.☬꧂
Una vez frente a mi casa, bajó conmigo, escaneó la zona buscando a los miles de asesinos que me esperan fuera de casa y me quitó la llave. Las vecinas, metiches miraban el auto de mí… ¿novio…? ¿Amante?, y salían como quien no quiere la cosa a regar matas que no tenían, algunas, llegaron más allá y empezaron a hacer flexiones y les juro, esas mujeres las únicas flexiones que hacían era para inclinarse sobre un plato de galletas.—Buen día, señoras. —les dijo con su voz lobuna.—Buenos días, ¿es de casualidad el jefe de Oli?—No, soy un hombre enamorado que trata de convencerla de que lo acepte.Los suspiros colectivos no se hicieron esperar. Condenado Bruno. Abrió mi puerta, digitó mi código—¿A qué hora se lo di? — y después de asegurarse
🅷🅾🆁🅰🆂 🅳🅴🆂🅿🆄🅴🆂…Miro con atención el traje que me ha dado Bruno para esta noche y no sé cómo demonios me lo voy a poner. Una llamada de mi jefe me distrae lo suficiente aunque me llena de preocupación.—Hola, Oli.—Jeff, un gusto.—Te necesito en la oficina ya mismo.—¿Ya?—Lo siento, una broma de mal gusto idea de Janice. Sé que vas de salida con Bruce Wolf. Te llamo por otra cosa y te pido que seas honesta, hemos adelantado la fecha del viaje y es la próxima semana. Toma libre desde hoy y hasta el martes.—
El chofer no me dice nada, su mirada esta hacia el frente, pero es joven, muy joven y demasiado raro. Es decir, podría pasar por empresario y no por chofer.—No eres un chofer—me atrevo a decirle.—Bruno no puede imaginar cuanta gracia me hace ver lo lista que eres. Accedí a ir por ti porque mi amante tenía miedo de que cualquier persona fuese a recogerte y pedí tener el honor de conocer de primera mano a la criatura capaz de poner el mundo de mi amigo, totalmente de cabeza.—Eres su otra pareja.—Lo soy, sí.—¿Cuál es tu nombre?—Christian…—Mientras no me digas Grey, todo bien.—No eres la primera mujer en reaccionar así, ese personaje de novela ha arruinado la vida de todos los Christian multimillonarios.Me le quedé mirando fijamente, era realmente simpático y bromeaba conmigo.
ıllıllı Bienvenidos al Club Cuervos Negros ıllıllı ♜ EVENTO PRIVADO, SOLO POR INVITACIÓN ♜Nicholas miraba el rótulo negro y dorado. Ese club era su lugar de escape cuando las cosas en casa se ponían difíciles. Y no debido a sus compañeros, hombres calientes como el infierno. No. Sino que su hambre por más…muchas veces era abrumadora.En general, Nicholas siempre sentía que algo le hacía falta. Sexualmente a
Olivia se subió sobre Nick, se agarró del cuello y empezó un baile de caderas, ardía por el hombre así que no le costó mucho. Depositó pequeños besos en la base del cuello y supo que lo hacía bien, cuando él puso las manos sobre sus caderas y guio sus movimientos. Empezó a emitir pequeños quejidos y sintió como él se tensaba. Oli le pasó la punta de la lengua por el cuello, la mandíbula y la barbilla.Siendo osada, se trasladó a su boca, la cual estaba cerrada y empezó a lamerlo de forma juguetona, buscando que la dejara entrar. Sintió a Ryder cerca, ya desnudo y tocándose mientras veía su exhibición y ella, inmersa en una nube de placer se volteó hacia su amigo, sujetó la polla que le ofrecía y la metió dentro de su boca. Ry le sujetaba el pelo y mientras gemía con la cabeza hacia at
Ese debió ser uno de los momentos más embarazosos de mi vida. No es tanto lo que él me dijo, es que ha sido como un gatillo, algo en lo que me dijo me hizo sentir como acorralada.No sé qué hay en sus palabras porque de verdad, no recuerdo que Timothy me haya dicho nada, así que no entiendo. Pero lo que me mata es la pena, estábamos teniendo algo increíble y ahora debe estarse riendo, burlándose de mí y puedo morir.Mi instinto fue arrodillarme y pedirle perdón y antes de avergonzarme más a mi misma. Quería disculparme por arruinar su momento.¿De dónde venía aquello?Vestirme a la carrera fue difícil, mis manos temblaban y se sacudían sin que pudiese controlarlas. Gracias al cielo Ryder me escudaba.Ryder… demonios, él querría que hablásemos y no podía, de verdad que no.Me he puest
Bruno me mira con intensidad, sé que quiere que hablemos, pero no necesito hablar, necesito coger para olvidar.—Me dijiste que puedo tener a quien quiera.—Lo dije, si—me dice mirándome con intriga.—Quiero a Christian.—Christian es como yo, cariño. Es decir, no querrá solo un trozo te quiere entera y me lo hizo saber. Quiere una relación seria contigo.—Me vio una sola vez.—No, después de que te conocí hace un año es quien te ha vigilado cuando no puedo y cuando está en el hospital y no puedo, estaba Ryder contigo.—Me han cuidado.—Pensé que te sentirías molesta porque estabas bajo vigilancia.—Te preocupabas, él también. ¿se iba a quedar en silencio sin decirme nada?—Sí. Nosotros somos más que amigos, lo mismo con Nick.
Cuando estaban llegando a casa de Olivia, Amelia Sloan estaba fuera.—No puedo…—No te preocupes. Llámala y dile que querías ir a verla, pero te salió trabajo fuera de la ciudad. Esperaremos a que se vaya.—Gracias, debe parecerte infantil mi actitud.—La agradezco, Oli. Porque en este momento eres tan mía como de Nick y Bruno y si te dice algo no podré contenerme.Amelia por supuesto no se tomó bien el que Olivia no la recibiera.—No entiendo quien llevaría de gira de trabajo a una tullida.Sí, Amelia gritaba lo suficiente como para que Christian escuchara.—Madre…—De verdad me avergüenzas.—No ando trabajando sino con mis novios. Salgo con tres a la vez.—Por Dios, Olivia, deja de soñar.Y entonces Christian, que miraba la palidez en su mujer, la derrota, el dolor