—De verdad estas preguntándome eso Miguel, ¿por qué? —sentía enojo, mucho enojo. No sabía muy bien si era porque dudara de ella o por su descaro de peguntarle eso cuando él estuvo con alguien más.—Amor, no sé cómo decirte esto… —intentaba decírselo de la mejor manera.—Miguel, dilo. ¿Qué pasa? —preguntó molesta.—Estas embarazada —Renata agrando sus ojos asombrada.—¿Embarazada? Pero… —mágicamente todo lo que había pasado no importaba, sentía que su vida se llenaba de color nuevamente.Otro hijo de Miguel, estaban construyendo una familia. Observó su rostro detenidamente, lo veía muy preocupado y hasta angustiado. Entonces, comprendió todo. Él pensaba que el bebé podía ser de Albert y de manera muy egoísta intento disimular lo que de verdad sentía.—Sí, embarazada. Por eso te desmayaste, necesitan hacerte unas preguntas y una ecografía —mencionaba esperando a que le respondiera la pregunta de hace un momento.—¿Y piensas que este bebé podría ser de Albert? —le preguntaba torturándolo
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