Furioso.
Cabreado.
Impotente.
He dejado a Nefertiti en mi residencia sin decir palabra alguna, estoy furioso con ella y por primera vez lo ha entendido y me ha obedecido; espero que sea eso y no es por qué se siente obligada a obedecerme, esa no es la relación que quiero tener con ella. Soy un maniático del control, impulsivo y aunque pareciera que quiero darle órdenes no quiero que se sienta sometida por mí.
Se sentirá dominada Demetrio.
Me siento de esa forma y la única culpable es Nefertiti, como ha podido dejar que ese imbécil la trate de esa forma y mucho menos dejar que la tratara como si ella fuese nada. Nefertiti merece much
Saco mi móvil para llamarla pero como era de esperarse no me contenta, mi cabreo aumenta cuando me llega un mensaje de ella."¡No me busque! "Le llamo a Daniel para pedirle que la busque, me informa que inmediatamente me enviara la información y me contengo de no responderle a Nefertiti y ponerla alerta de que iré por ella.Salgo nuevamente para meterme al coche notablemente cabreado. No puedo creer que siempre que espero algo de ella termine haciendo totalmente lo contrario. Nunca sé que esperar de ella.En el camino recibo la información de su localización. Está en el centro comercial de Mónaco que para su desgracia me pertenece, estando en M&o
Observo a mi pequeño hijo dormir tranquilo sobre la cama. No tengo mucha confianza en dejarlo solo y por suerte el señor Saint Amour me ha comprendido, eso y que no le he dejado opciones. Le pedí que Elliot viniera a cuidar a Júpiter, si él no podía venir la solución era fácil, me iba a un hotel con Elliot. No entiendo por qué no le pareció tanto la idea. Elliot regreso hoy por la tarde durante mi estadía en la residencia de Saint Amour, me ha informado de ciertas cosas que no hubiera esperado pero claro; es error mío al confiar tanto en Horus. Mi hermano es un completo bobo y cuando se lo propone puede en realidad ser un completo patán, no entiendo porque su manera de actuar sin pensar en lo que pueden sentir los demás se ha convertido en la mejor manera para él de vivir la vida. Tengo la vaga impresión de que Horus en realidad solo quiere
Me siento levemente intimidada por la cantidad de personas que nos observan, parece que la mano del señor Saint Amour sobre la mía es algo que tiene a todos alucinados. Aprieto fuertemente la mano de Demetrio, él entrelaza nuestros dedos y acaricia mi palma con el pulgar. Me vuelve a ver con una sonrisa y yo agradezco el gesto en silencio. El lugar es increíble, el diseño completo es una maravilla y me emociona el hecho de que en realidad es uno de los proyectos que mi constructora ha desarrollado. Si un miembro de mi equipo puede hacer este trabajo no entiendo porque el señor Saint Amour insiste en tenerme a mí como su arquitecta para el diseño y construcción de su casino. Nos fotografían y mi incomodidad aumenta, no es que me tense el hecho de salir en periódicos o la televisión. No, me incomoda el hecho que mi familia me vea con este homb
Es increíble que a pesar de lo que acaba de suceder siga en este lugar esperando que a Saint Amour se le ocurra aparecer para poder llevarme a casa. No sé en qué momento decidí entregarle mi móvil para que lo cargara en su bolsillo. El hombre seguramente se sigue recomponiendo del tremendo golpe que le he dado.Tengo mi límite y creo que el señor Saint Amour no lo había entendido hasta ahora. Abandone Egipto por el tipo de personas que me rodeaban cuyos pensamientos siempre se dirigían al querer poseerme, controlarme y hacerme sentir como un objeto. Soy bella, lo sé, soy una mujer importante y eso también lo sé, creo que es de lógica que no quiero estar con personas que piensen así de mí.¡He dejado a mi propio hermano!
—Nefertiti. Mi nombre es más un alivio en su boca. —Lo siento, no estaba contigo para cuidarte. —susurra, deposita un beso en mi coronilla y mi corazón da un vuelco. —No puedes estar conmigo todo el tiempo. —le digo, él se separa un poco para verme a los ojos. Su mirada azul es sombría. —Puedo estarlo. Me he casado contigo. —responde como si casarse conmigo es la solución perfecta. —¿Casado contigo? —pregunta Mohammed. Le vuelvo a ver y camina de regreso hasta donde estoy con Demetrio. La mirada azulada de Demetrio no me abandona. De alguna manera pareciera que quiere matar a este hombre. —Nefertiti explícame lo que está diciendo Saint Amour. – regreso la mirada a la penetrante del señor, está furioso. —Ella no tiene por qué explicarle nada a nadie. —responde con voz terrorífica. —Señor Ashim no recuerdo que su nombre apareciera en la lista de invitados. —me suelto de él, pero es de esperarse que tome mi mano y entrelace
Demetrio me guía por el lugar, es un hotel bastante bonito y grande. Su diseño es espléndido y nuevamente me confirma que está feliz del trabajo que Lüneburg Construction, le explico que utilizamos los mejores materiales y también aplicamos las nuevas tecnologías para hacer todos los espacios modernos. Gradualmente me disculpo de no haber atendido personalmente el asunto y de ahí viene mi poco conocimiento acerca de nuestra alianza. Me explica que su interés por mi como la diseñadora de su casino.—Tu trabajo me impresiona, eres una mujer joven con un talento excepcional. —sonríe al decirlo.Vale. El hombre sabe como alagar a una mujer, y debo decir que funciona.—Eres el perfecto comp
Demetrio me observa desde la oscuridad, su mano sigue sosteniendo la mía pero me siento de alguna manera un poco incomoda o es que tengo un poco de calor. Daniel nos conduce entre la oscura pero muy viviente noche en Mónaco, es impresionante todo el lujo que representa este país y curiosamente llevo a mi lado a uno de los hombre más poderosos de este lugar. Suspiro. Mi vida está cambiando de una forma muy drástica y extraña, no quiero perderme del camino que yo misma he logrado forjar. Mi constructora es muy importante para mí, mi trabajo pero sobre todo ahora, mi hijo es lo único que me mantiene a flote. No puedo dejar que mi matrimonio con Demetrio afecte mi vida. —¿Qué sucede? —acaricia mi pierna.
Esas dos palabras son suficientes para que me tome en brazos, levantándome para ponerme sobre su cintura. Su mano viaja hasta mi trasero y me sujeta con fuerza de ahí, me quejo y él ríe. Dios bendito. Estoy a punto de cometer una locura. Me lleva cargando hasta uno de los enormes sillones que acompañan su mini bar, se sienta conmigo encima y yo soy incapaz de separarme. Comienzo a quitarle la pajarita, él me mira expectante por la iniciativa y yo sonrío. Acerco la mano al primer botón de su camisa, me mira con los ojos bien abiertos esperando mis movimientos. Desabrocho el botón con delicadeza y eficiencia, frunce el ceño. —No quiero ni saber cómo has aprendido a hacer eso tan rápido. —espeta. —No me