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Todos los capítulos de La Profecía: Capítulo 1 - Capítulo 10
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1
  ¡Hola! Empezamos la edición de la novela. Un abrazo a todos.   Vida versus muerte… Una lucha eterna entre ambos mundos ha estado presente desde siempre. Obviamente todo resultaría muchísimo más simple de asimilar si aceptáramos que una y otra están estrechamente relacionadas, viajan paralelas a todo ser vivo.   No le temo al lado oscuro pues estaba siempre cerca; ignoro como logré esquivarle tantas veces, claro… no salí completamente ilesa pero aún sigo aquí y finalmente eso es lo que importa ¿cierto?, incluso  tantos años después de mi primer encuentro con… “ellos”, no puedo evitar estremecerme. Cuando les vi por primera vez me mostré incrédula <<como es lógico>>, es decir… siempre se nos ha hecho creer que criaturas así solo existen en libros terroríficos o  películas taquilleras, pero muy a mi pesar encontré una realidad absol
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Nada me preparó para  encontrarme frente a una criatura así, al principio sentí mucho miedo, es decir… esa “cosa” estaba decidida a arrancarme la vida en tan solo un segundo. ¿Irónico no? Los seres humanos crecemos pensando que la forma ideal de morir sería acostándose  a dormir y nunca despertar, dichas ideas se convierten en el sueño de muchos e incluso alguna vez fue el mío también, pero en aquel instante mi realidad distaba mucho de esa utopía. Mi infierno comenzó cuando cumplí cinco años. Aunque intenté explicarle a mis padres fue inútil, solo lo consideraban “cosas de niños”, entonces comprendí que para poder sobrevivir necesitaba ayuda. Antes de apagar la velita pedí un deseo, clamé al universo por ayuda, deseándolo desde el fondo de mi corazón. Durante el crepúsculo invadió mis sueños. se presentó a sí mismo como Luca, me acunó entre sus brazos susurrándome al oído que todo estaría bien. Los años pasaron le
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Tras conseguir todo lo que había necesitaba decidí volver a casa pero me encontré con el alcalde quién  me miraba sorprendido, llevaba poco más de  semana en aquel lugar y lucía muy tranquila. — ¿Puedo acompañarla a su casa? — Claro, solo déjeme comprar café y algo de comer, aún no hay electricidad, por lo que beberemos el que venden aquí. — Muy amable Cat. Mientras caminábamos hacia el vehículo, intenté obtener algo más de información. —Me gustaría conocer un poco más sobre los antiguos dueños, los originales quiero decir. — ¿Y por qué el interés repentino si se puede saber? —Bueno, es pura curiosidad. Las vecinas <<incluida su odiosa esposa>> han estado hablando sobre mí parecido con ellos, entre otras cosas. —Sabe algo, aunque han pasado casi  20 años  son imposibles de olvidar, usted se parece tanto que resulta increíble… en fi
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Cuando abrí la puerta, ambos chocamos, y caí al suelo, lo más curioso fue que él ni siquiera se movió, seguía de pie como si nada. —Disculpe, no ha sido mi intención hacerla caer. La mirada que tanto conocía fue fácil de leer para mí, tenía que guardar las apariencias. Entonces, las palabras de Jenkins me enviaron nuevamente a la realidad. — Así que… ¿a qué has venido Cat? No es necesario añadir la inmensa casualidad de tu visita. —Señor Jenkins, he venido a… a cancelar los impuestos.        —Bien, espera aquí un minuto para ir por los documentos, puedes conversar con nuestro visitante, ya regreso. Ya sin Jenkins…       —Te dije que faltaba poco ¿lo recuerdas Cat? Anoche estabas tan abatida que usaste alcohol, pero ya no estás sola.   ¿Entonces…? Es cierto luca, has venido para ayudarme y protegerme, ES… ¡increible!<
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Por mutuo acuerdo nos tomamos un descanso, yo aproveche para darme un baño y luego me reuní con él en la sala.               Con un café en la mano y comiéndome una ensalada me sentí más humana. —Eres el hijo de Ivanna, ¿verdad? —Sí, y mi madre se sentiría muy halagada de ver lo que hiciste con la casa. —Cuando llegué a vivir aquí todos me juzgaron pero en esta casa me sentí a gusto, fue sencillo tomarle cariño. Si Ivanna quiere volver, puede hacerlo. Yo buscaré otro lugar… — ¿Crees que ella podría venir y tomar una casa en la que has trabajado tanto? ¿O que yo te dejaría sin hogar? Al fin y al cabo este lugar me fue heredado a mí, por eso te dije en sueños que vinieras aquí, para poder protegerte.   ¿A ustedes cómo les recibieron?   —Bastante bien pero en nuestro caso  no podíamos confiarnos, un pueblo hospitalario est
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6
Todos se marcharon tan pronto estuve a su lado, se veía tan frágil que deseaba abrazarla, no sabía si sería capaz de tranquilizarla, es decir, acababa de verme matarlos ¿podría sentirse segura en mis brazos nuevamente? —Lucianna, no temas, te llevaré a casa. — ¿Los...mataste? —Te sientes aterrada  pero jamás podría lastimarte. —Me siento más tranquila, deja esa cara. No te temo Luca pero dime qué eres. —Te contaré sobre mí, pero debes mantenerte con la mente abierta, escucharme sin salir corriendo. —De acuerdo. Hablé por horas, al principio veía sus bellos ojos azules llenos de confusión pero luego descubrí una mirada de comprensión e incluso aceptación. — ¿Quieres que me vaya, Luci? —Siento como si nos conociéramos  hace mucho. Aunque sé que es irracional, esta es una fuerza más grande de lo que imaginaba. Pero por
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7
Nunca imaginé que despedirme sería tan difícil, quería llevarla conmigo pero una mortal no podía  ver a Augustus. El viaje hasta Irlanda fue rápido, llegamos en pocos segundos, nos dirigimos hacia Los Acantilados de Moher, al extremo más elevado y esperamos por el sol de las 5:30 pm,  en ese momento la puerta al santuario se abrió. —Hijo, hoy conocerás al ser más temido y respetado, Augustus Povonof, le han nombrado líder absoluto no solo por su poder, sino porque es el único capaz de cruzar el sendero prohibido sin ser tocado. Hasta las almas atormentadas de los Pfathraz le respetan. Él es celoso guardián de la sabiduría Tsugniss, su solo nombre me aterra,  su presencia es total, como un agujero negro que absorbe toda la energía a su paso. —Y… ¿Hablaremos con él? —Únicamente aquel que desee convertir un humano en Tsugniss hablará con él. Si uno de nosotros entrase, firmaría su sentencia de muert
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8
Nunca llegué a pensar que terminaría escapando de quien amaba, es decir… nuestra historia parecía ser más trágica que cualquier otra, pero jamás  imaginé un final así.   Hablar sobre Luci resultaba difícil, pero nunca pensé que le afectaría tanto. En ese momento me dije que no debía perder la calma, quizás volvería pronto, especialmente si había criaturas demoníacas tras de mí, él no sería capaz de abandonarme ¿verdad? Tras su marcha tomé una decisión; si no regresaba jamás le perdonaría,  todo parecía sencillo, simplemente  me iría sin dejar rastro, pero cada vez que llegaba a la puerta con mi maleta y documentos daba un paso atrás, la casa estaba llena de él, su aroma, recuerdos y esencia, era difícil renunciar a lo único que me quedaba de Luca.   Aquella mañana de febrero, mi corazón latió de nuevo, aunque no fue el reencuentro que soñaba. Cuando llegó me dijo que mi vida corría peligro, que debía sacarme de ahí, todo sucedió muy r
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9
  Era la primera de muchas mañanas, en que amanecía con una sensación de tranquilidad, ya que Luca, mi Luca había vuelto y quizás para nunca más irse. Deseaba disfrutar de su compañía, pero teníamos algo pendiente y para mantenerme a salvo, era necesario terminar de escucharlo.  Ya no tenía sentido seguir pensando en lo que habían hecho los multiformas, debíamos dejarlo atrás. Aunque lo primero sería comer algo, al llegar a la cocina me di cuenta de que Luca tenía un amplio menú, no  iba a rendirse.   —“Aunque sea a la fuerza”—me dijo—   —No es necesario, hoy amanecí con buen apetito, quizás el tenerte de vuelta tenga algo que ver. Luego de desayunar, decidí sentarme un rato en la hamaca, todo estaba distinto, incluso la casa se sentía acogedora.   — ¿Qué sucede?   — Pensaba en los multiformas, ellos saben dónde encontrarme, no se van a conformar, están dec
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10
Nosotros sabíamos que venía la lucha definitiva, para mí lo más importante sería protegerla, tratar de evitar que se viera forzada a luchar, porque de hacerlo, ella moriría. O al menos así lo veía. El miedo a perderla ahogaba a los demás pensamientos que tenia. Ni siquiera escuchaba lo que pasaba a mí alrededor. Si moría, yo haría lo necesario para dejar de existir también. —Un momento Luca, me dices que había forma de que fallecieras. ¿Pero y el asunto de la inmortalidad? —Nuestros enemigos no pueden aniquilarnos ya que tenemos la capacidad de transportarnos, pero si yo decidía dejar de vivir, debía aislarme y dejar de alimentarme de almas. Ellas nos mantienen vivos, por lo que sin tomarlas la energía vital se va. ¿Recuerdas que al principio de la historia te dije lo importantes que eran? —Pero sonabas aburrido, como que esto de la inmortalidad era una condena, ¿no hubiese sido más sencillo dejar de alimentarte de almas desde hace 300 años
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