Matteo observa con una mirada hambrienta como Andrea se deja arrastrar por el orgasmo, causado por un placer que le provoco él. Su expresión de labios abiertos y ojos cerrados, las mejillas coloradas y el cuello largo estirado, expuesto para él, suplicando por que lo marque. Matteo se inclina sobre ella, todavía con los dedos en su interior, el pulgar acariciando su clítoris alargando el orgasmo, posa sus labios sobre el pulso agitado y luego succiona, alternando con lamidas y por último una mordida que hace que Andrea se estremezca de nuevo, un gemido desaforado vibrando en su garganta.Andrea es adicta al dolor de la misma manera que él es adicto a infundirlo.Ella cae laxa sobre el colchón, su pecho subiendo y bajando arrítmico mientras intenta recuperarse de la dupla de orgasmos que recibió. No sabe si Matteo es realmente bueno en esto o si ella es tan inexperienciada que todo le resulta incre&ia
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