La preparación para mi salida del hospital fue toda una odisea, entre recetas de medicamentos, pastillas y órdenes de exámenes, logré salir del consultorio del doctor Smith, que había tomado el turno de la doctora pelinegra y me había hecho nuevamente algunos análisis para estar más seguro de mi diagnóstico por ser mi ginecólogo de cabecera y quien llevaba mi proceso de embarazo.Al salir por la puerta, pude reconocer a Alex y a mi mejor amiga, enfrascados en una ligera discusión al lado de una ventana y al verme acercar a paso rápido, se callaron abruptamente.Fruncí el ceño y giré mi rostro un poco para observarlos dudosa.—¿Sucede algo? —interrogué preocupada y marcando una expresión de desconcierto, no entendía de qué podían estar hablando o discutiendo, si entre mi amiga y yo habíamos llegado a
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