Finalmente, llegó el bendito sábado a la noche.Me encontraba observando mi figura en el espejo; llevaba un vestido rojo, con algunas partes de encaje y un tajo bastante atrevido en la pierna derecha.Yo había insistido en ponerme algo que me tapara desde el cuello a los tobillos, pero Sam no me dejó. Según ella tenía “un cuerpo con las curvas perfectas” y debía disfrutarlo. Así que, en cuanto vimos ésta prenda en la vidriera de una importante casa de ropa, exigió que me lo probara.Y para ser honesta, me encantó en cuanto me lo ví puesto; de modo que estaba muy a gusto con mi look ésta noche.No me interesaba seducir a nadie, solo iba a hacer mi trabajo y listo. Uno que, por cierto, ni siquiera había elegido. Pero no veía por qué no podría arreglarme como me quisiera.Además, Sam era muy insistente cuando quer&i
Leer más