RoseMe levanto por un horrible pitido que produce una maquina que no se que es, abro lentamente mis ojos y puedo observar que estoy en un hospital , cuando intento moverme siento un gran dolor en la parte de mis costilla haciendo que pegue un pequeño grito- ahh - en ese momento mi madre aparece en mi campo de vision- hija !! Dios quedate quieta , me alegro que ya estes despierta llamare al medico - yo aciento y me vuelvo a acostar pero llega el medico y me empieza a revisar pero no fue nada agradable porque todaca los sectores de mi cuerpo que mas me dolian- tiene que hacer mucho reposo por lo menos por dos semanas y tomar estos medicamentos para el dolor- gracias doctor asi sera - dice mi madre , en ese momento entra mi padre y al verme despierta este corre y me abraza pero con cuidado- mi princesa ya despertaste , que susto me dist
JamesCuando escuché ruidos provenientes del cuarto de Rose, no dudé ni un instante en entrar; tal vez estaba en peligro. Pero al abrir la puerta y ver esa escena, sentí como mi corazón se estrujaba porque odiaba verla llorar. Ahora la tengo en mis brazos, dejando que llore y libere toda la tensión. Ella está en ropa interior, pero ni siquiera siento morbo al verla así; mi morbo desaparece.—¿Me quieres contar qué pasó? —Miro su celular hecho un desastre.—Él me envió un mensaje, diciendo que iba a volver, pero para matarme. No quiero que lo haga, James —se pega más a mi pecho y yo la abrazo, sintiendo su piel desnuda.—Tranquila, Rose, yo no lo dejaré. Te protegeré con mi vida. —La tomo en brazos y la coloco en la cama para que descanse, pero cuando me voy a ir, ella me detiene.—No te vayas, quédate mientras me duermo. —Al ver su carita de ángel, no puedo negarme.—Está bien. —Me tumbo a su lado y comienzo a acariciar su espalda casi desnuda para que se relaje.—No hagas eso, James —
Hoy es mi último día en la universidad, ya que por fin termino el semestre, y como siempre, me fue súper bien. Ahora estoy preparando todo para regresar a Londres y volver a encontrarme con mi mejor amiga Mila, aunque Carol también se convirtió en mi mejor amiga, y lo mejor de todo es que también viajará conmigo, ya que sí aceptaron su traslado.Estoy viendo qué ponerme para mi último día de clases, hasta que encuentro la ropa perfecta.Bajo a desayunar y me encuentro con mamá. —Hola, mamá, ¿cómo amaneces? —le doy un beso en la mejilla y después comienzo a tomar mi café. —Bien, hija, feliz porque por fin regresamos a Londres; el calor de Los Ángeles me mata. —Lo sé, mamá, yo también estoy feliz. —En esas entra James con su perfecto traje y Liam. —Buenos días —saludan los dos. —Buen día —dice mi madre, como siempre tan formal - Hija, me voy, tengo que hacer unas cosas. Liam, vámonos. —Este asiente y veo cómo se van. Mi mirada se posa en James, que ha estado todas estas semanas alej
Acabamos de aterrizar en Londres. Apenas salí del avión, me invadió el frío al que ya no estaba acostumbrada después de vivir en Los Ángeles. Bajo del avión con mi amiga Carol, seguida de Liam y James, quienes siempre están atentos a mí.Al llegar a casa, saludo a Nana con un efusivo abrazo.—¡Nana! ¡Te extrañé tanto! —Yo a ti, mi niña —responde, mirando a Carol—. ¿Y esta bella señorita? —Mucho gusto, soy Carol, amiga de Rose. —Oh, bienvenida, Carol —dice Nana, mientras subo a mi habitación con Carol y comienzo a desempacar mis maletas.—¿Estás feliz de volver? —pregunta Carol.—Muy feliz, pero ¿sabes qué me tiene más feliz?—¿Qué?—Voy a salir con James hoy —ella pega un grito y comienza a saltar de la emoción.—¡Qué genial! Debes ponerte hermosa.—Así es, pero ahora hay que desempacar todo esto.—Yo debo ponerme a buscar una casa.—Sabes que puedes quedarte aquí el tiempo que quieras —ella sonríe y me abraza.—Lo sé, amiga.Ya son las 7 p.m. y, como siempre, estoy arreglándome a l
Tenemos que hablarMe paré en la cama esperando a que James dijera algo, pero al parecer estaba muy nervioso.—¿Crees que es el momento de hablar, James? Estoy alcoholizada, así que dudo que me acuerde de algo mañana.—Es que... —Se pasa la mano por la cabeza—. Tengo que explicarte las cosas. No quiero que pienses cosas que no son.—¿Y cómo son las cosas, James? ¡Estás casado!—Legalmente, pero María y yo hace mucho que no estamos juntos —se acerca a mí y toma mis mejillas—. Entiéndelo, yo no estoy con ella, por favor.Me suelto de su agarre y camino por toda la habitación buscando algo, pero no sé qué.—James, no sé, esto es muy complicado —miro hacia la ventana y siento cómo unos brazos me rodean la cintura.—Déjame explicarte cómo fueron las cosas —este corre mi cabello a un lado, dejando al descubierto mi cuello, y empieza a dar besos en él, pequeños chupetones que hacen que todo mi cuerpo se vuelva una gelatina. Inclino mi cabeza a un lado para que tenga mejor acceso y, con mi man
Oh, Dios mío, su esposa abortó a su propio hijo. ¿Qué persona está tan mal como para hacer eso? Una lágrima cae del rostro de James, y al verlo tan vulnerable, corro y lo abrazo con fuerza, como si quisiera que supiera que estoy ahí para él. James corresponde a mi abrazo, rodeando mi cintura con sus brazos.—Lo siento tanto, James —digo en su oído, mientras acaricio suavemente su espalda.—Más lo siento yo... No pude proteger a mi propio hijo.—¿Y qué pasó cuando eso ocurrió?—Me fui. No soportaba su presencia. Cada vez que la veía, era como ver a la asesina de mi hijo. Ella intentó arreglar las cosas, pero el daño ya estaba hecho.—James, lo siento. Yo debí escucharte... Soy una tonta —agacho la cabeza, apenada, pero él la levanta y me mira a los ojos.—No te disculpes, Rose. Tú no sabías, y te juro que yo también hubiera actuado así —le doy otro abrazo, pero en ese momento entra mi madre.—Buenas tardes —me separo de golpe de James y veo cómo él se empieza a poner nervioso.—Señora,
Esto tiene que ser una m*****a broma. ¿Yo, casarme con ese hombre que ni siquiera conozco?—Papá, esto tiene que ser una broma, ¿verdad? —Lo miro incrédula, y mi madre lo mira horrorizada.—Hija, no es una broma —niego con la cabeza repetidas veces.—¡No, ni loca! —Mi padre me fulmina con la mirada.—Hija, lo hago por tu bien.—¿Por mi bien? Lo haces solo para tus malditos negocios. —Este toma mi brazo con fuerza.—Cuida tus palabras, Rose —aprieta fuerte, y yo suelto un quejido.—¡Robert, la lastimas! —dice mi madre horrorizada. Este me suelta, y veo la terrible marca de sus dedos en mi piel. Él mira la marca también, y puedo ver en su cara el arrepentimiento.—Hija, yo... —Lo miro con rabia y odio.—Animal —tomo mi bolso y salgo disparada del lugar sin importar los gritos de mi padre. James sale corriendo detrás de mí, y cuando ya estoy afuera, me tiro a sus brazos y comienzo a llorar.—Hey, preciosa, ¿qué pasó? —James me pega más a su cuerpo.—James, me quieren obligar a casarme. —S
Me levanto con un fuerte dolor de cabeza y algo desorientada. Empiezo a abrir mis ojos lentamente y quedo sorprendida al ver el lugar en donde me encuentro. Esto parece un sótano vacío, solo tiene la cama y una jarra de agua. Cuando intento pararme, algo me detiene y, al observar qué es, me doy cuenta de que tengo una cadena amarrada al pie. Escucho cómo alguien abre la puerta y, al ver quién es, mis nervios aumentan al 100%.—Veo que ya despertaste —Thom se acerca a mí con una sonrisa malvada, haciendo que todos los vellos de mi cuerpo se ericen.—¿Qué quieren? ¡Déjame ir! —digo con voz temblorosa mientras él queda frente a mí y acaricia mi mejilla.—Eso no podrá ser, Rose. Tu padre tiene que pagar por lo que hizo.—Él no hizo nada, solo no aceptó entrar en el negocio —Él se ríe, y la verdad, no entiendo el chiste.—¿Eso te dijo el imbécil? —Frunzo el ceño cuando Thom me dice eso - Ay, querida Rose, siempre tan inocente. Pero tranquila, pronto alguien te dirá la clase de padre que tie