- ¿Qué haces aquí? -
-Vine al baño- respondí dudosa. Se lo veía furioso.
-En serio Anne, ¿Qué escuchaste? -
¿Qué podía ponerlo así de nervioso? Pensé enseguida. Tenía que ser algo grande.
-Volvía del baño y justo abriste la puerta, no escuché nada Alexander- me defendí con firmeza. En cierto modo era así…
Pero ahora tenía más dudas que antes en cuanto a su misterioso mundo.
-En casa vamos a hablar- murmuró y tomándome de la mano volvimos al salón.
No sabía si era bueno o malo que me agarrara, pero lo hacía con suavidad y hasta con cariño... Incluso me pareció percibir que recibía una caricia con uno de sus dedos sobre el dorso de mi mano... Pero no podía ser. Debía estar equivocada, él no era así.
POV AlexanderObservé como Anne estaba hipnotizada frente a tal paisaje...Me sentí orgulloso por mi elección, sabía que le iba a gustar.Para ser sincero, había planeado traerla hacía varios días, cuando había visto este lugar por primera vez. Sólo que no encontraba el momento, hasta ahora.Con cuidado se sacó los tacos y comenzó a caminar descalza por la arena.-Está helada- murmuró sonriendo.En cierto modo me daba ternura su forma de ser, su espontaneidad.Se había comportado de una manera increíble hoy, y sin duda merecía conocer un poco más de en dónde estaba metida.Nos acercamos un poco más a la orilla, lo suficiente como para que sus cabellos comenzaran a bailar en el viento, y nos sentamos.- ¿Qué tal estuvo la noche? - comencé.-Qu&eac
POV AnneAl día siguiente abrí mis ojos y recordé al instante la noche anterior.Había sido increíble estar juntos en la playa, por fin sentía que conocía un poco más al Jefe.Aunque todavía me quedaba esa sensación extraña... Había mirado mis labios como si realmente quisiera besarme. Es más, creí que lo haría... Pero en ese momento decidió que era tarde y debíamos volver.¿Qué habría hecho si él me besaba? Prefería ni pensarlo.Me puse de pie y comencé mi rutina.❀El día acontecía en calma.En éste momento me encontraba curando a Christopher, uno de los "mafiosos" que trabajaba con Alexander.Había recibido un par de cortes por un cuchillo y estaba terminando de hacerle las curaciones, cuando escuché unos gri
Intenté respirar profundo. Lo que habíamos hecho era una locura. Estaba mal, muy mal. ¡Sobre todo por mi parte!Ni siquiera entendía como todo había pasado tan rápido. Yo quería ayudarlo, pero terminamos...Dios no quería ni pensarlo. ¡Me había secuestrado y yo lo había besado!¿Qué estaba mal conmigo? ¿Acaso me estaba olvidando todo lo que me había pasado?Además, había visto el arrepentimiento en sus ojos en cuanto se había separado de mí.Seguro estaba tan ebrio que mañana ni lo recordaría. Aunque no sabía si eso me hacía sentir mejor o peor...Estaba convencida de una sola cosa: me había encantado ese beso. Y lamentablemente, me había hecho sentir más cosas de las que deseaba.Respiré hondo una vez más y me fui a cambiar la ropa mojada.
A la mañana siguiente, me dirigí a la cocina para desayunar, y para mi sorpresa, se encontraban sentados en la mesa Alexander y Sam, hablando muy alegremente.Era raro verlo al Jefe aquí, ya que nunca desayunaba con nosotras...-Buen día- murmuré tímidamente mientras me adentraba en la habitación.-Buen día- respondieron a coro.Pronto un silencio sepulcral se instaló... ¿Podría ser más incómodo? ¿Estaban hablando de algo que no podía escuchar?Me serví café con leche y me senté al lado de Sam para beberlo.No miento si digo que todo el rato, Alexander no despegó sus ojos de mí.Intercambiaba algunas palabras con su hermana, pero siempre me miraba fijo.Ya comenzaba a intimidarme... Parecía que iba a desnudarme con la mirada en cualquier momento.Por mi parte, mantenía mi vista en la tostada que comía, como si aquello fuera lo más interesante del mundo.Luego de unos eternos minutos, se puso de pie y se despidió d
La noche de la fiesta de cumpleaños de Sam había llegado.Ella me había prestado un vestido rojo, demasiado corto y ajustado para mi gusto, pero me había insistido tanto que no pude rechazarlo. Joder que tenía una capacidad para convencer muy grande.Terminé de arreglar mi maquillaje mientras escuchaba la música muy fuerte sonar en el piso de abajo. Habría unas 30 personas, todas amigas de Sam, sumado a las personas que trabajan para Alexander.Inspiré profundo y me decidí a bajar. No sabía si me sentiría cómoda ésta noche, pero todos los que vivían aquí estaban, así que no podía no ir.Mientras descendía los escalones, intentaba buscar a algún rostro familiar, pero no encontraba a nadie.Las luces estaban apagadas, solo unas pocas de colores iluminaban el salón. Había muchos jóvenes bebien
POV AlexanderÉl estúpido de Christopher no dejaba de hablar de trabajo. No entendía el concepto de una fiesta, ni de disfrutar.Había tenido una semana de mierda y solo quería distraerme.Intentaba no pensar en ella, pero la había buscado todo el tiempo entre la gente, sin encontrarla.Toda la semana intenté ignorarla. No por ella, sino porque sabía que era lo mejor. Lo nuestro jamás podría funcionar, no tenía nada bueno que ofrecerle, nada que se mereciera.Y entonces algo llamó mi atención. Una hermosa muchacha bajaba por las escaleras con un vestido rojo, infartante.Y para mi mala suerte, era Anne. Le dí un trago largo a mi cerveza mientras la miraba disimuladamente. Parecía que buscaba a alguien y de pronto la perdí entre la gente.Suspiré. Tenía que ponerme firme, o iba a enloquecer.
POV AnneSabía que estaba borracha, pero no qué tanto, hasta que escuché las palabras salir de mi boca."Necesito saber si también lamentas haberme besado."Alexander se quedó en silencio.Todo se quedó en silencio.Solo se escuchaban nuestras respiraciones, y de fondo, la música de la fiesta a lo lejos.-No- respondió con firmeza mirando mis ojos -No lo lamento-Mi pulso se aceleró e inevitablemente sonreí. Probablemente haya sonreído más de lo deseado, por la cantidad de alcohol que llevaba dentro de mi organismo.Lentamente, me acerqué al Jefe, que ahora estaba recostado a mi lado, y apoyé mi cabeza sobre su pecho.-Tu corazón late muy rápido...- señalé.Suspiró y comenzó a acariciar mi cabello. Se sentía tan bien, tan relajante. Estar entre sus braz
-Y nos besamos toda la noche con Martin- concluyó Sam -Gracias a Dios, Alex no apareció por ningún lado. A decir verdad, no lo volví a ver... Seguro estaba con una zorra por ahí- rió.Reí incómoda. Si supiera...¿Qué pensaría Sam de nosotros?Hace unos días había dicho que hacíamos una linda pareja, pero ella no conoce toda la historia, no sabe cómo llegue a ésta casa.¿Qué pensaría realmente? Me gustaría que me aconsejara, era lo más cercano a una amiga que había tenido en todo este tiempo, pero sabía que era imposible. No podía saber la historia real. Jamás vería a su hermano con los mismos ojos.De pronto, gritos en el salón nos sobresaltaron.-¡¡Anne!!-Era Martin. ¿Qué había sucedido?- ¡Anne, ven p