Inicio / Romance / Pedazos de mi alma / Capítulo 41 - Capítulo 43
Todos los capítulos de Pedazos de mi alma : Capítulo 41 - Capítulo 43
43 chapters
Capítulo 41.
La fría noche es una premonición del desastre que estar por ocurrir. Renata siente la garganta seca mientras camina hacía la motocicleta que ya la espera. Sus latidos retumban por todo su cuerpo. Se cierra hasta el tope su chamarra y se abraza así misma. El hombre que está a un lado de la moto esperándola tiene el casco puesto imposibilitando verle el rostro.—Debo de revisarla antes. —Anuncia y sin esperar el permiso de Renata comienza a revisarla. Al comprobar que no trae nada que pueda ser peligroso sube a la moto. —Suba. —Le ordena. Renata obedece.Avanzan unos cinco kilómetros y luego se detienen a lo que parece ser un pequeño parque público. La visibilidad es poca ya que las luces de los faroles son tenues. Como es de esperarse no hay absolutamente nadie. Son casi las tres de la mañana. El Hombre se detiene en medio del parque.—Bájese. —Ordena.Renata baja y el hombre arranca nuevamente, dejándola sola. Nerviosa como nunca mira hacia todos lados, pero el silencio es perturbador
Leer más
Capítulo 42.
Las luces blancas iluminan el quirófano donde Miguel demuestra con soltura sus habilidades. Canta mientras sus manos tocan muchos tejidos y nervios que al mínimo error podrían acabar con la vida del joven que le han confiado. —“They will not force us. —Canta fuerte. —They will stop degrading us. They will not control us. We will be victorious. (So come on) …” —Se detiene, alza las manos, retrocede unos pasos y hace movimientos de baile. Todos ríen. —Cada vez que haces eso me haces viajar en el tiempo. Retrocedo a cuando estábamos de internos. —Dice, Armando, asistiéndolo. —Llevamos ocho horas de pie. Mi cuerpo exige movimiento. —Vuelve a colocarse para continuar. De repente los latidos bajan. Todos se paralizan durante unos segundos, pero él analiza rápidamente la situación mientras los demás esperan una indicación suya. Toma el bisturí y hace una incisión. —Lo tengo. Succión, por favor. —Pide y Armando obedece. Lo latidos se regulan poco a poco. El ser un médico es olvidarse de sí
Leer más
Capítulo 43
La oscuridad reinaba absoluta, una negrura tan densa que parecía envolverlo todo. El goteo persistente de agua resonaba en el vacío, marcando el compás de un silencio sepulcral. Miguel avanzaba con cautela, cada paso desgranando un eco inquietante. Podía sentir el latido de su corazón, un tamborileo desbocado que le llenaba los oídos mientras la tensión lo mantenía alerta. Cada metro recorrido lo acercaba a la verdad que tanto había perseguido: el accidente que había destrozado su mundo y la posibilidad de que su madre estuviera viva.—Ese subterráneo no estaba en los planos de la casa. Miguel, lo mejor será que regreses —instó Armando a través de los auriculares, su tono cargado de preocupación.—No puedo detenerme ahora —replicó Miguel en un susurro firme, continuando su marcha con la obstinación de quien ya no puede retroceder.Armando maldijo por lo bajo, y aunque la prudencia lo instaba a desistir, no dudó en ir tras su amigo. Todo había sido calculado al detalle, pero aquel túne
Leer más
Escanea el código para leer en la APP