Todos los capítulos de NO SABÍA QUE ERAS TÚ (UNIVERSO FERRARI): Capítulo 31 - Capítulo 40
87 chapters
CAPÍTULO 30. SE HA MARCHADO  
Lisbani salió de la oficina con la espalda erguida, con los ojos rojos tratando de contener las lágrimas, las cuales se agolpaban en sus ojos deseando salir, mientras Liuggi le propinaba un fuerte golpe a la pared de la rabia e impotencia. En la sala contigua los trabajadores se aglomeraban, porque los gritos de Liuggi fueron demasiado fuertes, no pasando desapercibidos para los chismosos, quienes estaban ansiosos por conocer la noticia. Todos tenían a Lisbani como la mano derecha del presidente y nunca imaginaron sería capaz de tratarla de esa manera. Cuando la joven iba caminando rumbo a su despacho, recibió miradas de lástima y de condescendencia, ella las ignoró todas, como si estuviese por encima de cualquier sentimiento, aunque por dentro, sentía punzadas filosas desgarrándole el corazón, no obstante, se mantuvo firme, no podía flaquear. A
Leer más
CAPÍTULO 31. UNA DAMA COMO LIS
Liuggi sintió un zumbido en sus oídos, todo comenzó a darle vuelta, se sostuvo de la pared para no derrumbarse, el estómago le dio un vuelvo y enseguida las náuseas volvieron, se giró y entró al despacho, corrió hacia el baño y expulsó todo cuánto tenía. Tomó el cepillo dental de Lisbani y se cepilló los dientes. Al salir observó sus cosas, sus libros, adornos, cuadros, una balanza de la justicia y los portarretratos sin sus fotografías. Se sentó en el escritorio pasándose la mano por la cabeza, tomó un adorno de esfera de nieve navideña con pino, se la había regalado para la primera Navidad que pasaron juntos. Sintió una opresión en el pecho, al darse cuenta de la verdad, cada uno de esos objetos, se los obsequió en un momento especial, ya sea cuando ella obtenía un logro o fechas especial
Leer más
CAPÍTULO 32. NO PUEDO DARTE EL DIVORCIO.  
Liuggi se quedó pensativo ante las palabras de Dante “¿Cómo creen sería capaz de cambiar a Lisbani por Mariana?”, enseguida la conciencia quien había estado ausente en el momento de su explosión apareció, pero no para contribuir a nada agradable, parecía como si el mismo fuese el peor enemigo. “Si seguro, van a pensar lo contrario, cuando a Lisbani ni siquiera le ofreciste exclusividad en ocho años y a esta desconocida en poco más de un mes terminaste casándote con ella. ¿Me dirás si eso es no cambiarla? Así aguante tu tormento, ojalá nunca te perdones, no te la mereces ¡Por idiota!” Por increíble que pareciera, terminó dándole la razón a su conciencia, no se merecía a una mujer como Lis, aunque igual la quería a su lado, al punto de estar dispuesto a hacer todo lo po
Leer más
CAPÍTULO 33. ¡TE ESTÁS PASANDO!
Liuggi se negaba a creer las palabras de Mariana, su confesión le cayó como una especie de baño de agua helada en un día de invierno, por segundos quedó paralizado, se apretó la nariz en un gesto de exasperación, “¿Por qué actuaba de esa manera? ¿Dónde se había ocultado esa arpía que no pudo visualizarla?   La rabia se le agitaba en el interior como lava ardiente, deseaba mandarla al carajo. No recordaba para nada, esa noche apasionada de bodas, de la cual ella tanto se regodeaba. A decir verdad, no recordaba haber estado nunca con una mujer, cuyo deseo por ella fuese tan enloquecedor, para producirle esos chupones. La excepción era Lisbani, la única capaz de poder despertar en él, los deseos más arrebatadores.   A parte de ello, estaban las palabras de Dante, confiaba en él, su primo sería incapaz de inventarse algo así, eso lo llevaba a pensar, “¿Quién me garantizaba que ella no se acostó con otro esa noche?”, se preguntó, mientras esa ide
Leer más
CAPÍTULO 34. ¡TÚ ME HICISTE CAER!  
Mariana vio a la gata caer herida al suelo, sin moverse, abrió los ojos sorprendida, su intención había sido darle una lección, mas jamás se imaginó, ese resultado. Viendo a todos los lados, salió corriendo sin pérdida de tiempo a su habitación, pues temía la reacción de Liuggi, no sabía lo que podía ser capaz de hacerle, sobre todo teniendo en cuenta era la mascota con Lisbani. Liuggi salió de la habitación corriendo, sin poder contener los latidos frenéticos del corazón al escuchar los maullidos y alaridos de Diva, bajó llamándola. —Diva, misu, misu, misu, ¿Dónde estás princesa de papá? —indagó preocupado. Al llegar a la sala vio tirada a Diva, salió corriendo hacia donde estaba, mientras la preocupación inundaba su cuerpo, se a
Leer más
CAPÍTULO 35. SU PEOR ENEMIGO
Lisbani abrió los ojos lentamente, mientras se acariciaba con sus dedos la sien, hizo una leve presión en la cabeza, dándose suaves masajes, tratando de calmar por un momento ese intenso dolor tan agobiante. Observó a todos lados con curiosidad, todo le parecía extraño, por un momento se sintió desorientada, olvidando donde estaba, recordó se había mudado a un pequeño apartamento en Lisboa, luego de durar más de dos semanas  viviendo en un hotel, del cual ni siquiera salió durante esos días, solo lo hizo el primer día de su llegada para reunirse con el jefe de jurídico de la empresa donde trabajaría y al cual le expuso sus condiciones. Se sentó en la cama, colocando una mano en el vientre. —Hola, bebé, buen día. Espero te portes bien, mamá se va a levantar a arreglarse, ho
Leer más
CAPÍTULO 36. CONSECUENCIAS  
Lisbani se despertó cuando sintió la luz del sol dieron en su rostro, el día anterior se había quedado dormida pensando tanto en Diva como en Liuggi, tenía una creciente angustia en su interior, desconocía las razones y lo peor es el no poder hacer nada para aplacarla, jamás se le ocurriría llamar a la villa, porque no quería que las señoras de servicio terminaran de contarle a su patrón sobre su llamada, por eso terminó desistiendo de la idea. Se levantó y se fue directo a la cocina, donde se hizo un sustancioso desayuno, luego se duchó y vistió con un traje tipo taller ajustado a las curvas de su cuerpo, a pesar de ya tener dos meses con unos días, su vientre aún permanecía plano, más eso no le preocupaba, su bebé estaba creciendo de forma correcta, había ubicado un par de doctores, quienes se estaban encargando de
Leer más
CAPÍTULO 37. SINTIÓ LO AMARGO EN LA BOCA.
Liuggi regresó a Florencia, apenas aterrizó, se fue a la Universidad de donde egresó Lisbani, tratando de investigar los nombres de sus compañeros de clases, por un momento pensó en buscar a Fabrizio, mas no tenía la mínima idea de dónde encontrarlo. En sus tareas de investigación, averiguó varios nombres de personas con quienes había cursado clases, sin embargo, cuando iba a comenzar su búsqueda recibió una llamada de la secretaria. —Señor Lombardi, siento molestarlo en este momento, pero es una urgencia, no podía esperar. Ha llegado una notificación para usted. Es un proceso aperturado en contra de Lombardi Security y usted, es una demanda del señor Augusto Morelli por estafa. »El abogado quien ahora está por la señorita Lisbani, necesita conversar con usted. —¡&iq
Leer más
CAPÍTULO 38.  HAY UN NUEVO HOMBRE EN SU VIDA, QUIEN LA AMA
Ante la explosión de temperamento de Liuggi, todos quedaron sorprendidos, pero enseguida obedecieron sus órdenes.   Cuando ellos salieron, tomó asiento en el escritorio, con las manos en la cabeza, lloró como nunca antes lo había hecho, no podía sentirse más miserable, la culpa lo devoraba, se sintió desesperado, enojado, golpeó el cristal del escritorio con fuerza, queriendo sentir más el dolor físico, porque ahora el de su corazón lo tenía noqueado. Logró romperlo, la sangre le corría manchándole los antebrazos.   En ese momento Orlando entró, vio la escena, se conmovió. Se acercó, aunque la voz de Liuggi, lo frenó.   —¡Maldita sea! Ordené se fueran todos, ¡déjenme en paz! —exclamó furioso,   —¡Ya basta! No puedes seguir de esta manera. ¿Cuánto quieres hundirte? ¿Quieres que cuando la encuentres estés en ese estado? He localizado a Armando ¿hablarás con él o seguirás llorando del remordimiento? —es
Leer más
CAPÍTULO 39. TE AMO LISBANI ¿ACEPTAS CASARTE CONMIGO?
  Lisbani estaba terminando de vestirse, luego de una ducha, para esperar transcurrieran las horas para irse al trabajo, cuando escuchó el celular repicar, al atenderlo era Joao.   —Lis, estoy llegando a tu casa, ¿Puedes abrirme la puerta al llegar?   —¡Está bien! Te espero —declaró con una sonrisa en sus labios.   Se levantó muy temprano, o mejor dicho, no había dormido casi, sus dolores de cabeza, vómitos y la visión borrosa, se intensificaban cada día más, mientras caminaba a la sala observó la hora en el reloj de pared, apenas eran las cinco de la mañana, pero ya estaba acostumbrada a las visitas intempestivas de Joao.   Durante los últimos meses, terminó convirtiéndose en la persona más importante de su vida, como no iba a ser así, sus constantes atenciones, preocupaciones, eran inigualables, jamás se había sentido ser el centro del universo para alguien y eso se lo había demostrado
Leer más