CAPÍTULO 74. VOY A CONSTRUIR MI OPORTUNIDAD
Contarle a Ángelo Di Sávallo que su hija menor, su princesita, su angelito, su florecita… había sido deshojada nada menos que por aquel remedo de Tarzán, le iba a provocar algo bastante parecido un infarto.Pero más peligroso que eso fue cuando Alessandro, con singular alegría, agarró a Leo y a Guido por las nucas y los paró frente a Malena y Ryan respectivamente.—A responder, muchachos. —fue lo único que dijo mientras los veía bajar las cabezas, medio avergonzados; pero la siguiente hora pasó entre explicaciones que por suerte terminaron en algunas palmadas en la espalda, amenazas, advertencias, y otra botella de vino.Sin embargo, la conclusión de aquellas conversaciones había sido tristemente la misma. Leo y Guido se miraron con los ojos llenos de incertidumbre, porque no sabían exactamente en qué punto estaban ni con Mía ni con
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