El destino es algo tan impredecible, que cuando crees tener la mejor suerte del mundo, la cara de la moneda se gira, trayéndote desgracia y soledad. O hay veces lo opuesto a ello. Vives en la desgracia, en la oscuridad y de la nada algo hace clic, haciendo que todo en tu vida, en tu mundo... cambie. Se transforme y te demuestra el destino una vez mas que es algo tan voluble, que no sabes en unos segundos que sucederá, si tu suerte cambiara. O seguirá. No sabes nada. Por ello, ante ello, solo queda una cosa por hacer. Disfrutar y rezar porque tu destino no cambie y si lo hace, cuando vuelva a girar a tu favor sea aún más maravilloso que la primera vez. Aunque nada se compara con la primera vez. ****
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