James agarra a Tom del brazo y lo detiene de golpe.
—Oye, imbécil, suéltalo —le digo furiosa, pero veo cómo los ojos de James pasan de mi cara a mis pechos, y en ese instante me doy cuenta de que no tengo camisa.
—Mejor tápate. Y tú, imbécil, ¡largo de aquí! —Tom recoge sus cosas y le hago una cara de disculpas. Me pongo la camisa bajo la atenta mirada de James.
—¿Podrías dejar de mirarme mientras me visto? —digo algo molesta.
—No quiero que vuelvas a meter a ese tipo en tu cuarto.
—¿Perdón? Solo llevas conmigo unas jodidas horas y ya te crees con derecho a decirme qué hacer. —Este tipo me tiene cansada. Maldito el día en que a mi padre le dio por contratarlo.
—Tu padre me dio la autorización de intervenir a mi modo, así que no quiero que vuelvas a meter a ningún tipo en esta habitación.
La rabia me gana, así que levanto la mano para darle un puñetazo, pero él es más rápido que yo y rápidamente me agarra de los brazos y me coloca contra la pared. Mi respiración se acelera al sentir su cuerpo grande y tonificado pegado al mío, y sin poder evitarlo, me muerdo el labio inferior. Él abre la boca y traga duro cuando fija sus ojos en mis labios, pero algo lo hace reaccionar y me suelta.
—Haz lo que te digo —James sale y me deja con la respiración agitada y con esa sensación de querer más de él.
—¿Pero qué ha sido todo esto? —Entro al baño y me pongo una pijama cómoda. Mañana tengo clases a las 7 a.m., así que tengo que levantarme temprano.
Suena el horrible despertador a las 5:30 a.m. Con una terrible pereza, me dirijo al baño y luego salgo para ponerme mi ropa y peinarme.
—Hola, mamá —saludo a mi madre, que como de costumbre está tomando su té de las mañanas.
—Hola, hija, siéntate —me siento a su lado y veo cómo Liam entra con una taza de café.
—Buenos días, Liam —le sonrío formal.
—Buenos días, señorita Rose.
—Ya te dije que dejes el "señorita", solo "Rose".
—Está bien, Rose. —Mi madre interrumpe.
—¿Ya desayunaste, Liam?
—No, señora, pero enseguida lo hago.
—Ven, desayuna con nosotras. —Liam parece dudar, pero al final se sienta y comienza a comer con nosotras. Liam es un chico muy simpático y, además, guapo. Ojalá mi padre me hubiera asignado a Liam.
—Buenos días, señora Lia —entra James con su perfecto traje y al ver a Liam sentado con nosotras, frunce el ceño.
—Ven, James, siéntate a desayunar —mi madre, formal, le extiende una taza de café.
—Señora, no creo que sea lo correcto.
—Vamos, James, siéntate. Es una orden —mi mamá intenta sonar seria, pero es obvio que no le sale. Entonces James se sienta justo enfrente de mí y siento cómo posa su mirada en mí.
—¿Y díganme, durmieron bien? —mi madre mira a ambos caballeros, y ambos responden con un "sí".
—La cama es muy cómoda, señora Lia, mejor que la mía —dice Liam.
—Me alegra. Yo estoy muy agradecida con ustedes por cuidarnos a mi hija Rose y a mí.
—Para eso estamos, señora, para servirle —cuando James dice eso, me levanto y lo miro.
—En 5 minutos salimos.
—Como ordene, señorita Rose —ruedo mis ojos, ya que odio que me digan "señorita".
—Adiós, mamá, te amo. Adiós, Liam —le dedico una sonrisa pícara a Liam y él me la devuelve.
Cuando estoy en el coche, veo que James no para de mirarme.
—¿Me quieres decir algo, James? —digo en tono inocente.
—Sé lo que haces.
—¿Ah, sí? ¿Qué hago?
—Le estabas coqueteando a Liam. —Me río por su comentario, pero en ese momento llegamos y él me ayuda a bajar. Yo rápidamente lo acorralo contra el coche y le digo, muy cerca de su rostro:
—¿Y si así fuera, qué? - Él se tensa y, de un rápido movimiento, me acorrala a mí.
—No juegues, Rose.
—Ah, ahora sí soy Rose.
—Él trabaja para tu padre, así que no puede tener ningún tipo de relación contigo.
—Sabes que ya me aburrí de ti. —Le doy un pequeño empujón y salgo caminando, moviendo mis caderas exageradamente porque sé que me está mirando.
—¡Amiga! —Mila está sentada al lado de Tom.
—¡Hey, loca! ¿Cómo estás? —Mila me da un abrazo.
—Bien. Tenemos que hablar ahora.
—Ok.
—Hola, preciosa —Tom me da un beso cerca de la boca.
—Hola. Siento lo de ayer. —Él sonríe y me acaricia la mejilla.
—No te preocupes, todo fue culpa del maldito de tu guardaespaldas.
—Es que se toma muy en serio su trabajo.
—Pues no me gusta. —Entra el maestro y comienza su aburrida clase. Después de 2 horas, Mila y yo salimos a comer algo y, como siempre, James sale detrás.
—Este, James, me gustaría tener privacidad con mi amiga —le digo algo molesta.
—Sabes que no me puedo alejar mucho.
—Solo vete, no estés tan cerca. Quiero conversar de cosas de chicas y no quiero que las escuches. —Él hace mala cara y se aleja un poco.
—Ahora sí, amiga, suéltalo —dice Mila.
—Lo odio, es un pesado.
—¿Ya qué hizo?
—Ayer me interrumpió cuando iba a tener sexo con Tom y lo sacó a patadas de la casa.
—¿En serio eso hizo?
—Sí. —Asiento.
—Pero pasó algo más. Cuando Tom se fue, este me acorraló contra la pared. No me besó ni nada por el estilo, pero cuando lo sentí tan cerca, juré sentir como si una corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo, cosa que nunca me ha pasado con Tom. —Mi amiga se queda pensando un rato, pero después reacciona.
—¡Te gusta! ¡James te gusta, amiga!
—¿Qué? ¡Pero qué mierdas dices, Mila! ¡Yo lo odio!
—Por Dios, Rose, el hombre es todo un dios del Olimpo. ¿Cómo me vas a decir que no te gusta? - Bueno, sí, ella tiene razón, James es muy sexy, pero su carácter es una m****a.
—Sí, amiga, pero su forma de ser le quita lo bonito.
—Amiga, ¿y si lo seduces? Él se ve muy profesional en lo que hace, de seguro se cansará de que lo estés acosando y así renunciará.
—¿Es en serio, Mila? ¿Quieres que me le meta hasta por los ojos? ¿Y si pasa el efecto contrario? - Ella sonríe.
—Vuélvelo loco, sé rebelde como eres tú, pero también coqueta con él y con otros. —Cuando voy a responder, aparece James.
—Señorita, su padre la solicita en el hotel. —¡Y dale con el "señorita"!
—Ok, amiga, me voy.
—Dale, adiós, y recuerda lo que te dije.
—Lo pensaré.
Llegamos al hotel y nos recibe Marco, un chico que desde hace mucho tiempo está babeando por mí, pero nunca le he prestado atención. Él trabaja para mi padre como su mano derecha.
—Hola, Rose —me da un beso en la mejilla.
—Hola, Marco, ¿cómo estás?
—Bien, Rose, ¿y tú?
—Bien, Marco, con mucho estudio, pero ahí vamos —le doy una cálida sonrisa.
—Señorita, su padre la espera. —Marco mira a James de pies a cabeza, pero antes de que diga algo, me despido de él.
—Tengo que irme. Nos vemos luego.
—Hola, papá —me acerco a él y le doy un cálido beso.
—Hija, tengo algo que decirte —veo su cara y sé que es algo serio.
—¿Qué pasa, papá?
—Quiero que te vayas un mes de Londres.
—¡¿Qué?! ¡No! ¡Tengo mis estudios, no puedo dejarlo todo!
—Hija, entiende que es por tu seguridad.
—Papá, creo que estás exagerando - Él niega con la cabeza y saca de su escritorio un sobre.
—Ábrelo. —Lo tomo y, cuando lo abro, veo varias fotos mías en diferentes lugares.
—¿Quién sacó las fotos?
- Te están siguiendo, hija. Esas fotos me las enviaron las personas que me están amenazando. Te tienen en la mira, hija. Tengo miedo de que te pase algo. — Doy un suspiro tratando de entender todo. Veo en su rostro dolor y cansancio, por eso decido no discutir más.
- Está bien, papá. ¿A dónde voy?
- Vas, hija. James te acompaña - ¡¿Qué?!
- Papá, no cre...
- No se discute, hija. Vas con James y punto.
- ¿Por qué a mí?
- Está bien, papá.
Estoy preparando mi maleta para salir mañana de viaje. Al parecer, me voy a Los Ángeles a la casa de recreo que mi padre compró. Dijo que desde allí podría presentar mis exámenes y ver las clases que me pierda en la universidad, pero la verdad es que eso no me importa. Lo que me importa es que me alejarán de las personas que quiero y tendré que compartir con James un mes entero, pero solos, y si la cosa no se soluciona, tendré que quedarme más tiempo.- Hola, Mila - ahora estoy hablando con Mila por videochat.- No puedo creer que te vas a ir y me vas a dejar - dice ella llorando.- Lo siento, Mila. Yo no me quiero ir, pero es necesario - trato de no llorar, pero me es imposible. Mila y yo nos conocemos desde que tenemos 10 años; yo la considero como una hermana, y ella a mí.- Prometo ir a visitarte con Tom.- Por favor, no me dejes morir con el loco cascarrabias - se ríe desganadamente, igual que yo.- ¿Si piensas hacer lo que te dije? - La idea me resulta tentadora. Tal vez, si lo s
Después de que James se fuera al baño por como media hora, me quedé profundamente dormida hasta que sentí como alguien tocaba mi mejilla. Al abrir mis ojos, vi que era James.- Ya llegamos - dijo, como siempre con su mirada fría y poco expresiva.- Ok, gracias - respondí. Bajamos del avión y de inmediato sentí el calor de Los Ángeles.- ¡Qué calor hace!- No debiste venir con esa ropa - respondió James. Miré mi ropa y tenía razón.- Bueno, eso sí no te lo discuto. Mejor vamos rápido a la casa para cambiarme, o mejor dicho, meterme a la piscina - comenté.Nos subimos al carro y durante todo el trayecto ninguno de los dos habló. Al llegar a la casa, nos recibió una señora y una muchacha joven que no paraba de ver con descaro a James.- Señorita Rose, bienvenida. Mi nombre es Nora y esta es mi hija Luciana - dijo la señora. La chica me saludó de mala gana, mientras que a James le dio un sonoro beso en la mejilla.- ¿Puede enseñarme mi habitación, señora Nora? - pedí. Ella asintió y me lle
Han pasado una semana desde el accidente que tuve en la alberca. Afortunadamente, la herida sanó rápido y pude comenzar a caminar con tranquilidad. Todo este tiempo, James estuvo conmigo acompañándome. La verdad, no sabía si lo hacía por trabajo o porque en realidad le nacía ayudarme.Tomo una ducha y me coloco unos shorts y un crop top. Bajo a desayunar y, como de costumbre, está la perra de Luciana.- Buenos días, me gustaría desayunar.- Puedes hacerlo perfectamente - responde Luciana de forma tajante.- Pues quiero hacerlo sola.- Pues fíjate que no me quiero ir - doy un golpe a la mesa y me paro enojada, fulminándola con la mirada.- ¡Pero ¡quién m****a te crees para hablarme así! Me debes respeto - ella se ríe y niega con la cabeza.- No, eso jamás pasará. Tú solo eres un maldito estorbo.- Mira, estúpida, te recuerdo que estás en MI casa y, si no fuera porque le tengo aprecio a tu madre, ya te hubiera corrido de aquí.- ¿Crees que te tengo miedo? Eso jamás, y ¿sabes algo? Vete d
Me levanto temprano para ir a la universidad que me va a recibir mientras esté aquí en Los Ángeles. Me doy un baño y me coloco algo fresco, ya que hoy hace un calor del demonio.Bajo a desayunar y doy las gracias por no encontrarme con Luciana, pero me parece raro porque James no está. Tomo mi desayuno con tranquilidad, pero cuando termino, veo que se me hace tarde. Subo a su habitación, pero no hay nadie; es más, la cama está tendida como si no hubiera dormido en ella. Salgo de la habitación y comienzo a buscarlo por todas partes hasta que decido llamarlo. El teléfono empieza a sonar, pero me llevo una gran sorpresa al escuchar su celular en la habitación de Luciana. Rápidamente, sin preguntar, abro la puerta y lo que veo me deja en shock: la perra de Luciana está desnuda junto con James, dormidos en la cama.—¡James! —Este abre los ojos de golpe, pero parece desorientado. Primero me mira a mí y luego a Luciana, quien le sonríe, pero él se levanta de golpe.—¡¿Qué m****a pasó?! —Ella
James vuelve a besarme de una manera salvaje, como si estuviera ansioso. Yo intento separarme, pero algo dentro de mí no me lo permite. Así que, sin pensarlo, rodeo su cuello con mis brazos y lo pego más a mí. Él toma mis piernas y hace que rodee su cintura con ellas, y oh, por Dios, en esta postura puedo sentir su enorme erección. ¿Qué se sentirá tenerla adentro?- ¿Qué me estás haciendo, Rose? - pregunta James con la respiración agitada.- Lo mismo digo - respondo.Subimos a mi habitación y él me tumba en la cama, comenzando a dar besos por todo mi cuerpo, desde mi boca hasta mi abdomen, haciendo que de mi boca salgan varios gemidos. Pero, de repente, me acuerdo de lo sucedido con Luciana, así que lo paro de golpe.- ¡Déjame! – exclamo. Él me mira confundido y con la respiración agitada.- ¿Qué pasa? - pregunta, genuinamente confundido.- Pasa que te acostaste con la perra de Luciana - le digo, y él se tapa la cara con las manos como si estuviera frustrado.- Ya te dije que entre ell
Después de que Carol me dijera que Thom escondía algo, no pude dejar de pensar en eso. ¿Qué esconderá Thom? No creo que sea algo grave, ¿o sí? La puerta se abre, dejando ver a James.- ¿Puedo pasar?- Ya estás adentro. - Este cierra la puerta y después se sienta en la cama.- Te noto pensativa. ¿Pasa algo? - Sí, me pasa de todo. Me pasa tú, me pasa Thom y me pasa la amenaza.- No, todo está bien.- ¿Segura? - Este me mira como si no estuviera lo bastante convencido.- Sí, claro.- Ahora sí te mostraré las pruebas que tengo. - Este saca un mini computador, lo prende y después aparece una página con las cámaras de seguridad de la casa - Aquí está. - Da clic en un video y se ve a Luciana tomando un vaso de whisky al que le agrega una sustancia que no alcanzo a ver. En ese momento, aparece James por la cocina.- Te noto tenso, James. No debe ser fácil tratar con la princesita.- Tiene su carácter, pero me las apañaré. - ¿quieres un whisky? sé que te gusta.- Estoy en guardia.- Vamos, es
JamesHace 5 minutos no veo a Rose. Me di la vuelta para observar algo y, cuando me di cuenta, ella ya no estaba. Veo de lejos a su amiga Carol, así que voy hacia ella.— Carol, ¿sabes dónde está Rose?— Ella se fue con Thom, pero deberías ir a buscarla.— ¿Por dónde se fue?— Por el bosque — me señala el lugar, así que rápidamente corro hacia el bosque, pero como está tan oscuro, no logro ver nada.— ¡Rose! — grito, pero no recibo respuesta.— ¡Rose! —vuelvo a gritar, pero nada. Ahora sí me empiezo a preocupar; no sé por qué, pero siento que algo malo ha pasado. Prendo la linterna de mi celular y comienzo a buscar hasta que veo un cuerpo tirado en el suelo. Al mirar bien, me doy cuenta de que es el vestido que llevaba Rose, así que corro hacia donde se encuentra esa persona. Cuando la volteo, veo a mi pequeña Rose inconsciente, con múltiples golpes en el rostro y una herida en la cabeza.— Rose — la muevo, pero no responde. Con temblor en las manos tomo su pulso y veo que sigue ahí,
RoseMe levanto por un horrible pitido que produce una maquina que no se que es, abro lentamente mis ojos y puedo observar que estoy en un hospital , cuando intento moverme siento un gran dolor en la parte de mis costilla haciendo que pegue un pequeño grito- ahh - en ese momento mi madre aparece en mi campo de vision- hija !! Dios quedate quieta , me alegro que ya estes despierta llamare al medico - yo aciento y me vuelvo a acostar pero llega el medico y me empieza a revisar pero no fue nada agradable porque todaca los sectores de mi cuerpo que mas me dolian- tiene que hacer mucho reposo por lo menos por dos semanas y tomar estos medicamentos para el dolor- gracias doctor asi sera - dice mi madre , en ese momento entra mi padre y al verme despierta este corre y me abraza pero con cuidado- mi princesa ya despertaste , que susto me dist