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Todos los capítulos de Venganza del millonario : Capítulo 1 - Capítulo 10
66 chapters
Prólogo
Cliente nuevo    ¡Qué pereza da moverse!  Al menos tenía un departamento, sí, en un feo vecindario, pero económico y con buena calefacción y ventilación, hay excelentes espacios y está casi decorado, la cama está tibia y maravillosa. —Teeea. Tía. Tía. O. Mi despertador natural (Mily) ya avisó que es hora de desayunar. Me metí en al baño y como siempre duré lo necesario para no oler a ninguno de esos cerdos en mi cuerpo, restregué lo más que pude cada espacio de mi piel y me aseguré luego de llenarlo de loción y aceite. Me vestí con los primeros vaqueros que encontré y la blusa. Cuando salí de la habitación Mily ya tenía el desayuno listo para las dos, mi sobrina de 4 años todo lo investiga y todo lo hace. — Tía O, ¿por qué hoy llevas el cabello en moño? — Nena, es que está muy mojado y q
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Proposiciones
Mi vida no es el sueño de nadie. Mi carrera me ha convertido en  la pesadilla de las madres cristianas, la depresión de una esposa desesperada y la comparación más vergonzosa para las chicas del colegio. Todas ellas tienen razón. La realidad es que no hay rezo ni lamento que cambie el hecho de que a los hombres les gusta lo que no pueden tener, les gusta el morbo.  Los clientes piden cosas que saben que sus esposas nunca jamás harían como orinarte en la cara, eso sí, le dan un precio escandaloso, probablemente el de los frenillos de sus hijos. El éxito en esta línea de trabajo está específicamente en  la belleza y no las medidas de miss universo exactamente.  Un requisito fundamental es tener unas buenas tetas; grandes paradas y por favor, que no recuerden nunca a la maternidad, un abdomen más plano que menos, caderas y culo, por favor, algo de que agarrarse y también que hay superficie para pegar, marcar y morder, eso son los homb
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Desatada
Cuando volví del camerino dispuesta a quitarme el maquillaje, recordé un poco de mis aspiraciones, el futuro que una vez soñé y aquellos que intentaron dármelo o quitármelo. De tanto recordar llegó a mis pensamientos Eduardo, mi vecino de la infancia, un señor de aproximadamente unos 66 años — cuando lo conocí— Me tomó mucho cariño así que me enseñó a hablar inglés y un poco de francés, era profesor de idiomas, murió hace tres años. Nunca voy a volver a tener a alguien así a mi lado. Alguien con ganas de ayudarme; sin esperar nada a cambio más que mis logros.  Recuerdo que muchas veces intentó sacarnos de este mundo a mí y a mi hermana, pero ninguna quería dejar a mamá. Cuando no fue mamá a quien creía que debía rescatar me tocó salvar Niza, entonces, el tiempo pasó porque nada las oportunidades vienen con fecha de caducidad y creí, luego él murió. Para cuando me di cuenta de que debía preocuparme por mí, cuando finalmente entendí que abandonarla era lo mejor para mí, n
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Acuerdos
Una mujer nos trajo dos platos con tostadas y huevos. Además, una bandeja llena de frutas y otra charola con café, jugo de naranja y lo que parecía ser té, finalmente, algunas mieles y jaleas. En cuanto se retiró Sebastian me tendió una taza y me ofreció café, asentí y no tardé en hablar: — Bien, quiero garantías. Cuando te canses... ¿Qué va a pasar conmigo? Quieres mis exámenes y eso es correcto ¿Voy a tener yo los tuyos? No entiendo la parte de horas extra como "dama de compañía". —La manera de los ricos para llamar a una prostituta. —Y durante la semana, ya que soy exclusiva ¿tienes alguna actividad para mí o puedo hacer lo que quiera? —Hice una pausa para pensar y recordé: —¿Qué pasa cuando por razones fisiológicas no puedo? Cuando esté enferma o tú de viajes ¿Mi cuota disminuye? Ilústrame, porque no te entiendo. —¿Quieres estudiar algo?—preguntó.  —Siempre quise ser profesora
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Transformaciones
Sebastian es un hombre de esos que todo lo quieren controlar. Literalmente controla hasta la ropa interior que uso en casa cuando no está. Los últimos días han sido intensos, dejar mi trabajo, mudarme a un nuevo vecindario, rentar mi casa, acomodar a Mily a su nueva rutina y conocer a la niñera que sí es muy buena, pero no es familia.  Regresé al médico, un hombre demasiado guapo, unos ojos preciosos y un físico impresionante, pero a él tuve que decirle la verdad a qué me dedico y desde cuándo. Logan lo tomó con toda la naturalidad del planeta y me hizo rellenar una documentación enorme para conocer sus hábitos y gusto, tenía, claro, es más cómodo escribirlo que ir hablando poco a poco sobre lo que uno ha hecho en la vida.  —Hola, Olivia— Dijo Logan mientras tomaba asiento. —Los exámenes están muy bien.  —¿En serio? —¿Te sorprende? Eres una mujer muy
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Protección
Fernán, abrió la puerta para mí. Le agradecí y me dijo que Sebastian tenía demasiadas razones para estar dentro del lugar, por lo que aparentemente no se acercaría a recibirme.  Fingí una sonrisa e intenté pasar desapercibida. Parecía imposible, había miradas en mi dirección, incluso uno que otro murmullo. Algo, en aquel vestido rojo, con mi abundante cabellera y no ser una cara conocida dentro de lo más alto de la socialité no había forma de que la gente no mirase. Vi a mujeres agarrar el brazo de sus acompañantes, algunos de ellos sonreír sin ningún disimulo. Noté que todos llevaban vestido de colores oscuros y continué caminando sobre la alfombra en medio de la gente con la que no encajaba y en busca del hombre que manejaba mi vida.  Un par de hombres me interceptaron en la entrada.  —Señorita, ¿su invitación? <
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Vulnerable
Narrador  Se fue caminando por la ciudad hasta que encontrar un taxi. Me subí y le di la dirección de casa, ya era la hora de dormir de Milena por lo que la niñera esperaba sentada en el sofá mirando la televisión, la mujer se asustó al escuchar unos golpes leves en la puerta.  Finalmente, cuando se abrió y  vio a su jefa asustada, agitada y tembloroso dedujo que algo en su reunión había salido mal, a Olivia se le cayeron las llaves de la mano y Clarisse se acercó para ayudarle a recogerlas. Además,  preguntó si quería un té o una bebida caliente y la pelirroja negó con la cabeza antes de quitarse los tacones y dar dos grandes bocanadas de aire.  —¿Necesita que llame a alguien? —¡No!—Respondió Olivia. —Estoy bien.  —No quise ofenderla, Olivia. Yo he intentado agradar y de cualquier forma está molesta conmigo, si quieren otra niñera...
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Desnudar
Sebastian pidió a sus empleados que le consiguieran un pijama, un té para tranquilizar los nervios y unas pastillas para dormir. Olivia seguía temblando cuando las cosas que él ordenó llegaron a la habitación, así que envió un mensaje al asistente de seguridad para que llamara un médico. El joven pareció unos treinta minutos más tarde, Sebastian  ya tenía a Olivia cobijada y de vuelta en la cama.  —No es necesario, estoy mejor.  —Olivia, ¿esto ocurre muy seguido? —No, es ocasional y solo ocupo algo para dormir.  El médico le tomó los signos vitales y estaban un poco alterados por lo que decidió que un calmante sería lo mejor.  —¿Algo lo detona en específico?—preguntó el médico y ella no quiso darles una respuesta.  El médico le puso una bolsa de suero pequeña y Sebastian le dijo a Olivia que se cambiaría
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Abstenerce
Sebastian suspiró avergonzado y sus músculos se tensaron aún más si era posible. Vio a Olivia  mantener la mirada alta y el rostro con seriedad, pero ni siquiera él podía imaginar cuánto dolor y vergüenza guardaba, salió de la oficina y le pidió a su gente que investigara toda la vida amorosa de la madre de Olivia él iba a encontrarle y no le iba a matar, pero sí se aseguraría de golpearle y ver como alguien más le quitaba el último suspiro.  <<No sirves ni para eso>> Le había dicho Logan y él con tristeza reconoció que en algún punto entre  inflar sus bolsillos con dinero y llenar su ego con poder había arruinado sus relaciones, lastimado a personas y  se había convertido en un cabrón insensible. En el consultorio Logan dejó que Olivia se recompusiera, después de que Sebastián saliese de la oficina había vomitado, él consiguió un jugo de manzana frío y un trapillo para ponerle en la frente y el cuello.   Logan se
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Comentarios
Sebastian salió del  hospital furioso.  Condujo su lujoso auto y Olivia fue todo el camino en silencio. Se asustó al ver que se dirigía al lugar en el cual había decidido que ella y su sobrina vivirían. Estacionó y le llevó a su apartamento, tiró la maleta y la joven le miró asustada y preguntó por el viaje que  antes le había ofrecido.  —Eres una prostituta que no puede tener sexo.—Declaró.  —¿Para qué me sirves?  —¿Quieres que me vaya?  —No, haré mi viaje y cuando regrese hablamos.  —Sebastian—Intentó decir y le dejó  con la palabra en la boca y el sabor de un fuerte portazo.  Olivia se sentía tan humillada y fue a su habitación en silencio, no abrió la puerta a Milena o la niñera simplemente tomó su medicación y se dedicó a dormir más de lo que había hecho en su vida. Al día siguiente su sobrina le llenó el apartamento de rosas  y pancakes que era el desayuno favorito de la niña, pero l
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