CAPÍTULO 81. ¿CÓMO ES ESO...?
Leo entrecerró los ojos con aquel recibimiento. Ryan se había tomado bastante bien la noticia de que Guido tuviera cierto «enredo» con su hija, pero no era como para que lo abrazara ni lo llamara «campeón» apenas verlo. Así que por si acaso buscó la botella por algún lado, pero no, ni rastro de alcohol en sangre.—¿Estás bien, Ryan? —le preguntó, saliendo en auxilio de su amigo, que lo miraba con ojos desorbitados.—Perfectamente, solo un poco desvelado pero me alegro, porque así los pude recibir —contestó el hombre—. Leo, Mía se quedó en tu villa, dice que para cuidarla pero la verdad es que te extrañaba mucho. ¡Solo no vayas a decir que yo te lo dije! Y tú —dice volviéndose hacia Guido y palmeándole la espalda—, Sam está en la otra villa, asumo que ya sabes cuál es
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