Mi cuerpo se debilita por completo sintiéndolo tan cerca de mí, su boca me acaricia con una impresionante dulzura y no puedo creer que de alguna manera me esté gustando. La forma en que me besa se siente extraña, me está gustando, me estoy dejando llevar por él y eso me está quitando poder. No lo permitiré. —Mmmm... —me quejo tratando de empujarlo. Me sujeta del cuello y se separa solo unos centímetros, me hace verle a los ojos y como si esto lo hubiera llenado de rabia, espeta furioso. —No. Eres mía, entiéndelo. —me aprisiona contra el auto con más violencia. —He esperado mucho por esto y no dejaré que una laguna mental por una borrachera me quite lo que me pertenece. —dejándome con una cara de sorpresa y confusión, me vuelve a besar con la fuerza suficiente para que nuestros dientes cho
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