Hoy es un día hermoso. Me levanto y me doy una ducha rápida para bajar a desayunar con mi familia.—Hola, buenos días —ambos me dan un beso en la mejilla, invitándome a sentarme con ellos.—¿Cómo estás, princesa?—Bien, papá, amanecí con mucha energía —digo emocionada, mientras ambos me sonríen.—Querida, ¿qué tal si ahora me acompañas a comprar unas cosas? —dice mi madre terminando su café.—Claro —mi padre se retira para ir a trabajar y yo me dispongo a hacer algunos trabajos pendientes de la universidad.Bueno, les contaré algo de mí. Tengo 19 años y estudio Administración de Empresas, ya que mi padre maneja una cadena de hoteles y quiere que, más adelante, tome yo el control de todo.Si me preguntan por mi físico, soy bajita, mido 1.62, tengo cabello castaño y mis ojos son color miel. No me puedo quejar de mi cuerpo, puesto que mi madre hace que lo mantenga en forma, así que mi cuerpo, como dice ella, es perfecto.—Hola, amiga —Mila me saluda por la cámara de la videollamada.—Mila
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