—Gracias, es un honor el que nos acompañe esta noche, señor Silvain.
—Dígame, ¿Su señor padre, nos acompañará hoy?
—Por supuesto, no tarda en llegar. — Le sonrió. — Disfrute de la celebración.
—Si me perdona el atrevimiento, me complacería presentarle a mi hijo Malcom, llegó al país solo para conocerla.
Sonrío un poco incomoda, pero tampoco podía decir que no, a nuestro socio mayoritario. ¿Qué tan malo sería conocer a su encantador hijo?
—Me encantaría.
Entonces se gira para llamarlo. ¡Oh! No imaginaba que el señor Silvain Lambert tuviese un hijo tan joven y atractivo, con esa delicada barba y hechizante sonrisa que le ponían un poco de misterio a ese porte de caballero elegante, desde ya roba las miradas de las féminas. Se acerca un poco temeroso y me saluda con cortesía, dejando un beso en mi mano ¡Ay! ¡Me derrito!Por supuesto que su padre de inmediato se retira y nos deja solos, sin duda busca que su retoño conquiste el duro corazón de la famosa, dama indomable del imperio Lauder. ¡Lastima! En verdad no estoy interesada en seleccionar candidatos por el momento.Pero, con una copa de champaña y unos minutos de plática, su compañía me deja una grata impresión. De hecho, hubiese podido estar a su lado toda la noche, es realmente encantador, guapo, inteligente y el que sea piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ya lo ponen encabezando la lista de pretendientes que tiene en mente mi señor padre, Álvaro Lauder. ¡Dios! Aún no me acostumbro a que me llamen señorita Lauder. Pero debo admitir que esta nueva personalidad me ha brindado más confianza para mostrar la fortaleza que llevo dentro. He sentido el cambio en mi vida, más, aún no puedo superar el tropiezo que viví con Rubén. Quizás por eso mi padre extendió las invitaciones este año.
Mi ex, el propietario de la empresa Avila’s Motor Company, hacia la entrada al gran salón de la mansión Lauder. En cuanto lo vi me descontrolé, me despedí de Malcom con una excusa tonta y subo presurosa las escaleras tratando de huir de su presencia como una cobarde. Jamás pensé que el volver a verlo me sea tan aterrador. Pero mi padre ya estaba junto a William observándome desde el balcón.—Tarde o temprano deberás enfrentar tus miedos. ¿No crees que ya llegó el momento de que sepa quién eres en realidad? ¡Ve! y has que lamente el haberte dejado. —Pronuncia mi padre con seriedad.Mi corazón está temblando, aún siento ese dolor insuperable que me paraliza. Nunca antes he sentido tanto dolor como ahora, la lluvia de recuerdo me invade y las piernas me tiemblan. Pero tiene razón, no es momento de escapar como si fuese culpable de algo. Ahora soy más importante que él.—Solo sea usted misma. —Añade el licenciado William, alentándome a bajar de nuevo.Respiro profundo y me dispongo a bajar las escaleras para darle la bienvenida en nombre de la familia. A medida que me acerco siento que mi corazón se detiene, la respiración se acorta y la sensación de vacío me estremece, ¡joder! No quiero perder la conciencia. Entonces, el canalla se da cuenta y fija su mirada en mí y ese gesto de asombro que lentamente se va reflejando en su rostro me va calmando. Como que tomo valor para sonreír y pisotear su orgullo por primera vez.“¡Qué solo era una simple enfermera de hospital público! Pues veme ahora, soy la heredera universal de una de las sedes más grande del mundo, una de las empresas que no le hacen ni cosquillas a tu compañía mediocre. ¿Pensabas que moriría sin ti? ¿Te cansaste de esperar las noticias de que me lancé de un puente por la melancolía? ¡Ay! ¡Pobre ingenuo! ¡Veme ahora! Soy la persona que te ha dado dolores de cabeza los últimos años. Sinceramente este momento es tan gratificante que ahora me pregunto porque no me atreví hacerlo antes.bajo las escaleras y él sigue pasmado, mirándome como si fuese un fantasma.
—Buenas noches, señor Ávila, soy Valera Lauder y quiero darle la bienvenida en nombre de mi padre—Extiendo mi mano sin dejar de sonreír.Él toma mi mano y no sabe qué decir, mientras su acompañante parece ponerse un poco celosa. No creo que sepa quién fui en la vida de su amante, pero creo que me ve como una mujer peligrosa.
—B-buenas noches. E-encantado de c-conocerla—dice nervioso.
—Parece que está asombrado de ver a una mujer al mando de una empresa tan grande o es por mi belleza. —Sonrío apartando mi mano.—Sí. E-es realmente bella. —Trata de dibujar una sonrisa y baja la mirada avergonzada.
—Pues no se sienta intimidado por mi presencia, señor Ávila. Disfrute las celebraciones, puede sentirse como en casa. —me despido.
Eso fue ¡Suficiente para mí! Sin dejar de sonreír y respirando aliviada vuelvo a subir las escaleras. Mi padre y William me esperan con una sonrisa en sus labios, parecen gritarme cuan orgullosos están de mí, por haber dado ese paso decisivo para cerrar la página de mi pasado.
—¿Cómo te sientes ahora? —Se acerca mi padre para tomar mi mano.—Mejor que nunca. Creo que necesitaba mirarlo otra vez para darme cuenta de que ya no importa en mi vida.
—No sabes cuánto deseaba escucharte decir eso. Estoy muy orgullo de ti. Siempre lo dije, para dar la vuelta a la página no solo basta con decirlo, es necesario mirar de frente ese algo que no te deja avanzar y soltarlo, sacarlo del corazón, como tú lo has hecho en estos momentos.
Se despide y baja las escaleras para saludar a sus socios, en tanto William tomando dos copas de champaña de uno de los meseros, se acerca para ofrecerme una.—Ya puede desmayarse, si gusta. —dice en tono de burla, es la primera vez que lo escucho bromear.—Lo haré cuando dejes de ser tan formal conmigo. Ya somos amigos. —bebo un sorbo de esa refrescante bebida.
—Como simple abogado de la familia, su padre me colgaría antes de romper las reglas. —Susurra.
—Espero que algún día eso cambie. — Bebo todo el contenido y le entrego la copa.
—Debo bajar ahora. ¿Me haría el honor de acompañarme?
—Adelántate, primero debo retocarme.
—Entiendo. —Sonríe incómodo, como creyendo que estoy despreciando su compañía.
—¡Vamos cambia esa cara! Solo espérame, voy al tocador. Sabes que es mas que un honor disfrutar de tu compañía en los eventos importantes.
William responde con una de esas sonrisas deslumbrantes, un poco sonrojado asistiendo con la cabeza. Se aleja de las escaleras mientras yo camino hasta el baño. Antes de llegar veo a algunos hombres de mi padre recorrer con la mirada los corredores, parecen preocupados por algo ¿Qué podría ser?
Me acerco a la puerta, la abro y de inmediato alguien me arrastra al interior, no tengo tiempo de reaccionar con un grito, porque de inmediato cubre mi boca con una de sus mano en la boca y cierra la puerta.—No voy hacerte daño— me lleva contra la pared para mirarme de frente —por favor no grites, voy a apartar mi mano confiando en ti, no me hagas lastimarte —susurra con voz varonil y agitada. en tanto mis ojos se pierden en esa mirada angelical.ÁngelJamás imaginé que la mansión Lauder estuviese tan custodiada por estas fechas, esto se me hace un poco extraño. Pues, llevo un poco más de 3 años vigilando sus instalaciones y es la primera vez que se ha complicado tanto entrar. Por suerte soy buen escalador y puedo escabullirme hasta esta habitación que… ¡carajo! resulta ser el baño.Y cuando creo que puedo salir, escucho a los guardias de Lauder buscarme, estoy congelado a unos centímetros de la puerta viendo como está a punto de abrirse. Con un rápido movimiento, tomo de la mano y cubro su boca antes de cerrar la puerta. Sea quien fuese tendrá muchos problemas si me desobedece. Sin perder tiempo la arrastro a la pared. ¡joder! es Valeria Lauder ¡maldita sea!“Se fue por aquí, no puede estar lejos, sigan buscando”“&ie
Ángel Tras las noticias sobre la muerte de Álvaro Lauder, he descubierto algunas cosas, pero no puede saltar sobre ellos sin ayuda y sin que ello ponga en peligro la vida de Florencia. Por estos días me han hecho creer que estoy, pero siguen vigilándome. Estoy atado de manos y con la soga al cuello. Mi cara estará pronto en manos de la policía, pues no falta mucho para que Valeria me reconozca. Quizá eso es lo que quieren, mostrarme como el verdadero asesino y creer que con eso se libraran de las investigaciones al apartar a todos de su camino, desde el inicio he sido me han considerado la carnada. Más, veremos quien termina perdiendo al final de este juego. Miro la hora en el reloj y salgo a caminar, un paseo habitual que ellos conocen perfectamente bien. Con suerte será la última vez que me tengan en su radar. Respiro y con una sonrisa, saludo a los idiotas que me observan desde el auto haciéndose pasar como un par de ebrios rompiendo las
Valeria Al parecer mi padre decidió que después de su entierro sea leído el testamento. La prensa estuvo pendiente de ello, y a la lectura llegaron personas que nunca creí conocer y que hasta el momento se habían mantenido lejos y en completo silencio. Observando desde las sombras, pero que al momento de la verdad no dudaron en lanzar la piedra. Más por el doble testamento que mi padre había dejado escrito. El primero fue hace veinticinco años, el día que nací el otro solo hace dos semanas. “En completo uso de mis facultades mentales, recalco que todo mi patrimonio pasará a manos de mi única hija biológica, Valeria Lauder Farías” Dejo algunas recomendaciones escritas, como que mi madre y Samiel se mudaran al país, hasta ya tenía lista las visas residenciales. Otro fue que William se mantenga a mi lado, cuidándome y asesorándome en los temas legales de la empresa, bueno, eso dice que si es abogado y que su medio
Ángel Tal como los sospechaba, en cuanto se dieron cuenta de que había escapado fueron por Florencia. Cuando llegamos, la casa estaba vacía y solo había una nota pegada en el espejo de su habitación junto a un teléfono.“Si quieres volver a verla, preséntate en el muelle a media noche y lleva contigo este teléfono. No queremos que vuelvas a perderte” La cara de angustia y rabia contenida de Cristóbal es justificable.— ¡Carajo! si le tocan un solo cabello, juro que te mataré. —Grita mirándome. — ¿Y ahora qué hacemos? —Vamos al muelle. —Respondo saliendo de la habitación, llevando conmigo ese maldito teléfono.Nos pusimos en camino y no pasó mucho para recibir esa llamada, sin duda era el jefe Chang.“Parece que te perdiste angelito ¿Dónde estás?”—Camino al muelle. “Dile al lobo, que no se involucre. Soy admirador de su trabajo, pero este territorio es mío”—Quizás su presencia sea solo, po
Días después —Valeria Esta celebración es un evento público que mi padre solía hacer para sus trabajadores anualmente en uno de los mejores hoteles del país. Aunque no es momento de celebrar, ya lo tenía todo programado que nos pareció una falta de respeto no cumplir con sus deseos. Aunque por dentro, los que lo queríamos guardamos aún un leve dolor por su ausencia, no podemos teñir de tristeza a los demás. William se encargó de lo que faltaba y siguió siendo como es, indiferente y atento conmigo. En parte me siento tan tonta, por tener esa ligera impresión de que le gusto. En fin, creo que después de todo está enamorado de otra, de esa semi diosa que gobierna sus más profundos sentimientos, la única capaz de hacer brillar sus ojos cuando habla de ella.A una semana de la muerte de mi padre, todo parece ser tan distinto, es como su empezara abrir los ojos y ver al fin esa realidad que antes con él no veía. Estoy asustada de entrar de lleno en
Valeria ¡Ay, virgen santa! ¿Por qué estoy sintiendo este hormigueo en el vientre? Solo es parte del trato absurdo para llegar a la verdad, no puedo disfrutar de este beso. ¡Dios! pero es tan exquisito que quiero que nunca termine. Sus labios son tan suaves y dulces ¡No! Por favor no te apartes ¡Maldito ángel! —Creo que el beso estuvo de más. —Susurro mostrando indiferencia. —Supongo que sí. —me mira de esa manera tan tierna arrastrando un suspiro y no puedo evitar sentir un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Supone que sí? ¡Diablos! ¡Lo sabía! ¡Maldito idiota! Le paso esta solo porque está tan irresistible, pero que no vuelva a tocarme porque soy capaz de matarlo. —Por esta noche fue suficiente. —Añade. — Olvídate de los detalles y no le cuentes de nuestro pacto a nadie, ni siquiera a William. ¡Entiendes! —Susurra a mi oído. Me toma de la mano para alejarme de la celebración eufóric
Valeria—horas después Era casi el medio día, cuando la puerta de mi habitación se abre y aparece mi madre con un vaso de jugo en las manos.—Buenos días, princesa ¿Cómo dormiste después de lo de anoche? —Sonríe de una manera extraña dejando el vaso de jugo en mi mesa de noche. Como si quisiera decirme algo.— ¿Qué pasó anoche? —Llevo mi mano a la cabeza que está por explotarme.— ¿No lo recuerdas?— ¿Qué fue lo que hice? —Me siento cerrando los ojos y al abrirlos pude notar que llevaba puesta una bata que no suelo usar a menudo. ¡Ay dios! ¿Cómo me la puse?— ¿No lo recuerdas? —Vuelve a sonreír. Está matándome esta intriga
Horas después—Ángel Cristóbal ya ha hecho su parte del trabajo, pero no puede salir sin levantar sospecha. Hasta el momento todo ha marchado conforme a lo planeado, pero si William no aparece esta noche, ambos moriremos en el intento.Le prometí hace mucho que nunca volvería a buscarlo, que pase lo que pase, seriamos dos extraños más en el mundo. Pero las circunstancias me obligan a pedir su ayuda. Puede renunciar al pasado y odiarme por todo lo que pasó en el ayer. Más, ahora hace falta en el bando oscuro, no puedo hacerlo sin él.Pensaba en ello cuando una llamada me saca de sus pensamientos. Al mirar en la pantalla veo un número privado ¿Será él?Coloco el teléfono en su oreja y de inmediato reconozco esa voz.—¿En qué pensabas cuando le pediste convence