Quien diría que, tras diez años de amor verdadero, la boda más esperada del año se cancelaría de la peor manera. Aquí la novia, no salió huyendo o al último segundo dijo “No acepto casarme con este miserable”. Aquí el imbécil del novio nunca apareció, porque mientras la novia sufría la peor humillación de su vida, él subía a un avión con la amante de turno. ¡Genial idea! Mis respetos para ese macho alfa, que tres años después sigue soltero, burlándose de todas aquellas ingenuas que siguen creyendo en sus promesas de amor. Aun se cree lo suficientemente inalcanzable para ser cazado. Bueno, más o menos así empieza mi historia. ¡Si! Es triste, lo sé. Pero lo único bueno que puedo rescatar de aquel día negro es la oportunidad que me ha regalo la vida para volver a empezar y saborear lentamente mi venganza, porque para un hombre como Rubén Ávila no existe peor dolor que ver a su ex novia en lo más alto, dirigiendo una empresa que supera a la suya en todos l
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