Finalmente, llegó el bendito sábado a la noche.
Me encontraba observando mi figura en el espejo; llevaba un vestido rojo, con algunas partes de encaje y un tajo bastante atrevido en la pierna derecha.
Yo había insistido en ponerme algo que me tapara desde el cuello a los tobillos, pero Sam no me dejó. Según ella tenía “un cuerpo con las curvas perfectas” y debía disfrutarlo. Así que, en cuanto vimos ésta prenda en la vidriera de una importante casa de ropa, exigió que me lo probara.
Y para ser honesta, me encantó en cuanto me lo ví puesto; de modo que estaba muy a gusto con mi look ésta noche.
No me interesaba seducir a nadie, solo iba a hacer mi trabajo y listo. Uno que, por cierto, ni siquiera había elegido. Pero no veía por qué no podría arreglarme como me quisiera.
Además, Sam era muy insistente cuando quer&i
Alexander soltó una "inocente" risita.-Aún no tenemos planes, pero va a ser dentro muy pronto- contestó con mucha seguridad.Por mi parte, mi rostro estaba morado, y no decía ni una palabra.-Alex, ¿Qué te parece si vamos a mi oficina a hablar? - lo invitó con cortesía el anfitrión.-Por supuesto- contestó mientras ambos se ponían de pie.¿Qué? ¿Me iba a dejar sola acá?Lo iba a matar.Me volteé para encontrarme con su rostro y abrí los ojos en señal de desesperación.El jefe se acercó suavemente a mi oído, dejó un beso sobre mi mejilla y murmuró: Tranquila.Y así se fue... Dejándome en un profundo silencio con la señora Gaspo. Le dirigí una incómoda sonrisa mientras bebía un poco de agua.Necesitaba actuar de un
- ¿Qué haces aquí? --Vine al baño- respondí dudosa. Se lo veía furioso.-En serio Anne, ¿Qué escuchaste? -¿Qué podía ponerlo así de nervioso? Pensé enseguida. Tenía que ser algo grande.-Volvía del baño y justo abriste la puerta, no escuché nada Alexander- me defendí con firmeza. En cierto modo era así…Pero ahora tenía más dudas que antes en cuanto a su misterioso mundo.-En casa vamos a hablar- murmuró y tomándome de la mano volvimos al salón.No sabía si era bueno o malo que me agarrara, pero lo hacía con suavidad y hasta con cariño... Incluso me pareció percibir que recibía una caricia con uno de sus dedos sobre el dorso de mi mano... Pero no podía ser. Debía estar equivocada, él no era así.
POV AlexanderObservé como Anne estaba hipnotizada frente a tal paisaje...Me sentí orgulloso por mi elección, sabía que le iba a gustar.Para ser sincero, había planeado traerla hacía varios días, cuando había visto este lugar por primera vez. Sólo que no encontraba el momento, hasta ahora.Con cuidado se sacó los tacos y comenzó a caminar descalza por la arena.-Está helada- murmuró sonriendo.En cierto modo me daba ternura su forma de ser, su espontaneidad.Se había comportado de una manera increíble hoy, y sin duda merecía conocer un poco más de en dónde estaba metida.Nos acercamos un poco más a la orilla, lo suficiente como para que sus cabellos comenzaran a bailar en el viento, y nos sentamos.- ¿Qué tal estuvo la noche? - comencé.-Qu&eac
POV AnneAl día siguiente abrí mis ojos y recordé al instante la noche anterior.Había sido increíble estar juntos en la playa, por fin sentía que conocía un poco más al Jefe.Aunque todavía me quedaba esa sensación extraña... Había mirado mis labios como si realmente quisiera besarme. Es más, creí que lo haría... Pero en ese momento decidió que era tarde y debíamos volver.¿Qué habría hecho si él me besaba? Prefería ni pensarlo.Me puse de pie y comencé mi rutina.❀El día acontecía en calma.En éste momento me encontraba curando a Christopher, uno de los "mafiosos" que trabajaba con Alexander.Había recibido un par de cortes por un cuchillo y estaba terminando de hacerle las curaciones, cuando escuché unos gri
Intenté respirar profundo. Lo que habíamos hecho era una locura. Estaba mal, muy mal. ¡Sobre todo por mi parte!Ni siquiera entendía como todo había pasado tan rápido. Yo quería ayudarlo, pero terminamos...Dios no quería ni pensarlo. ¡Me había secuestrado y yo lo había besado!¿Qué estaba mal conmigo? ¿Acaso me estaba olvidando todo lo que me había pasado?Además, había visto el arrepentimiento en sus ojos en cuanto se había separado de mí.Seguro estaba tan ebrio que mañana ni lo recordaría. Aunque no sabía si eso me hacía sentir mejor o peor...Estaba convencida de una sola cosa: me había encantado ese beso. Y lamentablemente, me había hecho sentir más cosas de las que deseaba.Respiré hondo una vez más y me fui a cambiar la ropa mojada.
A la mañana siguiente, me dirigí a la cocina para desayunar, y para mi sorpresa, se encontraban sentados en la mesa Alexander y Sam, hablando muy alegremente.Era raro verlo al Jefe aquí, ya que nunca desayunaba con nosotras...-Buen día- murmuré tímidamente mientras me adentraba en la habitación.-Buen día- respondieron a coro.Pronto un silencio sepulcral se instaló... ¿Podría ser más incómodo? ¿Estaban hablando de algo que no podía escuchar?Me serví café con leche y me senté al lado de Sam para beberlo.No miento si digo que todo el rato, Alexander no despegó sus ojos de mí.Intercambiaba algunas palabras con su hermana, pero siempre me miraba fijo.Ya comenzaba a intimidarme... Parecía que iba a desnudarme con la mirada en cualquier momento.Por mi parte, mantenía mi vista en la tostada que comía, como si aquello fuera lo más interesante del mundo.Luego de unos eternos minutos, se puso de pie y se despidió d
La noche de la fiesta de cumpleaños de Sam había llegado.Ella me había prestado un vestido rojo, demasiado corto y ajustado para mi gusto, pero me había insistido tanto que no pude rechazarlo. Joder que tenía una capacidad para convencer muy grande.Terminé de arreglar mi maquillaje mientras escuchaba la música muy fuerte sonar en el piso de abajo. Habría unas 30 personas, todas amigas de Sam, sumado a las personas que trabajan para Alexander.Inspiré profundo y me decidí a bajar. No sabía si me sentiría cómoda ésta noche, pero todos los que vivían aquí estaban, así que no podía no ir.Mientras descendía los escalones, intentaba buscar a algún rostro familiar, pero no encontraba a nadie.Las luces estaban apagadas, solo unas pocas de colores iluminaban el salón. Había muchos jóvenes bebien
POV AlexanderÉl estúpido de Christopher no dejaba de hablar de trabajo. No entendía el concepto de una fiesta, ni de disfrutar.Había tenido una semana de mierda y solo quería distraerme.Intentaba no pensar en ella, pero la había buscado todo el tiempo entre la gente, sin encontrarla.Toda la semana intenté ignorarla. No por ella, sino porque sabía que era lo mejor. Lo nuestro jamás podría funcionar, no tenía nada bueno que ofrecerle, nada que se mereciera.Y entonces algo llamó mi atención. Una hermosa muchacha bajaba por las escaleras con un vestido rojo, infartante.Y para mi mala suerte, era Anne. Le dí un trago largo a mi cerveza mientras la miraba disimuladamente. Parecía que buscaba a alguien y de pronto la perdí entre la gente.Suspiré. Tenía que ponerme firme, o iba a enloquecer.