capitulo 3

Rose

No lo puedo creer, justo delante de mí tengo al idiota al que le tiré la cerveza. Este me mira sorprendido y con un toque de enfado.

- ¿Se conocen? - pregunta mi padre.

- No, solo nos vimos una vez - le digo, mientras observo cómo este se tensa.

- Bueno, querida, déjame presentarte a los nuevos guardias de seguridad - ambos hombres se paran y se arreglan sus trajes.

- Este es Liam, será el guardaespaldas de tu madre - sí que era lindo, extiende su mano y rápidamente yo se la recibo.

- Un placer, señorita Hilton - tiene una hermosa sonrisa y ni hablar de sus ojos.

- Dime Rose.

- Y este es James - James extiende su mano y yo se la recibo - él cuidará de ti, Rose. Cuando mi padre dice eso, aprieto sin querer la mano de James, haciendo que este suelte un gruñido.

- Lo siento - digo bajito.

- Bueno, un gusto conocerlos. Papá, tengo que ir a la universidad, así que adiós.

- Hija, James va contigo. ¡Joder, lo que faltaba!

- Ok, en 20 minutos salimos - esta vez lo miro a él y este asiente con su mirada seria.

Subo a mi habitación maldiciendo por la mala suerte que tengo, saco ropa de mi guardarropa y me la coloco rápidamente.

Bajo las escaleras viendo a James parado en la puerta.

- Vámonos - este abre la puerta del coche y después entra él. El recorrido resulta algo incómodo, así que decido romper el hielo.

- James, así te llamas, ¿verdad? - este mira por el espejo y parece como si me penetrara con la mirada.

- Sí, señorita.

- No me digas señorita, llámame Rose.

- Es mejor así, señorita - y dale con el maldito señorita.

- Oye, sé que no nos conocimos de la mejor manera, pero me gustaría que nos llevemos bien, ¿te parece?

- Señorita, yo no vine a ser su amiga, vine a protegerla - ¡Auch, eso dolió!

- ¿Ah, sí? ¿Y protegerme de qué? No veo ningún peligro.

- Su padre hablará después con usted - llegamos a la universidad y lo primero que veo es a Tom corriendo hacia donde estoy.

- Preciosa - este me carga en boladas y me da varias vueltas.

- Ya bájame, Tom - digo riendo, pero alguien lo para bruscamente.

- La señorita le acaba de decir algo - veo cómo James fulmina con la mirada a Tom, que rápidamente me suelta, pero después lo mira a él.

- ¿¡Quién te crees para decirme eso!? - Tom se acerca peligrosamente a James, entonces decido interferir.

- ¡Tom, basta! Es mi guardaespaldas - este se voltea y me mira confundido.

- ¿Guardaespaldas? ¿Es en serio?

- Sí, ven, vamos adentro - tomo su brazo y James nos sigue, pero a distancia.

- Vaya, amiga, que guardaespaldas tienes, es todo un bombón - dice Mila mientras Tom hace mala cara.

- ¿Crees que me dé bola?

- Mmm, no creo, amiga, es muy serio.

- Preciosa, ¿qué te parece si voy hoy a tu casa y vemos una película?

- Claro, a las 6 p. m.

- Ok, adiós chicas - se despide con un beso y Mila me mira con malicia.

- Así que van a ver películas - me mira con su rara cara de perversión.

- No vamos a hacer nada, por Dios, estaremos en casa de mis padres.

- ¿Y quién dijo que no se puede tener sexo en casa de tus padres? - le doy un golpe en el brazo, mientras nos reímos.

- Cállate, Mila - en eso aparece mi sexy guardaespaldas, esperen, ¿dije sexy?

- Señorita Rose, su padre la solicita en casa - miro a Mila y veo cómo esta está embobada mirando a James.

- Mila, me tengo que ir, nos vemos luego.

- Suerte con tu película - al parecer, James no entendió nada porque puso su cara de confundido.

Al llegar a casa me informan que vaya al despacho. Cuando entro, veo a mi madre con los ojos rojos.

- Mamá, ¿estás bien? - me siento a su lado, tomando su rostro.

- Hija, tenemos que hablar - cuando mi padre me dijo eso, supe que lo que tenía que decirme era grave.

- ¿Qué pasa, papá? Habla ya.

- Hija, hace unos días me enviaron una carta amenazándome con matarte.

- ¿¡Qué!? ¿Quién haría eso?

- Hace un mes vinieron unos hombres a mi hotel ofreciéndome que dejara vender droga en mis hoteles y ayudara a lavar su dinero, pero yo me negué rotundamente y ahí están las consecuencias - mi madre toma mi mano y yo le doy una leve sonrisa para que esté tranquila.

- Ahora me amenazan si no lo hago.

- Papá, no puedes permitir que ellos se salgan con la suya. No dejarás que esa porquería entre a tus hoteles.

- Y eso haré, mi pequeña, pero ahora necesito protegerlas a ambas. Por eso quiero que le hagas caso a James y procures no exponerte mucho.

- De acuerdo, papá, no te preocupes.

Salí de su despacho con la mente en blanco. Todo lo que me dijo mi padre me dejó algo afectada. La verdad, no quería que le pasara nada a ellos.

- ¿Estás bien? - levanto mi vista y veo a James parado en la puerta.

- Este sí.

- ¿Y por qué lloras? - ¿Estoy llorando? Toco mi cara y sí, es verdad, había una lágrima en mi mejilla. Dios, ¿cuándo empecé a llorar?

- No pasa nada - a él parece no convencerle mucho, pero no dice más. Subo a mi cuarto para darme un baño y verme con Tom.

Estoy acostada sobre el pecho de Tom, viendo una película de acción que la verdad ni siquiera he entendido.

- Oye, Tom, esta película me parece muy aburrida.

- Sabes algo, preciosa, a mí tampoco me gustó - ambos nos reímos, pero después Tom comienza a acercar su rostro al mío.

- Dime que pare y lo haré - su voz suena ronca y está cargada de promesa carnal.

- No lo hagas.

Este coloca sus labios sobre los míos, mientras se posiciona encima de mí, haciendo que nuestros cuerpos se rocen. Nuestras lenguas hacen una pequeña danza, mientras que sus manos me recorren cada parte de mi cuerpo. Con rapidez se retira la camisa y después me coloca encima de él.

- Eres preciosa - levanta mi camisa con cuidado, mientras pasa su mano por mi abdomen. Pero cuando sus manos están a punto de llegar a mis pechos, la puerta se abre de golpe dejándome ver a un James muy enojado.

- ¡¡LARGO DE AQUÍ, IMBÉCIL!!

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